Todos tenemos ideas preconcebidas de lo que significa escribir. Y de lo que significa ser escritor.
Para algunos, se trata de la profesionalización de la escritura. Signifique eso lo que signifique. Trabajar escribiendo todo el día. Vivir de la escritura, o por lo menos sacarle algún rendimiento económico.
Para otros, existe la noción del escritor bohemio, entregado a su arte. El autor que bebe vino en bares de viejos (o café en Starbucks, según la ciudad/pueblo/urbanización suburbana posapocalíptica en la que resida) mientras trabaja en el manuscrito que cambiará el mundo.
Hay más. Puede ser que para ti ser escritor signifique salir en la tele, participar en debates culturales o tener un gatodragón imaginario (esta va por ti, Capitán Jack Harkness III, estés donde estés). O puede significar que cada librería que visites tenga una edición distinta de tu libro. Que se hagan películas en Hollywood basadas en tu obra.
Y también, para muchos, escribir puede ser un pasatiempo. Una manera de desahogo, de expresión, de delicia. Puede que los textos ni salgan del cajón.
Todos tenemos una idea clara. Y todos pensamos que la nuestra es la verdadera.
Leo el blog de la autora estadounidense Joanna Penn, porque escribe mucho y promociona muy bien y se mueve con soltura en las turbias aguas de la autoedición digital. Luego comparte sus experiencias con el mundo. Ha tenido muchas aventuras en estas aguas, de hecho. Escribió un artículo donde preguntaba a los escritores que leían su blog qué grado de éxito querían alcanzar. Qué era lo que realmente buscaban al querer convertirse en escritores. Qué significaba para ellos el éxito. Y dio una lista con un buen puñado de opciones.
Tendemos a marcar qué tipo de escritor es «mejor» que otros, y es posible que eso no sea realista. Yo misma tengo ideas bastante claras de lo que significa darse a la escritura por completo. Pero incluso en esa entrega puede haber formas, modos distintos. Y ninguna es peor que otra.
Antes de lanzarse a la aventura de escribir, publicar, crear y compartir, creo que es fundamental preguntarnos cuál es nuestra estrategia (ahorra mucho tiempo, en serio). Y para tener una estrategia tenemos que tener muy claro también cuál es nuestro objetivo último. No podemos quejarnos de que nuestro libro no arrase en ventas si producimos obras revolucionarias en formatos complejos transmedia con ocho niveles de significado. No podemos quejarnos de que determinados premios y publicaciones culturales ignoren a nuestro superventas de autoayuda melosa.
Bueno, podemos, pero sería un lamento algo vacío y poco práctico. Claro que hay obras revolucionarias que arrasaron en ventas y superventas que se han ganado el respeto de la crítica académica. Pero en el mercado y contexto actual son los menos.
La pregunta indispensable es la siguiente:
¿Qué quieres conseguir con tu escritura?
¿Lo sabes? Penn se lo plantea a sus lectores con las siguientes tres cuestiones:
- ¿Cuál es tu definición de éxito (para este libro en particular y para tu carrera literaria en general)?
- ¿Cómo pretendes hacer seguimiento y medir ese éxito?
- ¿Qué quieres hacer con ese éxito? ¿Cuál es el sentido de tu trabajo?
A su vez, ofrece varias posibilidades como respuesta a esas preguntas. Seguramente os veréis reconocidos en alguna de ellas. A continuación enumero las opciones: los siete tipos de escritores según sus objetivos y metas. Los títulos son suyos; todos los comentarios y anotaciones al respecto son míos.
Antes de nada, un disclaimer: muchos escritores empiezan en uno de estos apartados y luego pasan a otro, o están a medio camino entre varios. Los seres humanos somos complejos (los escritores son más complejos aún) por lo que tened en cuenta que no son categorías excluyentes ni rígidas.
1. quiero crear algo de lo que estar orgulloso/a y tener mi libro en las manos
Pocas cosas hay en el mundo como la sensación de tener tu libro impreso en las manos. Yo siempre tengo una mezcla de orgullo y pánico: orgullo por el trabajo realizado y pánico por todas las erratas que podría contener (sí, esa soy yo). Tal vez este sea el primer objetivo de muchos escritores: ver su trabajo impreso, en un libro «de verdad».
Un libro no te va a dar de comer. Y menos si es el primero. Probablemente te quede todavía un tiempo para desarrollar tus habilidades y sacarle el máximo potencial a tu creatividad. Pero tener ese libro en las manos es algo que todos queremos experimentar.
Si este es tu único objetivo, puede que la autoedición o la impresión a demanda sean opciones válidas para ti. No necesitas pasar por el envío masivo a editoriales (y las esperas, ah, las esperas) para poder tener esa experiencia. Cuando era editora llevábamos también una colección de autoedición, y os puedo decir que para mucha gente el poder tener cincuenta ejemplares de su libro para regalar a amigos y familiares era mucho más que suficiente. Habían escrito algo y querían compartirlo con los suyos. En vez de ir a una copistería a imprimirlo ejemplar por ejemplar, recurrieron a nosotros. Nos encargábamos de la maquetación, diseño, revisión e impresión. Teníamos ofertas especiales pensadas para este tipo de casos. En conjunto, al autor le salía mucho más barato que recurrir a varios profesionales y tener que ir luego en persona a lidiar con la impresión y sus costes.
No eran libros para vender en grandes superficies. Eran objetos familiares, personales. Hoy en día hay más opciones, además. Puedes recurrir a profesionales de la autoedición o bien puedes usar un servicio como Createspace, de Amazon, para crearte tu libro y encargar el número de ejemplares que desees.
Recuerda que lo de las empresas de autoedición puede ser espinoso: aquí tienes un artículo para aprender a guiarte en ese entorno.
2. quiero ver mi libro en las estanterías de una librería
Otro gran sueño de muchos. Uno siente orgullo de madre, padre, abuelo y butanero cuando ve a su criatura mirándolo desde los estantes de una librería. ¡Está ahí! ¡Lo puede comprar cualquiera!
Por ahora, la manera más directa de conseguir esto es mediante la edición tradicional. Es mucho más complicado que una empresa de autoedición o coedición tenga tratos con grandes distribuidoras, ya que no suelen producir tiradas con las cantidades que exige una distribuidora, sobre todo si esta trabaja a nivel nacional. Así que si realmente quieres ver tu libro en todos los estantes de los Eroski del país, más te vale conseguir que una editorial grande se fije en tu manuscrito. Ya sabes la vía que toca: escribir, mandar, esperar. Y todo lo demás.
Si te contentas con ver tu libro en una sola estantería, sin embargo, la auto/coedición sí que puede ser una opción, aunque sea para ir libro en mano a tu librería local (no gran superficie) y pedirles porfaporfaporfaaaa que te dejen dejar tu libro ahí a depósito. Eso significa que dejas con ellos unos ejemplares, vuelves de vez en cuando y te van pagando lo que se ha vendido (si es que se ha vendido). Esta opción no es mala, pero os digo por experiencia (vendiendo revistas por toda Granada) que es agotadora.
También es cada vez más difícil. Con el progresivo fallecimiento de librerías pequeñas y locales y el avance de sistemas complejos de facturación y almacenamiento, a muchas no les compensa llevar el papeleo individual de cada autor muerto de hambre sin distribuidora que les entre por la puerta.
Y, como es lógico, si lo que te gustaría es centrarte en la edición digital, esto sí que lo vas a tener imposible.
Tal vez esta opción te resulte más atractiva:
3. Quiero llegarle a los lectores con mis palabras
Puede que tengas un mensaje muy importante que compartir con el mundo (ya sabes, lo de los habitantes del planeta Betamantza que vienen a traernos paz, prosperidad y sondas anales). Puede que simplemente busques compartir con los demás tu amor por la palabra escrita y por la narración. O tal vez buscas tantear el terreno, ver cómo responden los lectores a tus primeros libros antes de meterte en otras grandes aventuras editoriales.
Si lo que buscas es compartir y que te lean, puede que haya más posibilidades para ti en la edición digital. Plataformas como Amazon o LEKTU le ofrecen a los autores la posibilidad de compartir ebooks de forma gratuita, y el gratis puede funcionar bien en este tipo de sitios si tienes un producto atractivo. Y con «funcionar bien» quiero decir que tendrás un número interesante de descargas que, al fin y al cabo, es lo que quieres, ¿no? Si lo que buscas sobre todo es que te lean, un precio bajo (o gratuito) puede ser un buen punto de partida.
Puedes imprimir muchos ejemplares de tu libro y repartirlos por la calle, pero te va a salir mucho más caro. Por ello, el ebook puede ser tu salida ideal.
No tiene nada de vergonzoso admitir qué es lo que buscas y actuar en consonancia. No necesitas pasar por los aros de la industria tradicional para llegarle a los demás.
En cualquier caso, sé honesto contigo mismo y define a qué te refieres con «llegarle a los lectores». Si se trata de que personas que no conoces te escriban hablándote de tus textos y comentándote lo que les parecen, puedes recurrir a otro tipo de escritura, con un feedback más inmediato, como un blog o una experiencia creadora tipo Wattpad. Si lo que realmente significa es «quiero vender chorrocientos trillones de libros», te interesa más el siguiente punto.
4. Quiero vender 10000 ejemplares de mi libro
Me hace gracia este título de Joanna porque, como es obvio, diez mil ejemplares vendidos en EEUU no significan lo mismo que aquí en España. Pero la cantidad es lo de menos. Se trata de fijarse un objetivo, un número marcado de libros que quieres vender. Se trata de saber que lo que quieres es vender.
Ahora es cuando todos nos quejamos y lamentamos en defensa del Arte, pero ¿es realmente tan malo que un autor quiera vender muchos ejemplares? Si vuestra criatura de repente se volviera viral y se leyera en todos los países del mundo, ¿sería eso tan terrible?
Comenzar con diez mil no es muy realista, pero no es descabellado para un autor que empieza a publicar marcarse el objetivo de vender cien ejemplares. Realmente, entre familiares, amigos y redes sociales, no es un mal número para vender a los más cercanos.
Hablamos de tener un objetivo. El número será distinto según el género en que escribas y el sector al que te dirijas. Y variará con el tiempo. Lo lógico sería pensar que una vez conseguidas las cien ventas quieras pasar a las quinientas y de ahí a las mil. Pero luego todo puede cambiar y pasas de vender cinco mil a quinientos. Ocurre. Dependerá, como he dicho, de tu público, de la editorial con la que te muevas, de la distribución, del clima económico y de mil factores más. Y por esto es tan importante establecerte no tanto como el autor que vendió miles y miles de ejemplares de un libro, sino como el autor X, al que conocemos y nos gusta y nos compramos todos los libros que saca, incluso ese tan raro donde todas las páginas terminaban en la palabra ornitorrinco.
Si partimos de la base de que lo que quieres es vender ejemplares, tu enfoque no será solo escribir. Deberás invertir una gran cantidad de tu tiempo en promocionarte y establecerte como autor, no solo entre profesionales del sector (agentes, editores, etc.), sino entre el público objetivo de tus libros. Algunos profesionales de mercado hablan de una relación de 80/20: ¡80 % del tiempo y esfuerzo para promoción y un 20% para el acto de crear!
En mi experiencia, lamento decir que no andan muy desencaminados. Por ello, es importantísimo que tu estrategia de promoción sea algo que disfrutes y con la que estés cómodo. Yo dedico mucho tiempo al blog, que es mi ventana principal al mundo, pero por suerte escribir en él es algo que me encanta. Aunque es muy diferente escribir artículos que ficción, las habilidades y experiencia adquiridos en cada tipo de texto se alimentan entre sí.
¿Recomiendo por ello mantener un blog a todos los que quieren vender libros? No.
El blog es una táctica muy a largo plazo, con una inversión grande de tiempo. Me hace gracia cuando veo comentarios de lectores o referencias que dicen de este blog: «esa web que acaba de salir ahora». Llevo escribiendo en blogs desde hace más de diez años. Llevo mucho tiempo intentando desarrollar un formato y estilo que puedan ser interesantes y útiles. Y soy muy consciente de que lo que estoy haciendo ahora es crear una relación personal y especial con mis lectores. Miles de visitas no te garantizan ni una venta de tu libro (por muy estupendo e interesante que este sea). Y veo, una y otra vez, a autores que arrancan con blogs porque creen que eso los llevará a la gloria de las ventas millonarias y del backstage reservado para escritores (pista: no existe) y que, tras actualizar tres veces por semana durante dos meses y no ver absolutamente ninguna respuesta, abandonan.
Encuentra la forma más cómoda para ti: blog, redes sociales, novela por entregas colada en todos los buzones de tus vecinos. Pero todas esas técnicas y maneras son maratones, carreras de fondo. No hay magia.
La cosa es que sabes lo que quieres. Y si lo que quieres es vender, eso puede implicar ciertos sacrificios. Igual esa novela en ocho idiomas que querías escribir en segunda persona del plural tendrá que esperar un poco. Sea como sea, creo que ayuda pensar en las ventas de una manera acumulativa: no tanto en lo que vende un libro en un año, sino en la acumulación de las ventas de todos tus libros desde que salió el primero. Ese crecimiento medio es mucho más importante que el que un libro funcione mejor que otro en primera instancia. Debes tener siempre libros y textos en movimiento, no depender del éxito o fracaso de una sola obra.
Empieza con una cantidad pequeña. Vende diez libros. No es tan difícil. Ahora veinte. Luego cincuenta.
Pero mencionándonos a todos en Twitter, llenando nuestros buzones de spam y nuestro Facebook de porquería no, por favor.
Si todo esto que estoy diciendo sobre vender y promoción te está produciendo una picazón que te sube por la espalda y se te clava en las sienes, mejor pasa al punto siguiente:
5. Quiero ganar un premio literario y recibir la adoración de la crítica
Si este es tu objetivo, la mala noticia es que no hay una fórmula secreta y eficiente de escribir un libro que sea de calidad. Un libro que se estudiará en generaciones venideras y que dejará sin habla hasta al crítico más feroz. Es evidente que, incluso en su intento, un libro así llevará mucho más tiempo de producción que un libro que busque simplemente gustar al público medio.
Teniendo en cuenta que los premios y reconocimientos (y críticas en publicaciones de prestigio) suelen otorgarse a libros impresos, producidos por la industria editorial tradicional, ese es el camino que te tocará recorrer. Si te has autoeditado en ebook, por ejemplo, será bastante más complicado.
También has de considerar que no solo estás buscando hacer un libro «superior», diferente, formalmente avanzado, etc. Estás apelando a un tipo de lector más exigente. Con escasas excepciones, esto se traduce en menos ventas. Además, hay estudios que apuntan a que los grandes premios pueden hacer que un libro sea menos popular. Las ventas pueden crecer, sí, pero las valoraciones de lectores medios en sitios como Goodreads pueden bajar. El público medio te castigará con envidia, sorna y dos de las frases más temidas para cualquier escritor: «pues no era para tanto» y «no lo entiendo».
Hay quien dice que, en el mundo del arte, cuanta mayor sea la desigualdad económica en una zona, mayor es su mercado artístico (mayor cantidad de personas con el suficiente dinero como para gastarlo en productos no estrictamente necesarios). A menor clase media, tienes más pobres (preocupados por cubrir sus necesidades básicas) y más ricos: más personas interesadas en proclamar su estatus con obras que probablemente ni colgarán en su casa. Cuando hablamos de páginas web con animaciones que cuestan siete mil dólares, por ejemplo (o cualquier otra manifestación artística que puede parecernos un tanto chorra), puede compensar vender poco a un puñado selecto de millonarios (recuerdo que en Etsy se decía que, a no ser que fueras un productor chino vendiendo suministros como loco [es decir, el 90% de los que venden algo en Etsy], compensaba mucho más vender productos artesanos de alta gama a precios altos que productos medios/baratos a precios bajos).
Pero es diferente para los libros. A no ser que te dediques al complejo mercado de los libros joya, un libro transgresor y exigente a nivel artístico se venderá al mismo precio que cualquier otro libro (pero venderá menos ejemplares).
A lo que iba: la aceptación crítica y la adoración de los profesionales más elevados del sector no te va a dar de comer. Si eso es para ti lo importante: adelante, lo estás haciendo bien. Pero si pretendes hacerte rico con la literatura (what?), lo vas a tener muchísimo más complicado que, no sé, alguien que escriba sobre vampiros, hombres lobo y de cómo el universo conspira para darte lo que deseas.
La mayoría, en el fondo, no queremos hacernos ricos. Bueno, sí que queremos. Pero nos contentaríamos con esto:
6. Quiero ganarme la vida con la escritura
Ay, Joanna, cómo se nota que vives en otro país.
No me entendáis mal. Aquí es posible vivir de la escritura. Sobre todo si con escritura te refieres a redacción de contenidos para blogs de moda y de coches.
Aunque… sí, conozco a un par de escritores de ficción (que escriben ficción, no que sean ficticios) que viven de lo que publican. ¿Estamos hablando de autores superventas? Sí. O (y aquí está lo grande) de autores que no son superventas, pero que escriben como si les fuera la vida en ello.
¿Recordáis a Jordi Sierra i Fabra? Mirad su página de la wikipedia. Este señor escribe MUCHO. Y los que gustan de sus libros le compran libros anteriores y así se van acumulando. Además, ha sabido encontrar su sitio: se dedica sobre todo al infantil y juvenil y sus obras se han movido en los circuitos de colegios e institutos, lo que le ha asegurado unas ventas muy interesantes. Hay unos cuantos nombres que no os sonarían de nada que se ganan la vida del mismo modo. Tienen suma importancia sus contactos y relaciones con editoriales y profesionales del sector, pero es su productividad bruta lo que los lleva a poder tomarse la escritura como profesión. Del mismo modo, recuerdo a un señor que conocí hace años que vivía de ganar concursos locales. Había dado con el tipo de texto exacto que gustaba a jurados de cuentos. Eso se aprende a base de escribir cientos y cientos de relatos.
¿Te sientes capaz de escribir dos libros al año (como mínimo)? ¿Podrías escribir un relato a la semana? ¿Es tu obsesión con la literatura tal que puedes sentarte a escribir cuatro o cinco horas diarias?
Es posible que Sierra i Fabra no pase a los anales de la literatura española (y ahí tiene mucho que ver cierto desprecio de la «alta literatura» hacia el infantil y el juvenil). Pero sus libros son eficientes, correctos y entretenidos, y tienes una biblioteca interminable donde elegir.
Todos (o la mayoría) soñamos con dinero y fama. Soñamos con una aceptación tanto popular como elevada. Pero en el mundo literario esto rara vez es posible. Es hora de preguntarse si buscas una salida práctica para tu trabajo de escritor, o si buscas llevar tu arte hasta sus límites más extremos, perfeccionarte como un artesano de lujo.
No me gusta creer que una opción es mejor que otra. Tienen públicos distintos y responden a expectativas y necesidades distintas.
Eso no es excusa para producir el equivalente literario de Hombres, mujeres y viceversa, ¿eh? Hasta lo kitsch tiene un límite. Sé un productor de calidad o sé un artesano de lujo, pero ten orgullo en tu trabajo y hazlo lo mejor que sepas.
Lo cual nos lleva al último objetivo de la lista de Joanna:
7. Quiero crear un corpus artístico del que sentirme orgulloso a lo largo de mi vida
Definitivamente esta es una meta a muy largo plazo. Y es difícil de alcanzar si tenemos en cuenta el punto seis. Cuando trabajamos con editoriales (o incluso cuando trabajamos con profesionales independientes), tendremos que llegar a acuerdos que pueden no convencernos: tal vez tengamos que aceptar una portada que no nos gusta, un cambio de título que no nos convence, una modificación del contenido o cualquier otra decisión que no encaje con nuestros principios y estrategia.
Es muy complicado mantenerse firme y creer en uno mismo y en cómo quieres que sean las cosas para acabar con un cuerpo de textos que realmente te haga sentirte orgulloso. Yo creo que es inevitable, conforme aprendemos y progresamos, sentir cierta tirria hacia nuestros primeros textos, hacia los primeros libros. Algunos autores dicen que el único libro bueno es el siguiente y no puedo estar más de acuerdo.
Pero yo soy perfeccionista, insegura y sufro del síndrome del impostor. Siempre habrá un libro perfecto en mi cabeza y uno imperfecto entre mis manos.
Menos mal que no tengo hijos. Sería una madre terrible.
Habladme, escritores. ¿Qué queréis? ¿Qué buscáis?
¿Cuál es vuestra definición del éxito?
Si te gusta el contenido del blog en general y quieres leer más cosas mías (o simplemente echarme una mano), prueba a hojear alguno de mis libros:
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Puedes ver más libros míos aquí.
Muy buen post, como suele ser habitual. Hace poco que conozco tu blog, pero me gusta lo que escribes y cómo lo escribes, al menos por ahora…
La verdad es que no me he visto reflejado en ningún ejemplo concreto, pero a la vez, me he visto un poco en todos. Está claro que es muy complicado encuadrarse en un grupo de lo que sea en su forma más pura, pero es que en esto de la escritura yo lo tengo todavía menos claro. Tiene un poco de pasatiempo, algo de ganarse la vida haciendo lo que te gusta y otro tanto de que te reconozcan los que haces, lectores y crítica, ¿por qué no? Tomárselo con calma, sin perder la dedicación y la ilusión, supongo que es la clave. Lo que tenga que llegar, llegará si tiene que llegar, la cosa es seguir intentándolo. O eso me digo.
¡Gracias por el post!
Lirón
¡Hola, Lirón!
Creo que casi podríamos dar con un octavo tipo, el tipo «pico de aquí y allá» de los otros siete 🙂
Personalmente creo que tener clara cuál es nuestra motivación y fin último escribiendo puede ser muy útil para conseguir lo que queremos/necesitamos y evitarnos frustraciones y decepción. Pero en el fondo lo más importante es estar a gusto y divertirse con ilusión, así que ese octavo tipo puede ser perfecto para más de uno.
Toda la razón, Gabriella 😉
Un saludo y gracias
Como ya viste, me identifico más con el tipo 1, aunque como humana que soy, seguro que si alcanzara ese objetivo me entraría la avaricia y querría más y más jaja
¿Qué es exactamente eso del corpus artístico? Es la primera vez que lo oigo/leo.
Como siempre, un artículo muy interesante.
Besos.
Según la RAE, un corpus es un conjunto lo más extenso y ordenado posible de datos o textos científicos, literarios, etc., que pueden servir de base a una investigación; en teoría literaria, por ejemplo, lo he visto usado más de una vez para referirse al «cuerpo» completo de obras de un escritor. En este caso he hecho un pequeño calco también del inglés («body of work»), que es la expresión que usa Penn en este artículo, y lo he adaptado como «corpus artístico» 🙂
Me temo que yo soy más del tipo 6, de las que quieren vivir de esto y luchan con uñas y dientes para conseguirlo. Lo que pasa es que creo que eso incluye muchos de los otros: crear algo de lo que estar orgulloso (aunque me pasa como a ti: un libro perfecto en la cabeza y uno imperfecto entre las manos, demasiado exigente), llegarle a los lectores con mis palabras y vender 10000 ejemplares de mi libro (sin necesidad de estar en las estanterías de una librería, aunque no niego que da gustito) y está claro que, a lo largo de la vida, me gustaría crear un corpus artístico del que sentirme satisfecha. Los premios literarios me parecen el timo mayor del siglo, así que me dan un poco igual. En definitiva, que yo lo que quiero es pagar la hipoteca, la luz y el agua con lo que más me gusta hacer. Todavía no, pero lo conseguiré ;D (Como es lógico, escribo Fantasía)
Yo estoy en las mismas que tú, Ana. Está claro que estas categorías no son excluyentes y que hay un poco de nosotros en casi todas. Por mi parte lo de ver mi libro en estanterías ya es algo que me importa poco, porque ya he tenido esa experiencia, pero entiendo que pueda ser muy importante para otros, igual que lo de los concursos y el reconocimiento de la crítica más «profesional» (que antes me parecía megaimportante, como si tuviera que ser validada por personas cuyo criterio respetaba). Cada vez me emociono más con las reseñas y críticas de gente de a pie (blogueros, lectores asiduos, etc.), y empiezo a perder el fetichismo por el libro impreso. Sí, es bonito tenerlo en las manos, pero creo que ahora mismo mi enfoque está más en llegar a la mayor cantidad de lectores objetivos que pueda 🙂
Al parecer tenemos objetivos muy similares. Aunque yo me baso mas en lo de llegar a mis lectores y publicar mis libros en todo el mundo. Quiero que por lo menos uno de mis libros se convierta en bet seller, y también me gustaría vivir de ello. Lamentablemente a mi corta edad apenas puedo publicar mis libros en Wattpad aunque en un futuro me gustaría hacerlo en una editorial
Geniales tus consejos y artículos, hace poco que te sigo y me tienes encantado. Yo soy más del tipo 3, he empezado un blog recientemente y lo encuentro plenamente satisfactorio. Un saludo, sigue así.
¡Enhorabuena por el blog! Y que te siga dando muchas satisfacciones 🙂
Cuanto más releo los tipos más me cuesta decidirme por uno… El de los 10.000 ejemplares me da la risa floja: yo escribo en gallego y las tiradas que se hacen no llegan ni a lo que Hacienda considera «libro». Una risión.
Al final, creo que cuando uno/a se considera escritor/a, vivir de ello es el objetivo que más pesa, pero realmente va ligado al resto (número de ejemplares, aceptación…). Lo mejor es poder escribir, y mucho, para poder escribir más 🙂
Gracias por hacernos reflexionar (o rallarnos) con tus posts!
«yo escribo en gallego y las tiradas que se hacen no llegan ni a lo que Hacienda considera “libro”–> ¡Seguro que aun así vendes más que la poesía en cualquier idioma! 😛
«Lo mejor es poder escribir, y mucho, para poder escribir más»–> Ese es el objetivo, sí. Sigamos adelante.
Me acabas de dejar alucinada con lo de Fabra, ¡menuda bibliografía! Yo lo que quiero es la autorrealización personal en un tema que ha ocupado siempre un lugar importante en mi mente y que hasta hace poco no he tenido tiempo de tomarme en serio. Vivir de ello no, porque no quiero que mi mayor hobbie, el que me distrae de los problemas, se convierta en una obligación. Lo que sí me gustaría es entrar, aunque sólo fuera por una vez, en el top de los 100 más vendidos de Amazon; y que alguien a quien no conozco me hablase por twitter o mail y me dijese que le ha gustado mucho mi libro. Sí, ya sé que no pido poco, precisamente. Biquiños!
«Vivir de ello no, porque no quiero que mi mayor hobbie, el que me distrae de los problemas, se convierta en una obligación»–> Me encanta que lo tengas tan claro, Cris. Ya he estado en alguna situación en la que algo que me encantaba hacer empezaba a exigirme más tiempo y dedicación. Se convirtió en una obligación más, y yo solo quería desestresarme y pasarlo bien. Por eso creo que la escritura tiene un valor doble: puede tomarse de manera obsesiva y prioritaria o puede ser un ejercicio personal con otras funciones. Creo que lo importante es medir nuestras expectativas y procesos según el valor que le demos (pedir vivir de la escritura y la adoración de la crítica escribiendo 200 palabras al mes, por ejemplo, no es muy realista; al igual que conformarse con ver un solo libro impreso cuando la escritura es toda tu vida podría quedarse un poco corto ;)).
Vivir de escribir sería el coponazo, y será que soy muy inocente, pero me digo a mi mismo que es posible. Creo que al primero que vea pillando mi primer libro de una estantería le pediré un autógrafo XD
Jaja. Lo digo siempre: vivir de la escritura no es imposible, pero sí altamente improbable.
He firmado ya unos cuantos libros y es una sensación genial, pero creo que no importa cuántos firmes: siempre te queda la emoción esa de «¿en serio? ¿quieres que YO te firme un libro? ¡Qué pasada! ¿Me firmas tú a mí?».
Bueno. Yo siempre me preguntaba ¿Por qué demonios escribí esto?
Bueno ya sé qué tipo de autor quiero ser. Quiero escribir un libro que solo se haga famoso en los círculos de personas que están dispuestas a leer mi libro. Quiero convertirme en el gusto culposo de varios lectores. No planeo vivir de escribir (a fin de cuenta vivo bien siendo ingeniero) pero prácticamente quiero escribir solo para molestar a la gente.
Si… El único motivo por el que escribo es para confundir y molestar al lector.
Me parece fantástico. Voy a crear un tipo más solo para ti 😀
«Quiero convertirme en el gusto culposo de varios lectores».
AMÉN.
Va, lo reconozco. Mi sueño es el 4, pero no porque desee convertirme en autor de bestsellers, sino porque mi motivación para escribir es ser leído y que la gente considere una buena inversión pagar por mis libros. Ahora bien, no tengo prisa. De momento, me conformo con escribir, con ir creando un «fondo de armario» que esté ahí, a punto para cuando millones de lectores se lancen ansiosos a la caza de esas obras de arte, durante tanto tiempo incomprensiblemente ignoradas… ¡Jua, jua, jua! (pretende ser una risa maléfica) Que se prepare el mundo para la invasión de mis letras…
Me gusta lo del «fondo de armario».
Lo de la invasión literaria… bueno, si con las estanterías petadas de tus libros no tenemos que ver tantas portadas con corbatas, gemelos y demás parafernalia de millonario con problemas, me parece perfecto.
Por favor no pongas una corbata en tus libros. No sé cuántas más podré resistir 😛
Corbata? Qué es eso?
Estupendo post, como siempre: anima, educa y desespera a partes casi iguales 🙂 Creo que todos tenemos un poco de todos los tipos. Quizás añadiría un par de motivos más a la lista. Yo empecé a escribir cuando estaba en el instituto y creo que no pensaba aún en ninguno de los siete. Ahí van: 7+1: por la sensación de libertad y dominio, incluso de enamoramiento, que te da la creación de un mundo propio y sus personajes; y 7+2: por la necesidad -consciente o no- de sacar fuera los miedos, deseos e ideas que llevas dentro. Seguramente nadie dura mucho escribiendo sólo con estas motivaciones (sería un tipo de escritor/a ‘solipsista’, por llamarlo de alguna manera), pero siguen perdurando junto a las otras durante tu vida.
¡Enhorabuena por el blog, Gabriela, y ánimo, que a todos nos hace falta!
«anima, educa y desespera a partes casi iguales»
Creo que ese va a ser mi lema vital a partir de ahora 😀
«7+1: por la sensación de libertad y dominio, incluso de enamoramiento, que te da la creación de un mundo propio y sus personajes; y 7+2: por la necesidad -consciente o no- de sacar fuera los miedos, deseos e ideas que llevas dentro»
El afán creador, sí. Importantísimo.
Yo todavía estoy a la caza de lo que quiero… Tengo una ligera idea: sea como sea, dejar mi trabajo actual, aunque para ello, como Joanna Penn tenga que ser un todoterreno que toque muchas teclas.
De momento es sólo un sueño que estoy intentando transformar en proyecto. En cualquier caso, es algo que requerirá muuuuucho tiempo. Quizá para cuado se haga realidad, si es que llega a hacerse, me encuentre a un paso de la jubilación 😀
Y lo que podremos escribir todos cuando nos jubilemos… 😛
Sí, jajajaja, eso sí. 🙂
Supongo que muchas se pueden considerar fases que muchos escritores van pasando. Tengo que decir que a mí me encantaría, que desearía ganarme la vida con la escritura, pero, tal y como dices, es complicado. Jordi Sierra i Fabra, según comentó en un evento que hubo en mi tierra y al que asistí, escribía ocho horas diarias, y la verdad es que tiene muchísimos libros. No tuvo un camino fácil pues de pequeño era un incomprendido tanto en el cole como por su propio padre que no aceptaba que quisiera ser escritor, pero luchó, luchó y al final consiguió cumplir su sueño. Pero es cierto que esos son los menos, la mayoría de los escritores famosos, lo son porque tuvieron un golpe de suerte, lo típico, estar en el momento perfecto en el lugar adecuado. Respecto al punto siete, algo de eso hay…
Creo que me he identificado un poco con casi todas y con ninguna en concreto.
Sí, me gustaría vivir de la escritura. Sí, sé que esa suerte no la tienen muchos., Sí, adoro escribir, pero soy bastante inconstante (trabajo en ello). Sí, adoro escribir, necesito escribir y me gusta que la gente disfrute de mis historias y saquen cosas de ellas, que les hagan pensar. Sí, escribir es mi vocación, es mi pasión; no es un hobby, no es algo para pasar el rato. Y me encantaría moverme mucho y probar distintos tipos de publicaciones según pueda, quiero probar, quiero innovar, quiero… El tiempo dirá qué sucede, pero espero no perder nunca la pasión por escribir.
Un saludote 😉
También es verdad que Sierra i Fabra no fue escritor de ficción desde el principio, sino que tuvo un papel importante en varias publicaciones periódicas de todo tipo, a nivel nacional. Tuvo un «trabajo de día» durante bastante tiempo, pero da la impresión de que siempre anduvo escribiendo a la par. Lo de las ocho horas suena a que es mucho, pero cuando lo piensas… si sumas el tiempo dedicado a escribir, leer, bloguear, corregir, contestar correos y demás, salen mucho más de ocho horas al día.
A escribir no se aprende en 24 horas, eso está claro. Veo un patrón cada vez más común: se tarda unos diez años en empezar siquiera a producir un volumen y cantidad que te ofrezcan una remuneración mínima.
jaja, muy buen post, como todos. y también me he quedado flipao con Jordi Sierra i Fabra, aunque me da a mi que me iba a gustar poco ^^
lo del blog es muy interesante, pero yo no veo cómo conseguir lectores, gente activa que participe. empecé un blog en 2006 o 2007 (lo abandoné hace 1 año o 2) y no participaba ni el tato. para esto hay que ser popular o saberte moverte muy bien, o tener algo que yo no tengo 🙁
quizás podrías darme algún consejo extra…
«para esto hay que ser popular o saberte moverte muy bien»
Sí y no. Socializar y relacionarse con los demás es algo que no tiene que ser innato, puede cultivarse (te lo digo yo, introvertida y tímida y el alma de las fiestas. A veces). Yo llevo blogueando desde… puf. Ni me acuerdo. Igual el 2000 (tuve tres blogs más antes que este), pero la cosa no ha arrancado hasta este año. Lo que hace que un blog se mueva es algo muy simple pero a la vez muy complicado:
-Averiguas cuál es tu público, averiguas qué necesita, le das lo que necesita.
Creo que, en los blogs, en el momento en que empiezas a escribir para los demás en vez de para ti es cuando la cosa empieza a moverse. Luego hay mil técnicas y tácticas para darle empujoncitos a la cosa, pero en el fondo se reduce a eso.
Tal vez convendría hacer un artículo largo de cómo mover un blog de escritor… lo malo es que no me hacen mucha gracia los artículos de blog sobre cómo hacer artículos de blog. Demasiado… meta.
gracias por responder, gabriella. yo es que no sé si tengo un público, a parte de ser bastante raruno -y a veces, políticamente poco correcto-, suelo tocar bastantes temás, y muy variopintos. otra cosa es que dedique mi blog a una sola temática o abra uno nuevo específico para eso; pero, aunque tenga el gen de escribir y la habilidad de la imaginación, no tengo unos conocimientos sobre lo literario, por ejemplo como tú, para tener algo realmente valioso que compartir más allá de mis inquietudes. y tampoco sé si me gustaría. y esa la única forma de captar la atención, o siendo popular o teneiendo algo interesante que ofrecer (y mucho tiempo para ello, que un blog no es una novela, pero tiene su trabajo :p).
Bueno, con lo del tiempo no te voy a discutir. Un blog implica una buena inversión de tiempo, sí. Además de los quebraderos de cabeza de intentar dar con todo aquello que pueda interesarle a tu público… sin saber si eso tendrá algún beneficio para ti más allá de poder conocer a gente maja y debatir sobre temas candentes.
Cómo no querer un poco de cada una… Suena ambicioso… Pero que más da… Como no sentirme orgulloso… Ver mi libro en un estante me provocaría varios y diminutos órgasmos… Como no Llegar con mis frases a todos los rincones del mundo… Oh por Dios un millón de ejemplares vendidos sería genial… Por que no un premio, cualquiera que sea… Por obvias razones la escritura podría ser mi mayor fuente de ingresos… Y por último lo del Corpus Literario no me queda claro, pero por ser el último que llegue sólo…
«Ver mi libro en un estante me provocaría varios y diminutos órgasmos». Creo que es algo casi sexual, desde luego. O maternal, no sé (¡ese libro lo he parido yo!). Reproductivo, de cualquier modo 😛
Creo que ahora estoy en el punto 2 (porque aún no he empezado) y en el futuro me gustaría asentarme en los puntos 3 y 6. Vamos, pero que también quiero que me toque la lotería, soy muy soñador.
Eh, los sueños son gratis 😀
Siendo realista: de momento terminar una novela. Luego ya llegar a muchos lectores y tener el suficiente público y ventas para seguir escribiendo. Al poder ser vivir de esto (vale, esto no es muy realista, pero yo pido).
Soñando: que la BBC haga series, películas y radionovelas de mis historias con mis actores favoritos 😛 (Hollywood está overwrited 😛 )
Sí, lo de la BBC no está mal. Puestos a pedir… 😀
Estupenda información. En definitiva deseo con ferbor llegar a ser el número 5, por esa razón estudiaré Letras en la máxima casa de estudios de mi país, para poder materializar mi sueño de dignificar a la literatura y dejar boquiabierto a la crítica. ¡Saludos! Eres una escritora estupenda. Me encanta este blog
¡Gracias, y ánimo con ese deseo!
buena!!
Puedo opinar que se entrelazan los 8 puntos de tiempo a tiempo en un escritor.
Si tengo un poco de todas, no me decido, pero creo que sobresale mas la numero 3.enio
ya quiero dar rienda suelta a mi ingenio.
Gracias
Así es. A lo largo de nuestra vida y dependiendo de nuestras experiencias y aprendizaje, es evidente que querremos cosas distintas. No hay un «tipo» puro, e incluso se pueden querer varios de esos puntos a la vez 🙂
Gabriella, llevo leyendo tus entradas un montón, pero nunca había comentado hasta ahora. Lo primero es decir que me encanta, y me sirve para aprender mucho. De verdad.
En cuanto a mi tipo de escritor… No se, nunca me lo he planteado. Leyendo tus categorías, veo que he ido perteneciendo a algunas de ellas, a medida que iba escribiendo. Tengo libros con mi nombre en portada, editados por editoriales, tAnto en papel como en ebook, y hasta he ganado alguna cosilla en esos concursos de los mundos fandomitas de Crom.
Pero lo que busco ni es hacerme rico con la escritura (me encantaría, pero soy realista, ay, y se que no podría siquiera vivir de ello), ni que mis obras pervivan para la posteridad. Simplemente quiero que la gente me conozca, lea mis cuentos (y quizas algun día alguna novela) y me diga, ¡oye, me he divertido un montón!
Eso es simplemente lo que busco.
Sigue con estos post, que son geniales.
¡Hola, Ramón, qué ilusión verte por aquí! No tenía ni idea de que me leías.
«Simplemente quiero que la gente me conozca, lea mis cuentos (y quizas algun día alguna novela) y me diga, ¡oye, me he divertido un montón!».
Y ese es un objetivo perfecto, creo yo 🙂
Un beso muy fuerte y gracias por comentar.
Yo lo único que quiero es escribir bien. No sé si un libro, varios cuentos, artículos o cualquier pensamiento que me pase por la cabeza, pero escribirlo bien. Supongo que pertenezco al primer grupo. Quiero escribir algo de lo que me pueda sentir contenta, porque sepa que está correcto, adecuado, bien escrito. Ya está.
Sí, pertenezco al grupo de los escritores felices. Y corregir mucho me gusta. Todo son ventajas. Es divertido y además aprendes, y es barato, y entretenido, y bueno para el cerebro y la mente, y te puedes perder en cualquier selva o planeta, y es terapeútico en cualquier selva o planeta, y es más barato que el psicólogo y…
«Sí, pertenezco al grupo de los escritores felices. Y corregir mucho me gusta. Todo son ventajas. Es divertido y además aprendes, y es barato, y entretenido, y bueno para el cerebro y la mente, y te puedes perder en cualquier selva o planeta, y es terapeútico en cualquier selva o planeta, y es más barato que el psicólogo y…».
Pues a mí me parece genial que exista un grupo de escritores felices. A ese tendríamos que pertenecer todos, y solo permitirnos unos minutos al día para reflexionar sobre las cosas malas de escribir, lo justo para poder ponerles remedio.
Hola Gabriella, acabo de descubrir tu página web y me siento como si estuviera en mi casa. Creo que empezaré a leer todos tus artículos. Un gusto conocerte.
¡El gusto es mío, Guille! Espero que te quedes por aquí 🙂
Hola, Gabriella
Creo que las personas somos en general inconformistas por naturaleza. Antes de autopublicar mi libro, me conformaba con conseguir el objetivo número 1. Sin embargo, una vez publicado, ahora me gustaría lograr algunos de los otros objetivos que mencionas. Por ejemplo, que mi libro esté en las estanterías de las librerías (o mejor aún, de las bibliotecas, algo que voy consiguiendo poco a poco comprando ejemplares de mi propio libro y donándolos a las bibliotecas públicas). Por supuesto, me encantaría alcanzar el objetivo 3, llegar al público con mis palabras y obtener algo de feedback, que los lectores me escriban o me dejen reseñas comentando lo que mi libro les ha parecido. Lo de vender miles de copias y vivir de ello no me parecen por el momento objetivos alcanzables. Y lo de los premios literarios para mí estaría al final de mis prioridades (en general me fío muy poco de los premios literarios; la mayoría de las veces me huelen a chamusquina).
Enhorabuena por el blog y saludos,
Mayte
¡Cuánta razón, Mayte! Tal vez sea buena idea mirar estos objetivos pensando en qué queremos primero, ¡ahora!, y luego ir considerando todo lo demás 😉
Respecto a los premios, yo sí soy partidiaria, pero por razones diferentes al objetivo expuesto en el artículo. Creo que son formas excelentes de motivarse (por ese gusanillo de esperanza y por tener una fecha de entrega marcada). El truco es presentarse a muchos y dar por sentado que no vas a ganar (pese al gusanillo). Así no hay decepción, pero sí puede haber una gran alegría si te llevas algo. Sí que hay mucho chanchullo y mucho nepotismo con los premios, pero también es cierto que los hay limpios. A mí me parecen motivadores muy buenos.
Muchas gracias por leer y comentar.
El punto tres, ¡definitivamente!
Saludos a todos, muy buenas interrogantes.
Gracias por pasarte y comentar, Zoe 😉
Yo escribo desde hace casi 30 años,no tengo estudios literarios, fuè algo que surgió durante una època muy dificil de mi vida. No programo lo que voy a escribir los temas surgen por si solos como si alguien me estubiera dictando lo que debo de escribir. Algunas personas me han dicho que reciben mensajes a travéz de mis escritos. ¿Cuàl sería la categoría bajo la que mis temas se podrían clasificar? ¿Hay forma de publicar dichos escritos
Aquí un pequeño ejemplo;
Inspirado en la ciencia y con esmero
Lucha el hombre sin cesar por descubrir
Si mas allà del limite del cielo
Hay un sitio mejor para vivir.
****
Cuando las almas se elevan
Para llegar al Creador
Se tornan en rosas blancas
Y como herencia nos dejan
El perfume de su amor…
****
Agradezco de antemano su atención ¡Muchas Gracias!
En mi opinión, cada escritor es promocionado en las mentes de otros individuos por sus letras. La cantidad y la calidad no se discuten en este orden literario, si bien, producir un texto es satisfactorio para el que se da la oportunidad de realizarlo y de este modo transmitir ideas a todo aquél que lea sus escritos e inclusive a sí mismo.
No soy escritor, no soy redactor, no soy crítico, solo me agrado el contenido y por eso compartí mi punto de vista con ustedes queridos lectores y escritores del mundo.
Atte.
Suerte para todos.
¡Gracias, Alfonso! Estoy de acuerdo con lo que dices. Personalmente lo considero aún más complejo. Por ejemplo: buscar la eternidad literaria es loable, pero me parece que para conseguir dedicarnos a crear textos memorables, también tenemos que comer. Así que entrarían también factores económicos, históricos, sociales, etc.
[…] Hay 7 tipos de escritores: elige el tuyo. Este, también del 2015, es uno de esos artículos que cito en mis talleres, consultas, etc. Si sabes qué consideras éxito, si sabes qué quieres realmente como escritor, será mucho más fácil diseñar el camino que necesitas para progresar. […]
Hola Gabriella, un placer leerte nuevamente. Yo me rompí la cabeza con esto durante un tiempo antes de terminar mi libro, me parecía importantísimo saber a dónde iba antes de dar un paso más. El marketing y todo el asunto de emprender con la escritura me daba comezón (y eso que estudié comunicación y me he dedicado a la mercadotecnia); simplemente no quería mezclar mi pasión y mi vocación con los negocios; llámame cursi, pero la escritura es demasiado sagrada para mí como para reducirla a cifras y cuentas por pagar -y eso si es que la escritura te da para eso, que es improbable-. Así fue que redacté el «proyecto libertad» (hasta título le puse) y es algo así como un juramento de Hipócrates que me hice a mí misma donde mi objetivo si bien es que si voy a hacer algo lo quiero hacer bien y si voy a dar algo necesito recibir algo a cambio (ya he intentado regalar y eso tampoco es lo mejor), el objetivo último, que imagino lo relaciono más con el tipo número tres, es el de crear comunidad.
Hay algo fascinante en la comunidad que se crea en las comicons, en las ferias de libro, en los círculos de lectura, en estas salitas virtuales a un lado del tiempo que se crean al final de blogs como este, o en los grupos de facebook. Esa comunidad, ese coincidir todos en un mismo mundo fantástico, eso es lo que a mi me gustaría lograr con mi escritura. Compartir mis mundos interiores e invitar a otros a disfrutarlos tanto como yo, a enamorarse de los personajes y usar sus experiencias para la vida real. Junto con esto, mi objetivo de escribir es sobre todo lo demás, escribir. Porque, como ya bien sabes, escribir una aventura es vivirla diez o veinte veces (una con cada edición jaja) y esa aventura es tan apasionante que creo que escribo por vivir más.
Yo me quedo con los siete.
[…] Hay 7 tipos de escritores: elige el tuyo […]
[…] Hay 7 tipos de escritores: elige el tuyo […]
Gracias, Gabriela. Muy bueno el artículo. Recién lo descubro y voy a seguir leyéndolo porque me parece muy interesante. Yo hace mucho tiempo que escribo y he pasado por casi todos los tipos. Ya quise poder tener un libro publicado -llevo 4, todas autoediciones pagadas de mi bolsillo. Ya he visto mis libros en librerias y en stands de la feria del libro, dejando «a consignación» y cobrando la venta de algún ejemplar. Ya gané varios premios literarios en mi país: Uruguay. Y definitivamente vendí poco más de 100 ejemplares de mi primer libro, luego de varios años. Unos 50 del segundo y más o menos lo mismo de los otros 2. En casa tengo montones de ejemplares sin vender llenando una pieza o casi. Así que definitivamente no pienso ganarme la vida con la escritura -trabajo en el estado y con eso vivimos mi mujer y yo- pero eso sí, continúo adelante buscando nuevas formas de hacerme conocer. Tengo blog y comparto en redes sociales.
Mi país ha caído bastante en cuanto a lo cultural y mucha gente que consumía arte emigró así que se ha puesto muy difícil para vender e incluso mucha gente dice que ya no lee, prefiere el celular. Bueno me consuelo pensando que algún día quizás después de muerto redescubran mi obra y se haga famosa y digan: «¡que interesante este escritor como describía su sociedad!
Soñar no cuesta nada. Ideas no me faltan y ganas tampoco. Así que a los que escriben, ¡no se achiquen!
Muchas gracias por tus consejos. Me gustaron también los comentarios.
Voy a seguir leyendo tu página.
Gabriella, bien bueno el escrito sobre los propósitos de los escritores respecto a sus escrituras. Para nadie es un secreto que en ésta era de comercialización desmesurada todos o la gran mayoría buscan que cualquier cosa que hagan les genere algún tipo de ganancia o utilidad. A pesar de ello, creo que faltó una de las cosas más importantes por mencionar que es el hecho de que la escritura le GUSTE a la persona que escribe y que sienta placer al hacerlo. Estoy seguro que hay mucha gente a quienes se les hace facilísimo escribir párrafos tras párrafos, frases tras frases, palabras tras palabras, letras tras letras. Plasmar ideas abstractas en el lienzo blanco con los pinceles del abecedario es una virtud, un don que algunos poseen y algo que les da placer. Podrías incorporar en las categorías una que diga «Escribo mucho por placer y me gustaría saber si puedo ganar dinero con ello».
El punto a destacar es que una de las premisas ineludibles debe ser que el escribir sea una consecuencia del gusto o placer que esta actividad genera en el autor, más no debe considerarse como un medio para obtener cualquiera de las cosas que se mencionan arriba. El escribir debe ser la causa y no el efecto porque de lo contrario muchos pensarán que deben adentrarse en la ingeniería lingüística únicamente por dinero, fama, reconocimiento, o cualquier cosa vinculada con el ego.
No recuerdo en qué parte fue que escuché a alguien decir «lo único que se multiplica es el conocimiento» y ese puede ser un propósito del escritor: ayudar a crecer a otros, a entender la vida, trasgredir, estremecer imaginarios, volcar dogmas a trascender. La escritura, es mi humilde opinión, debe fundamentarse más en dar que recibir.