Qué complicado es esto de mezclar arte y mercado, creación y venta. Son dos mundos muy diferentes que sin embargo se acaban viendo mezclados, de forma inevitable. El arte suele llevar asociado una recepción, y en el caso de los libros, los productos expuestos se pagan. Mediante estas ventas, el autor puede hacer cosas mundanas pero necesarias como pagar la hipoteca y comer.

Bueno, esa es la teoría.

Como es un tema recurrente entre escritores (y algunos editores y lectores), he decidido pelearme de frente con el espinoso debate del marketing de una obra literaria. ¿Cuál es el enfoque ideal para promocionar un libro? Y estos son los puntos que más veo, las cuestiones de las que más hablamos entre nosotros. Aquellas que atacan el complejo nudo gordiano de la relación entre la pureza de lo artístico y la aparente «suciedad» de la comercialización.

Ahí van. Aviso: Este artículo es bastante largo, y eso que he eliminado un buen montón de paja. Es un tema sobre el que he leído y debatido bastante con colegas de profesión y sector, y aun así tengo la sensación de que no hago más que arañar la superficie. Haceos un té o algo y echadle ratico.

Primera pregunta, y la más frecuente:

1. ¡Pero si yo lo que quiero es crear! ¿Por qué tengo que mancharme las manos con… (temblores y mareos)… publicidad?

downloadVale, agarraos porque esta respuesta es larga.

Por razones obvias, cuando hablamos de publicidad, tenemos en mente todo lo que esta tiene de malo. Anuncios engañosos, spam insoportable… ¿Cuántas veces habéis comprado un producto y luego os habéis sentido decepcionados? En muchas ocasiones esto responde a una promoción agresiva y poco ética que recurre a tácticas a corto plazo de lo más destructivas. Estas tácticas son contraproducentes: el consumidor se siente estafado y ya no confía en la marca. Por ello se usan tanto este tipo de promociones en emprendimientos concebidos para una vida corta, como pueden ser los productos de negocios piramidales, las ventas de teletienda, las campañas políticas justo antes de una votación, las suscripciones a servicios blindados, etc.

Como es lógico, cualquier escritor con un mínimo de ética quiere evitar que sus lectores vivan esa experiencia de decepción y cabreo. Pero se nos olvida en qué consiste, realmente, la mercadotecnia:

Consiste en ofrecer determinado producto a un grupo de personas que están buscando ese producto.

No tiene más.

Si tienes una novela de erotismo sadomasoquista y a montones de mujeres que nunca han oído hablar del BDSM ligero y que no están del todo satisfechas en su matrimonio, ¿qué es lo que ocurre?

Fijaos, el producto no tiene que ser ni bueno (y perdonad que siempre ponga el mismo ejemplo, pero es que es muy útil). Ese montón de mujeres no son, necesariamente, lectoras asiduas. No están buscando calidad literaria, sino un ratito de emoción. Otra cosa muy distinta es la responsabilidad personal del autor (¿es conveniente dar una imagen un tanto distorsionada del BDSM? ¿Es responsable proporcionarle al lector un texto de calidad formal baja? ¿Queda claro el límite en esta novela entre una sexualidad divertida relacionada con el D/s y la manipulación emocional o incluso el maltrato?Ahí entraríamos en debates muy distintos).

Así que si tú tienes una novela buenísima sobre caníbales adictos a la ropa de marca y resulta que ahí fuera hay gente que está buscando una novela buenísima sobre caníbales adictos a la ropa de marca, ¿qué hay de malo en mostrarles tu trabajo?

Tal vez va siendo hora de quitarnos de la mente esa imagen de que el buen creador no puede ser conocido ni vender su obra.

2. ¡Pero mi libro es buenísimo! ¿Acaso no es suficiente el boca a boca?

download (1)Voy a contaros un secreto. ¿Sabéis todos esos libros que dicen que se vendieron sin ninguna promoción, solo por recomendación entre lectores? A veces es mentira. De hecho es una táctica editorial de promoción más, para “encariñar” al público con el libro y el autor. La mayoría de estos casos tuvieron un buen empuje editorial de base, una promoción fuerte inicial. Claro que fue el boca a boca lo que luego los convirtió en superventas, y las recomendaciones siguen siendo la manera más potente de que se mueve un título. Pero si no tienes ese empuje inicial, de poco sirve. El boca a boca hace que un libro se mueva, pero antes tienes que dispararlo.

Voy a poneros un caso típico, que ya he visto en un par de ocasiones. Un autor saca un libro y este se vende bastante bien para su sector, gracias a las recomendaciones, el boca a boca y porque, francamente, el libro es excelente. El libro tiene muy poca publicidad por parte de su editorial, pero aun así se vende.

Sería fácil asumir que este libro triunfa por lo bueno que es, porque todo el mundo se lo recomienda. Pero la realidad es que el autor ya tenía un seguimiento básico gracias a la excelente labor de publicidad de la editorial que sacó su libro anterior. Esto no le garantizaba ventas, claro, pero sí un interés mínimo. Digamos que era el empujón que necesitaba para sacarle el máximo partido a una obra realmente buena.

Otro buen ejemplo es John Green, autor de Bajo la misma estrella. Puede parecer que Green es un fenómeno inesperado, alguien que de repente aparece de la nada y vende como churros porque sus libros molan. Pero la verdad es que Green lleva años currándose una plataforma fabulosa a través de Youtube, con una interacción periódica y real con sus lectores.

Ser bueno no es suficiente. Tienen que saber que eres bueno.

3. ¿Cuál es el mejor género/sector/tema/estilo para vender?

download (2)Ante todo creo que tenemos que dejar claro algo de lo que muy pocos escritores se dan cuenta, y que a mí, personalmente, me produjo un gran alivio descubrir. Y es lo siguiente:

Para un escritor (o cualquier artesano), creación y promoción no se relacionan. Son cosas separadas, diferentes, y debemos mantenerlas así.

¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que la visión de mercadeo no debe influir en lo que escribimos. Escribir debe ocupar un espacio único en nuestra cabeza y nuestro tiempo (para muchos, de hecho, incluso un espacio literal, un lugar que solo usamos para la escritura y la creación). Hagas lo que hagas, no pienses en público, ventas o críticas cuando estás escribiendo. El bloqueo será tremendo, y tu texto no será honesto. Gran parte de nuestras inseguridades como escritores provienen de las preocupaciones relacionadas con la recepción tanto crítica como comercial. Preocúpate de eso después. El espacio creativo es solo para crear. Y ahí puedes hacer lo que te dé la real gana. ¿Novelas nazis protagonizadas por gaticos? Vale. ¿Porno con dinosaurios? También. Lo importante es crear.

Luego tienes tu espacio (de tiempo, de trabajo) para corregir y pulir tu obra, y otro espacio aparte para promocionar el texto ya creado. Te sorprendería descubrir que el porno con dinosaurios tiene un nicho de mercado.

En el momento en que realmente me di cuenta de esto, de la separación entre ambos aspectos del trabajo artístico, la liberación fue alucinante. Desde entonces he vuelto a disfrutar del acto de escribir (además, escribes mucho más rápido).

Así, yo diría que lo ideal no es elegir un tema, género o sector simplemente porque venden más, sino dar con aquel que nos apasiona y luego preocuparnos por buscar nuestro público. Lo cual no quita que si nos gustan varios géneros y uno vende más que otros, sería absurdo no aprovecharse de esa coyuntura, ¿no?

4. Yo ya tengo editor, ¿acaso no es su trabajo promocionarme?

people-314481_640Esta pregunta es sorprendentemente común entre escritores que empiezan. Si se la haces a alguien que ha sacado ya un par de libros, te mirará extrañado, como si le preguntaras a qué hora empiezan los perros el brunch por estos lares.

Y es porque, en la mayoría de los casos, los editores disponen de escasos medios para la promoción. Hay un presupuesto ajustado (si lo hay), siempre van fatal de tiempo, y en la edición tradicional hay una mentalidad de movimiento rápido: el libro se promociona solo cuando sale. Al cabo de tres meses, tienes suerte si te sigue contestando a los correos. (A no ser que tengas una editora como la mía. Pero me temo que ella es una excepción). Y no es de extrañar: la vida del libro tradicional es asombrosamente corta.

Así que, sintiéndolo mucho, los autores nos tenemos que quitar de encima la idea de que la labor promocional es exclusiva del editor. Claro que es su responsabilidad, pero la realidad es que muchos editores no cumplen con las expectativas del escritor en este sentido. Y tampoco vas a quedarte de brazos cruzados si ves que la editorial no está moviendo un dedo. Os aseguro que gritarles no sirve de nada: la estrategia más eficiente es trabajar con ellos.

La mayoría de los editores (y os lo dice alguien que también ha sido editora) están encantados cuando un autor muestra iniciativa. No esperes a que tu editorial te organice promociones: muévete tú también, siempre, eso sí, informando a la editorial de cada uno de tus planes y progresos para evitar malentendidos y problemas.

Y si no tienes editor, si eres autoeditado, más te vale ponerte las pilas.

Esos libros no se van a vender solos, por mucho que los mires con amor y deseo telépata.

5. ¿Por qué necesito una plataforma?

download (3)Seguro que lo estáis viendo por todas partes. “Tienes que crearte una plataforma”. “Vende mucho porque tiene una gran plataforma”. Y os estaréis preguntando: ¿qué es eso de la plataforma? ¿Un sitio de madera en alto desde el que poder colgarme al ver que he vendido veinte libros?

Una plataforma, tal y como yo lo veo, es un hogar.

Imaginad que vivís en un piso diminuto en medio de ninguna parte. Nunca invitáis a nadie. Vuestros libros están escondidos en un trastero. ¿Quién va a encontraros? ¿Quién va a encontrar vuestros libros?

O tal vez vivís en varias casas dispersas y destartaladas a la vez, yendo de una a otra sin hacer a ninguna realmente vuestra, sin darle personalidad. Eso tampoco es muy útil para vender libros.

(Esto no lo toméis como algo literal, sobre cómo debe ser vuestro hogar real y físico, quiero decir. Ahí lo importante es que se adapte a vuestro trabajo, no que lo uséis como librería. Aunque hay gustos para todo).

Si tenéis una mansión bien amueblada de expositores de vuestra obra, un lugar céntrico al que invitáis siempre a vuestros amigos (pero no a todos, solo a los que gustan de la lectura), hay muchas más posibilidades de que entre deliciosos cócteles y cupcakes que cualquier parisino envidiaría, alguno de vuestros amigos dirá: “oye, voy a llevarme ocho libros de estos tan bonitos que has escrito; dos para mí y seis para regalar a mis compañeros de puenting”.

Una plataforma, en esencia, es una web, un lugar virtual de información y encuentro. Existen las plataformas no centradas en Internet (se me ocurren, por ejemplo, los columnistas de opinión que todavía tienen la mayor parte de su seguimiento en periódicos físicos), pero poco a poco se van quedando obsoletas.

Si lo que realmente os mola es Twitter, podéis tener una plataforma en Twitter (o en Facebook, o Pinterest2, o donde queráis). Pero necesitaréis siempre un lugar básico al que volver. Luego ya podréis ir añadiéndole, mediante redes sociales y otras herramientas, todas las alas y terrazas que os dé la gana. Lo cual nos lleva a…

6. ¿Cuál es la plataforma ideal para un escritor?

twitter-292994_640Una pregunta excelente, desde luego, y no me extenderé mucho para no pisarme el artículo que escribí sobre las redes sociales para escritores. Como he comentado en el punto anterior, lo ideal es tener un lugar central e ir añadiendo según os convenza y convenga. Muchos profesionales coinciden en la importancia de tener una web principal y/o una lista de correo. Twitter e Instagram podrían desaparecer mañana; Facebook podría cambiar sus algoritmos (otra vez), Google+ podría llegar a dominar el mundo, pero una web es una web. Es un sitio de encuentro e información. Parte de esa base y luego tienes montones para elegir. Aquí os dejo una lista de enlaces con artículos que aconsejan sobre cómo utilizar algunas redes fundamentales como escritor. Aparte, también hay una lista larga de comunidades online dedicadas especialmente a compartir tu escritura. (También aquí). (Y aquí).

  • Twitter
  • Facebook
  • GoodReads
  • Amazon
  • Pinterest
  • LinkedIn
  • Youtube (en inglés)
  • Tumblr (no he encontrado ninguna guía como tal, pero ya hemos visto que algunos autores, como Austin Kleon, lo usan con éxito. Recomendado sobre todo para aquellos que realizan una escritura más visual, o que gustan de compartir imágenes relacionadas con lo que escriben, al igual que Instagram). Eso sí, advertencia: por su carácter visual y de consumo rápido, Tumblr puede ser una distracción muy peligrosa.
  • Y para estar al día en actualidad editorial, literaria y ver lo que anda leyendo la gente, siempre recomiendo Lecturalia.

(Si conocéis más plataformas que creéis que pueden ser interesantes para la promoción de escritores, no dejéis de mencionarlas en los comentarios).

Y recordad: no es mejor estar en más plataformas, sino saber desenvolverte bien en una o dos.

7. ¿Cuánto tiempo debería dedicar a promocionar mi trabajo?

time-371226_640Esta tiene una respuesta también sorprendente. Los gurús no terminan de ponerse de acuerdo en el porcentaje exacto, pero la mayoría dirían que deberías estar dedicando un 50% del tiempo asignado a crear y un 50% de ese tiempo a promocionar (y recuerda, ¡no los mezcles!).

Preocupante, ¿verdad? Después de todo, dentro de ese tiempo asignado a la escritura, también tienes que:

-Corregir

-Enviar y tratar con lectores cero para aplicar (o no) sus sugerencias

-Reescribir

-Leer mogollón

-Corregir de nuevo.

-Leer aun más.

Y dentro del tiempo dedicado a promocionar, como mínimo tienes que:

-Leer artículos y libros sobre las experiencias de otros autores en estos campos

-Construirte una presencia online, esa plataforma de la que hablábamos

-Responder y enviar emails

-Acudir a encuentros, convenciones, presentaciones, etc.

Y además resulta que tienes un trabajo, o tienes hijos, o tienes que hacer otras cosas que te den de comer, porque, seamos sinceros, vas a tardar mucho en ver dinero de tu obra (si lo ves).

Así que creo que quien se haga esta pregunta número 6 tiene que hacerse otra mucho más importante:

¿Cómo de importante es para mí escribir? ¿Es una de mis prioridades vitales?

Si la respuesta es (jo, pobrecito/a), tienes que hacerte otra también fundamental:

¿Escribo solo para mí o quiero que me lean otros?

Porque si quieres que te lean otros… mala noticia: vas a tener que moverte y dedicar ese tiempo a la promoción.

He leído barbaridades como que el reparto debe ser de un 20/80 (80 para promoción), pero eso ya depende del tipo de trabajo y producción de cada uno. Hay blogueros, por ejemplo, que escriben 20 artículos al año y dedican el resto de su tiempo a mover esos artículos y a promocionar su marca. Otros escriben casi todos los días y van así acumulando atención y visitas. Creo que es un buen ejemplo de cómo puede ser el trabajo autorial: una cuestión de prioridades. Elijas lo que elijas, sé sistemático. No promociones sin calendario ni horario, a diestro y siniestro, sin pensar. Os lo digo por experiencia: no funciona.

Y otro consejo que creo que es de lo más útil: elige una plataforma que te encante. Para mí compartir en el blog, en Twitter y en Facebook no es una tarea, es una diversión sistemática. Promocionar no tiene que ser aburrido.

8. ¿Cómo puedo evitar perder el tiempo probando tácticas que no sé si funcionarán?

download (4)Oh, qué gran pregunta. Yo diría que puedes hacerlo de dos maneras:

Ensayo y error. Mi gran debilidad. “Vamos a probar esto” y “vamos a probar esto otro”. Si eres una persona disciplinada y lógica, probarás, te darás un tiempo cerrado para dicha prueba, y si no funciona apuntarás cómo y por qué. Si eres una cabeza loca como yo, perderás muchísimo tiempo probando cosas solo por probar, sin darles el tiempo ni las tácticas necesarias para sacarles partido. Dedicarás, por ejemplo, horas y horas de tu vida a vomitar tus chorradas personales en un blog, sin que se te ocurra que podría ser un buen lugar donde compartir tus experiencias como autora. ¡Aprended de mis errores!

Aprende de los profesionales. Lee libros y blogs de escritores de éxito, muchos están curiosamente encantados de contarte cómo alcanzaron dicho éxito. Claro que hay mucha palabrería e idealismo sin sentido. Yo tengo un truco para distinguir la paja del oro, no sé si os servirá: el oro a veces es gratis. Ya, sé que suena raro, pero generalmente la gente que da los mejores consejos no cobra por ellos, los da porque realmente quiere ayudar a otros a aprender de su experiencia. Y muchas veces los que cobran por ellos solo buscan hacer dinero de información regurgitada que ni siquiera se han molestado en poner en práctica y comprobar. Por supuesto, si lees el blog de un autor que dice cosas muy coherentes y luego tiene un ebook más elaborado a la venta, cómprate el ebook. Pero no te lances a ciegas a adquirir montones de libros de gente sin ninguna validez ni esfuerzo real detrás.

Por desgracia, algunos de los mejores profesionales del mundillo escriben en inglés. Pero para eso estoy yo, para traducir y resumir y tragarme libros a mansalva y ofreceros lo mejor de ambos mundos (¡de nada!).

9. ¿Qué tácticas debo utilizar?

chess-316658_640Hay un tema recurrente en los mejores libros que he leído sobre promoción y edición (a ver si traducen ya el de Write. Publish. Repeat, porque además de buenísimo es muy divertido), que es el siguiente:

No se trata de tácticas, sino de estrategia.

Las tácticas son prácticas que probamos, que ponemos en funcionamiento. Pero deben estar en consonancia con una estrategia general. Las tácticas son a corto plazo, las estrategias son a largo plazo. Por ejemplo, una táctica podría ser “pongo mi libro en Kindle Select porque así tengo mejores opciones para promocionarlo” o “voy a hacer una fiesta en el bar de mi amigo donde regalaremos copas a quien compre el libro (os juro que esta táctica funciona preocupantemente bien para vender ejemplares; otra cosa es que ese sea el público al que quieres llegar)” o “voy a poner este enlace en Twitter cada treinta segundos hasta que alguien me haga caso» (no muy recomendable). Una estrategia sería “voy a encontrar a la gente a la que le pueden gustar mis libros para poder vendérselos” o “voy a vender lo suficiente como para poder irme a vivir a las Bahamas (nadie dijo que tuvieran que ser estrategias realistas)”.

Una estrategia es tu plan a largo plazo. Tácticas las hay a montones, solo tienes que poner “cómo promocionar mi libro” en Google. Pero si te limitas a utilizar solo las que encajan con tu estrategia, las que están en concordancia con tu objetivo último (“que me lean”, “ayudar a los demás” , “hacer dinero”, “compartir la palabra del Monstruo Espagueti Volador”), hay muchas más posibilidades de que te acaben dando resultados positivos.

10. ¿Sirven de algo las tácticas tradicionales (notas de prensa, presentaciones, sesiones de firmas…)?

128px-Elliott_Bay_Books_-_author_reading_01AOtra pregunta excelente (¡estás on fire hoy, Gabriella!). Muchos estamos todavía acostumbrados a las usanzas del mercado tradicional. Giras de presentaciones y firmas, ferias del libro, merchandising en papel (marcapáginas, flyers, dossiers de prensa), contacto con medios y etc. Algunas de estas tácticas todavía funcionan (personalmente creo que los marcapáginas, por ejemplo, son un acierto, porque la gente no los tira), pero tenemos que tener en cuenta que estamos en la era de internet y la inmediatez. La mejor forma de conseguir que alguien compre tu libro ya no es mantener una marca y visibilidad ocasional a través de medios tradicionales.

Os pongo un ejemplo tonto, que además se refiere a algo que he ratificado con otros compañeros de profesión y de medios de comunicación: todos ellos podrían contaros anécdotas similares. Hace más de diez años, colaboraba en una web de creación literaria. Era la época en que este tipo de webs nacían y nosotros éramos pioneros. Nos entrevistó El País, para su edición andaluza en papel. Ese día (y durante las semanas siguientes), nuestras visitas se multiplicaron por cinco; muchos de los que visitaron nuestra web se quedaron como usuarios y crecimos de manera exponencial.

Hoy en día, dudo que hubiéramos conseguido 200 visitas con esa entrevista. Estamos tan bombardeados de información (y esta cada vez se nos presenta de forma más atractiva) que es realmente difícil conseguir llamar la atención de alguien, más todavía que pinche siquiera en un enlace a un libro. Así, tenemos que ponérselo fácil, facilísimo, al lector potencial. Tiene que tener los menos clics posibles para comprar (aquí, por ejemplo, Amazon es el rey. Con un solo par de clics has pagado y tienes ya el libro en tu ereader, o de camino a tu casa. Otras webs como Sportula o Lektu están siguiendo en esa dirección).

Así que, una vez más, recurrimos a la estrategia. Si tu estrategia es crearte una imagen, que la gente te reconozca como escritor y consuma tus productos (y qué feo queda hablar así de un libro, ¿verdad?), una presentación física es muy buena idea. Tendrás pocas ventas (puede incluso que pierdas dinero, si tienes que organizarla tú), pero habrás conseguido una interacción con lectores que afianzará su seguimiento (siempre que sepas hablar en público, ejem). Si tu estrategia es hacer dinero vendiendo ejemplares, o si eres una persona introvertida a la que este tipo de cosas le horrorizan1, una presentación no es, necesariamente, una buena idea. Tal vez tengas más éxito ofreciendo tu libro en digital y dándoles a tus lectores potenciales un pack con varias de tus obras, con su correspondiente descuento, incitándolos a comprar varios libros a la vez y así ahorrar dinero, por poner un ejemplo de táctica asociada a dicha estrategia.

11. ¡Quiero que me conozca todo el mundo, ahora! ¿Qué debería hacer?

If_there_is_a_future_we_want_it_nowPrimero, quitarte esa idea de la cabeza. Con muy muy contadas excepciones, los libros no son objeto del gusto de todo tipo de lectores. Los géneros y las etiquetas (y las portadas iguales) sirven, precisamente, para que los lectores puedan ir directos a los libros que tienden a gustarles, para minimizar el riesgo de llevarse una decepción. Escribe lo que quieres escribir y luego preocúpate de ponerle etiquetas y pensar en tu público objetivo.

En este sentido dicen que es importante conocer tu nicho. Leer libros de tu género, conocer los trucos del oficio. No estoy de acuerdo al 100%. Yo leo juvenil, pero no mucho juvenil. Leo más fantasía oscura en general, porque es lo que más me gusta. Leo incluso más realismo, porque es en la literatura realista donde veo todos esos resquicios donde quiero meter hidras y sirenas y adolescentes con poderes mágicos. Leo muchos tipos diferentes de ficción, también leo ensayo, sobre todo si está relacionado con el acto de escribir. Creo que los mejores libros vienen de influencias muy diferentes. Y no quiero hacer todo lo que hacen los demás, una y otra vez. Como diría Sturgeon: el 90% de todo es mierda, así que creo que es más importante dedicarse a leer el otro 10%, pertenezca al género que pertenezca.

Pero sí es importante conocer a tu público, para poder llegar a tus lectores potenciales. Y con eso no me refiero a su edad, color de pelo y oficio. El público de El fin de los sueños no son chicos y chicas de entre 14 y 22 años con un poder adquisitivo medio. Para mí, el público de El fin de los sueños lo componen personas con una mente inquieta a la que les gusta descubrir mundos de colorines y bichos donde nada es lo que parece y donde tienes más que claro que todo va a ir de mal en peor (este es mi ideal, claro, otra cosa es que consiga llegar a esa gente; para eso está el trabajo del escritor). Lectores aéreos está dirigido a lectores que vuelan, a lectores que gustan de imaginar cosas imposibles, siempre con la certeza de que en el momento menos pensado la realidad los va a devorar y la gravedad los reclamará, atrayéndolos de forma triste e inevitable hacia el suelo cruel. Ya, soy una persona exigente. Solo quiero a los mejores.

En resumen, mi nicho es gente curiosa, gente despierta, que es la misma gente a la que le escribo en el blog. Es absurdo pensar que puedo escribir algo que le guste a todo el mundo, ni querría hacerlo. Sería menospreciar a esos lectores realmente increíbles que dicen disfrutar de lo que hago (¿no es eso lo más alucinante para un escritor, que te digan que han disfrutado de algo que has escrito? A mí me parece apabullante).

Respecto al AHORA que queremos todos, olvídalo también. Ya hemos dicho que las estrategias son a largo plazo. Claro que hay tácticas rápidas, para conseguir un puñado de ventas en poco tiempo. Pero sirven de poco si luego te canturrean los grillos el resto del año.

Hay éxitos inmediatos e inesperados. Pero generalmente responden a suerte, contactos prestigiosos, golpes de ventura, y duran poco. Los grandes triunfos tienden a guardar una historia larga de trabajo y frustración detrás.

12. ¿Y si la gente cree que soy un pesado?

bored-16811_1280Pues no seas pesado. No caigas en los errores típicos de escritor en las redes. No uses esas tácticas que a todos nos fastidian, cansan y mosquean. No le comas la oreja a todo el que te encuentres sobre tu libro. Sigue tu estrategia con respeto hacia el tiempo y los intereses de los demás.

Nadie te va a juzgar por buscar a una persona que anda loca por encontrar tu libro de porno con dinosaurios y ofrecerle tu libro de porno con dinosaurios a un precio decente. Pueden juzgarte por escribir porno con dinosaurios, pero ese es su problema.

Panda de mojigatos.

13. ¿Cuánto spam tengo que mandar para vivir de la literatura?

car-160343_1280Hacer esta pregunta, o cualquiera de sus variantes, implica dos problemas grandes:

No haber leído la respuesta a la pregunta anterior.

Creer que se puede vivir de la literatura.

A ver, no es imposible. Conozco a escritores que lo hacen (gritos de sorpresa e incredulidad). Pero es un proceso leeeeento y aaaaarduo, sobre todo si pretendes ser algo más que un bombazo con suerte que un día tiene adelantos de 10000 euros y al año siguiente se está comiendo los mocos. Tiene que ser tu prioridad absoluta. Tienes que ser consciente de que probablemente la mayoría de tus ingresos no vengan de tus libros, sino de actividades relacionadas. Los que escriben generalmente complementan sus ingresos con artículos, correcciones, lecturas editoriales, traducciones, talleres para escritores, libros por encargo, incluso un pelín de “negrura” aquí y allá… ¡o realizando trabajos que no tienen NADA que ver con la escritura! Y aun así la cosa está fatal. No puedes levantarte una mañana, decir “voy a dejarlo todo y vivir solo de lo que escribo” y ponerte a ello. Bueno, poder puedes, pero morirás de hambre. Primero, porque escribir algo medio decente suele exigir años y años de práctica. Empezar a ver algo de dinero en ventas exige años y años de paciencia (tened en cuenta que, sobre todo con la industria tradicional, los pagos se cumplen, si se cumplen, en periodos muy largos).

No es imposible. Es muy difícil. Pero si realmente quieres conseguirlo, más te vale levantarte a las cinco de la mañana para escribir todos los días antes de llevar a los niños al colegio, y releer todo lo anterior y ponerte manos a la obra para promocionar tu producto.

Porque puedes tener el mejor libro del mundo: si nadie lo ve, si es invisible, te lo vas a comer con patatas.


1Otro día hablamos del problema de la introversión de los escritores. Por la naturaleza de nuestro trabajo, solemos ser personas introvertidas, incluso tímidas. Pero hay maneras de superar la timidez y de planificarse si eres introvertido/a. Decir “me da vergüenza hablar en público” realmente no es una excusa.

2Editando a 31/08/15: No, Pinterest no. A día de hoy, no tiene el suficiente tirón en nuestra lengua para determinados sectores. Lo he probado, he analizado a los que tienen una buena cantidad de seguidores y movimiento y etc., y no lo recomiendo. Aunque hay redes especializadas y algunas que pueden dar buenos resultados si sabes usarlas (Instagram, LinkedIn, Google+), Facebook y Twitter siguen siendo los reyes del mambo, sin duda.

*Una nota de agradecimiento para Alejandro Castroguer, Vicens Jordana y otros escritores que comentaron sobre mi artículo anterior y que me hicieron reflexionar y redactar este post acerca de los problemas a los que nos enfrentamos los escritores en cuanto a la promoción de nuestro trabajo.


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