Ah, las redes sociales. Ese otro universo virtual donde vamos a comunicarnos, promocionarnos o perdernos. Qué de moda está ahora escribir sobre etiqueta y comportamiento en el mundo de internet. Y es que parece increíble, pero ahí fuera hay bastantes personas que no saben comportarse en las redes sociales. Es posible que tampoco sepan comportarse en la vida real, porque las reglas de educación y respeto tampoco son tan distintas.
¿Y qué pasa con los escritores? No nos libramos, oh no. Las redes pueden ser un lugar maravilloso para conectar con otros autores, promocionar nuestros libros y conocer mejor a nuestros lectores. Pero también pueden ser un lugar donde incordiar a los demás, aburrir a nuestros lectores en potencia y granjearnos grandes y pequeñas enemistades.
Como en la vida real, vamos.
Así que he reunido, para vuestro uso y disfrute, un compendio de las que me parecen las mejores recomendaciones para el uso de redes sociales por parte de escritores. Creo que casi todos hemos pecado en algún momento de uno o más de estos puntos. No está de más recordarlos. Ahí os van:
1. La primera y más importante: NO SPAM
Promocionarse es dar con el público que está buscando lo que tú ofreces y vendérselo a un precio aceptable. NO es bombardear a diestro y siniestro con la esperanza de que los que reciben tus mensajes repetitivos compren tu libro solo para que te calles. Claro que es difícil encontrar ese preciso punto medio entre la promoción razonable y ser un pesado redomado, pero ahí va una regla de oro: no mandes mensajes no solicitados. Nada de mensajes privados con enlaces de tu libro por Twitter o Facebook. Nada de emails a alguien para venderle tu libro o invitarlo a una presentación si no te ha dado permiso con anterioridad. Nada de mencionar en Twitter a alguien a quien ni sigues solo para colocarle un enlace a Amazon.
2. Por favor, no te repitas. Por favor, no te repitas
En Twitter es más aceptable publicar tres o cuatro veces el mismo enlace al día (la velocidad de entrada y recepción es distinta), pero en Facebook y otros medios es muy cansino. Por favor, no te repitas.
3. Deja de hablar solo sobre ti
Este es uno de los errores más frecuentes. Nunca sigo cuentas de Twitter o Facebook (o, ¡dioses!, de Google+) en las que todos los estados son sobre el autor. Para eso están las páginas de autor, dirigidas a personas directamente interesadas en su persona y en su obra. Si no te conozco como persona y no he leído nada tuyo, ¿por qué voy a seguir una cuenta en la que solo hablas de tu libro? Además, es mucho más útil compartir enlaces y hablar de otros, porque mola, porque demuestra que tienes otros intereses y porque existe la posibilidad de que te devuelvan el favor. Pero solo la posibilidad, ojo, porque…
4. Esto no es un quid pro quo
“Sígueme y te sigo”. “Dale ‘me gusta’ a mi página y le daré ‘me gusta’ a la tuya”. NO. Yo sigo en Facebook a quien me interesa y lo que me interesa, y lo mismo en Twitter, Google+, Linkedin, Goodreads, Pinterest y lo que se os ocurra. Enlazo a cosas que me entusiasman. Hablo de libros que me han emocionado. Si siguiera y enlazara a cosas que no encajan en mis intereses, ¿no desconcertaría eso, a la vez, a los que me siguen? Es contraproducente. Además, ¿realmente quieres tener a un seguidor a quien no le interesas en absoluto, que no es tu público objetivo? Es un poco como hacer un anuncio de chorizo y ponérselo a veganos, creo yo.
Yo ayudo y promociono aquello que me gusta. No espero ni quiero nada a cambio, del mismo modo que me gustaría que aquellos que me ayudan y promocionan lo hagan porque realmente les guste mi trabajo, no porque sientan que me deben algo o porque quieran que les devuelva el favor.
5. Deja de promocionar a lo metralleta
¿Es mejor disparar en todas partes, en todos los sentidos, o buscarte un nicho, acudir directamente a los sitios donde se reúnen tus lectores potenciales? ¿De qué me sirve hablar de mi libro en un sitio donde solo hay escritores hablando de sus libros, donde no hay lectores ni compradores potenciales (a no ser que se trate de un grupo expresamente de escritura)? ¿De qué me sirve compartir de forma automática el mismo enlace en todas las redes, sin dar más información, sin mirar a quién está llegando? Este es un fallo en el que he caído una y otra vez: me he presentado en foros que solo leían escritores; me he apuntado a directorios que nadie leerá jamás; he compartido a lo loco pensando que tal vez, con suerte, alguien me leería. Si me dieran ahora todo ese tiempo perdido tendría para escribir un par de novelas más. O cientos de entradas en el blog, que, francamente, son bastante más productivas. O por lo menos yo me lo paso mejor.
6. Está feo criticar
No da muy buena impresión que te dediques a menospreciar a otros colegas de profesión con nombres y apellidos, que no hagas más que quejarte de la injusticia de que a ti nadie te haga caso mientras otros que no se lo merecen se cubren de gloria y éxitos. Entiendo tu frustración, de verdad que la entiendo, pero solo quedas de arrogante y bicho. Y a nadie le gusta comprarle libros a los arrogantes y a los bichos. Lo cual me lleva a…
7. Deja de intentar dar pena
El chantaje emocional acaba cansando. Vaaale, sí, yo también he picado. Hasta os puse una foto de mis botas rotas, aunque con toda sinceridad mi intención era provocaros más risa que pena. No, mi vida no es perfecta. Pero tengo dos manos para escribir y no me estoy muriendo. Y tengo la firme convicción de que si no estoy vendiendo a paladas es por MI culpa, porque no estoy haciendo la promoción acertada, no estoy dando con lo que realmente le interesa a mi público objetivo, ni estoy escribiendo lo bastante bien como para que todos os deis de hostias para leerme. La culpa es del escritor, es del sistema (oh, sí), pero, como siempre digo, está en nuestras manos cambiarlo. La culpa no es del lector, por mucho que todos se empeñen. Un lector no tiene la obligación de alimentar a todos los pobres escritores muertos de hambre. Otro día entramos en las obligaciones del sistema editorial, o de la piratería, que son temas mucho más espinosos. Pero en teoría un lector solo tiene la obligación de pagar por el libro que ha adquirido (o no, si el autor lo ofrece gratis) y ya está.
Y sí, en lector incluyo a gente que lee a Coelho y a Dan Brown. Si mi nicho es pequeño, si me empeño en escribir fantasía oscura en vez de autoayuda o thrillers religiosos mal documentados, ese es mi problema, no el de las millones de personas que preferirían ver a una chica diciendo cosas como “mi diosa interior baila merengue” mientras le dan la del pulpo.
8. No pienses en las redes sociales solo como medios de promoción
Conecta, diviértete, conoce a la gente. Busca forma de ayudar a los demás, de comunicar cómo eres y qué te inspira. Os aseguro que es liberador. Si de paso hablas un poco de tu libro tampoco pasa nada. Pero, y esto es fundamental…
9. No olvides el peligro de las redes
Con la excusa de trabajar en la promoción de nuestros libros y en la interacción con nuestros lectores, se nos olvida con frecuencia el poder magnético de perder el tiempo tonteando en las redes sociales. Es aconsejable tener un horario o un tiempo límite dedicado a estas actividades. Recuerda que tu tarea primordial es escribir, no meterte en un debate de varias semanas sobre los beneficios y peligros de la soja. Del mismo modo, no saltes a todas las plataformas que encuentres para aumentar tu presencia online, porque…
10. Es mucho más eficiente tener una sola plataforma, trabajarla y conocerla bien, que estar sin estar en ocho distintas
Facebook, Twitter, Goodreads, Pinterest, Instagram, LinkedIn, Tumblr… todas pueden ser útiles para el escritor, pero exigen un tiempo dedicado a aprender cómo utilizarlas para mayor rendimiento, además de una periodicidad infalible. Personalmente abogo por los blogs, en última instancia, porque las redes cambian, se mueven, incluso desaparecen, pero una web propia permanece; además, actualizar un blog es un ejercicio constante de escritura, aunque sea una forma de escribir muy diferente a la de una novela, o un relato, por ejemplo. Por lo demás, uso Facebook y Twitter, pero intento no dejarme llevar por los cantos de sirena de otros entornos hasta que tengo muy seguro cómo utilizarlos y si merecen la pena. Igual mañana estoy diciéndoos a todos que os paséis a Badoo, porque resulta ser un centro neurálgico de unión espiritual y comercial para autores y lectores. Que lo dudo, pero quién sabe qué nos deparará el futuro.
11. No seas tú mismo, sé la mejor versión de ti mismo
No quemes puentes y no te pelees a no ser que sea estrictamente necesario. Trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti. Creo en la máxima de “si no tienes nada bueno que decir, no lo digas”. Es una máxima difícil de seguir, y obviamente no debemos quedarnos callados ante la injusticia o en temas realmente importantes, pero ser impulsivo en las redes sociales, en mi experiencia, nunca lleva a nada bueno. Y además, es una pérdida de tiempo y energía realmente brutal.
Y otro consejillo dorado: no escribas en las redes sociales cuando estés borracho. Ejem.
Excepciones a esta regla: escritores que busquen crearse un alter ego o personaje exclusivo para las redes sociales y demás proyección pública, con el objetivo de llamar la atención. Mirad a Martin Amis. Seguro que en su casa es un encanto.
12. No te limites a compartir
Háblanos de lo que estás compartiendo, hazlo tuyo. Si compartes un artículo, haz un comentario sobre él o pon un extracto para que los demás se interesen. Ponle una imagen. Si hablas de tu libro, pon una cita, sube fotos de sitios que te inspiran o incluso del lugar donde trabajas. Intenta que tus lectores se involucren y personaliza tus publicaciones.
13. No eres una marca, eres una persona
Por mucho que te lo digan los community managers que intentan venderte cursillos y libros de mercadotecnia obsoletos, no, no eres una marca, olvídate de todo eso del branding. El mercadeo es necesario, pero la promoción de un autor, o de cualquier tipo de artista, es muy diferente que la de un detergente. Vendes tu acto de creación, no solo tu producto. No tengo ningún interés en seguir a YOLANDA PÉREZ CAROLINGIO, ESCRITORA, pero sí tengo interés en seguir a Yolanda, la chica esa que comparte citas graciosísimas y fotos del interior de catedrales góticas y enlaces a reflexiones sesudas sobre el estado de la edición 2.0 y que además ha escrito un libro de novela histórica que resulta que está genial. Porque, lamentablemente…
14. No solo hay que saber vender, también hay que saber escribir
El producto tienes que darlo a conocer, sí, pero tiene que ser un buen producto. En mi experiencia, aquellos que saben vender y relacionarse con elegancia, aquellos que han estudiado y analizado a su competencia con inteligencia para promocionarse de manera adecuada, tienden a ser personas inteligentes y trabajadoras que dedican ese esfuerzo a todas las áreas de su vida, por lo que generalmente son escritores aceptables. Y puedes gritar con mayúsculas todo lo que quieras y hacer todos los giveaways que te apetezcan: si tu libro es una caca, es una caca. Claro que eso no ha detenido a ningún superventas, nunca, así que a este punto igual no tenéis que hacerle mucho caso.
15. Y recuerda que esta es una maratón, no una carrera rápida
Si acabas de abrirte una cuenta en Twitter, gritar ocho veces a tus tres seguidores que ya ha salido tu libro no va a servir de nada. Vas a tener que aumentar tu seguimiento poco a poco, ¿y sabes cómo se consigue eso?
Dándole a la gente lo que quiere. Intentando ser interesante, intentando dar con todo lo que a ellos les podría parecer digno de gustar o compartir. Puede haber tácticas, sí (publicar a ciertas horas y días de la semana¹, interactuar con los dichosos influencers de tu sector, crear imágenes con citas budistas sobre un atardecer dorado…), pero ante todo tienes que tener clara tu estrategia, tu modus operandi. Piensa que es todo parte de tu gran plan maquiavélico. Es un plan muy a largo plazo, que llevará mucho tiempo y esfuerzo. Pero puedes ir consiguiéndolo, ir probando, analizando y tanteando y…
Es genial, ¿no crees? Todo un plan de supervillano retorcido: ayudas a los demás, les ofreces contenido que les interesa, y cuando ya los tienes enganchados…
¡Bum!
¿Veis? Facilísimo.
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Interesante artículo. Con lo de las horas de publicación de los artículos no estoy nada de acuerdo. Acepto que hay gente que ha hecho sus estudios sobre publicaciones en horas que generan más tráfico de visitas, vale; pero yo tengo una cosa que se llama Feedly, y cuando lo que escribe alguien me interesa, lo acabo leyendo, aunque sea una semana después. Biquiños!
Estoy de acuerdo, Cris. Yo me conecto a un montón de horas diferentes, y para blogs, artículos y tal me gustan las listas de correo: que me lo manden todo a la bandeja de email y luego ya me ocupo yo de poner en Instapaper lo que me interesa. No obstante, creo que somos pocos los que lo hacemos así.
Besos grandes.
Todos los consejos me parecen más que adecuados. Algunos, de hecho (si me lo permites), son tan obvios que quien falla en ellos no puede ser más que porque, como dices al principio, no maneja bien las reglas básicas de educación.
No obstante, y pese a que estos 15 consejos son excelente, subrayo los dos últimos. No todo es publicable (el autor debe asegurarse de que lo que saca a la luz merece la pena) y, sobre todo, hay que ser paciente. Tal y como resumes en una sola frase: esto es una maratón, no una carrera rápida.
Por cierto, tu estrategia de marketing es genial 😉
Saludos y felicidades por el artículo.
También es cierto que es muy complicado saber eso de qué debemos sacar a la luz y qué no. Yo no sé tú, pero a mí se me da fatal juzgar mis textos. Los mismos hijos adorados de un día se convierten en vergüenza y autodesprecio al mes siguiente. Es lo que tiene el proceso de aprendizaje, supongo.
Saludos y muchas gracias por comentar 🙂
Me ha encantado este artículo y los consejos que das. Algunos ya los había descubierto por mí misma, viendo lo cansinos/as que me resultan algunos escritores que no paran de bombardear con sus novelas en las redes sociales. También me he dado cuenta de que cuando cuelgo algo acerca de alguna de mis novelas, apenas obtengo respuestas. Sin embargo, si pongo que he logrado un fracaso absoluto con los dulces de navidad hechos en casa, recibo un montón de comentarios.
Reconozco que yo tampoco sé promocionarme adecuadamente. Lo intento y lo seguiré intentando porque me gusta escribir y quisiera conseguir algún lector para mis novelas… Tomo nota de estos consejos que, seguro, pondré en práctica.
Un saludo!!
Ah, cuánta razón. El problema es que, para el lector, ver una portada de una novela o que le hablen sobre ella realmente no le garantiza una experiencia lectora favorable. Esa información le supone un riesgo: de dinero, de tiempo y de esfuerzo (¡y cuántas veces nos decepcionan los libros!). Una anécdota personal, sin embargo, es algo con lo que podemos empatizar enseguida y que nos hace interesarnos más por la persona que nos la cuenta (sobre todo si sabe contarla, y si es escritora seguramente sabrá). Yo ya tengo muy asumido que mis fotos en Facebook con mi último color de pelo van a conseguir bastante más atención que mi nueva portada o un extracto de alguno de mis textos. Es normal, y lo divertido es ese reto de ver si somos capaces de hacer que la distancia entre una cosa y otra se acorte cada vez más.
Voy a dejar el Ron en la barra. Y me registro ahora mismo en Badoo.
Di que sí.
Muy bueno. Lo comparto!
Me alegro de que te haya gustado, ¡gracias por compartir!
Muy bueno, unos consejos excelentes.
Muchas gracias.
Gracias a ti por leer y comentar.
[…] 15 cosas que los escritores estamos haciendo fatal en las redes sociales (Gabriella Campbell | Gabriella Literaria): […]
Interesante. Me sucede lo mismo que a Kate Danon. Yo sí estoy interesado en leer tus novelas. Me gusta escribir y me gusta hacerlo de la mejor forma. Será un gusto conocer tu obra. Gracias por el artículo.
Muchas gracias, Luis, y si te decides a leerme espero que lo disfrutes 😀
[…] pregunta excelente, desde luego, y no me extenderé mucho para no pisarme el artículo que escribí sobre las redes sociales para escritores. Como he comentado en el punto anterior, lo ideal es tener un lugar central e ir añadiendo según […]
Mi gustar.
Hola, Gabriella. Vaya por delante que tu artículo no sólo me ha gustado, sino que me ha enganchado desde el principio. Veo mucho humor y mucha ironía encerrado en él. Llegué aquí, a tu blog, por una de esas deliciosas casualidades que, de vez en cuando, nos brindan las redes sociales. Una persona que me acababa de añadir a sus círculos en Google+ había compartido este artículo tuyo en su muro y entré movido por la curiosidad. Suscribo al 100% todos los puntos que con tanto desparpajo has enumerado en tu artículo. Y, egoístamente, me alegro de no haber caído en casi ninguno de los errores que enumeras. Por favor, no tomes mi siguiente exclamación como una amenaza al estilo Terminator, pero, ¡Volveré!
Un abrazo.
¡Hola, Pedro! ¡Fíjate que yo pensaba que por Google+ no me entraba nadie! Bienvenido seas, vuelve siempre que quieras y me alegro de que te hayas divertido 😉
[…] encontraréis en Literalis: Cómo no promocionar tu libro en Twitter, y otro en Gabriela Literaria, 15 cosas que los escritores estamos haciendo fatal en las redes sociales. Sin embargo, en el artículo de hoy nos vamos a ocupar de las estrategias que sí debería […]
[…] Actualizando: Unos meses después escribí este artículo, muy relacionado: 15 cosas que los escritores estamos haciendo fatal en las redes sociales. […]
Hola, gabriellaliteraria.
“no estoy dando con lo que realmente le interesa a mi público objetivo, ni estoy escribiendo lo bastante bien como para que todos os deis de hostias para leerme”
Bueno, en mi caso lo tengo jodido, porque ni tengo realmente claro es mi público objetivo, ni francamente, tampoco me importa; tengo una obra que quiero escribir y es como es. Dentro de cómo es trataré de hacerla lo penos pesada y lo menos friki :p pero sí, uf! Los necesito. Un público objetivo (tendré que morder una madera mientras me promociono para no ser arrogante y bicho xD).
“Igual mañana estoy diciéndoos a todos que os paséis a Badoo”
Jaja, mira que no es fácil hacerme reír y tú a veces lo consigues. Pero ojo, un respeto por badoo, que para promocionar tu libro puede que sea mejor un zoológico, pero por otra parte, podría estar lleno de musas (o musos) :p
“Háblanos de lo que estás compartiendo, hazlo tuyo. Si compartes un artículo, haz un comentario sobre él o pon un extracto para que los demás se interesen. Ponle una imagen. Si hablas de tu libro, pon una cita, sube fotos de sitios que te inspiran o incluso del lugar donde trabajas. Intenta que tus lectores se involucren y personaliza tus publicaciones.”
Muy a tener en cuenta ^^.
“Dándole a la gente lo que quiere. Intentando ser interesante, intentando dar con todo lo que a ellos les podría parecer digno de gustar o compartir.”
a priori, no pretendo vivir de la escritura. puede que escriba 100 libros o puede que solo uno. Es decir, no es que sea escritor ni que necesariamente me interese la literatura; simplemente, quiero escribir este libro. Y el siguiente paso no lo sé. Después, tengo mis limitaciones: no creo que escribiera (libros) sobre otra cosa que no fuera fantasía realista (nicho reducido) y lo peor: no sé mucho de arte literario, así que no sabría que ofrecer a los demás, qué cosas interesantes podría aportar a la comunidad a este nivel. Por ejemplo, en twitter llevo muchos años aportando otras cosas, pero mis seguidores activos se cuentan fácilmente con los dedos de una mano. En Facebook tengo un poco más de éxito, pero está claro que ya es gente conocida y amigos (y desde luego ninguno de mi nicho de mercado).
En fin, creo que de momento, lo único que me queda es ir aprendiendo con tu blog (y poco más; quizás tú puedas recomendarme alguno más), teniendo en cuenta lo del maratón ese :p
Gracias por leer mis rollazos. Un saludo 😉
¡Témome que puedo recomendarte demasiados! Mis dos favoritos son La hoja en blanco (http://www.hojaenblanco.com) y La piedra de Sísifo (http://www.lapiedradesisifo.com), pero según lo que andes buscando los hay a montones. A ver si un día de estos hago una lista de recomendaciones, porque sería muy larga. Mundopalabras hizo una bastante chula: http://www.mundopalabras.es/blog/blogs-de-escritores-con-los-que-sentiras-un-flechazo-seguro/
Lo del público objetivo no tiene que ver con escribir lo que quieres. Yo lo veo más como un trabajo posterior. Primero escribes lo que quieres escribir, sin que nadie te corte ni coarte para nada. Y luego tienes que ver cómo te lo montas para encontrar a los lectores que seguro que disfrutan de tu obra. No es fácil, pero es bastante más eficiente que promocionar sin pies ni cabeza, al estilo metralleta y cansino 🙂
Badoo es una fuente interminable de inspiración y la gente no lo sabe.
ok. tomo nota. muchas gracias por tu rápida respuesta 😉
[…] ofreceros una alternativa a cada una de estas tácticas horribilis. Ya he hablado en el blog de todo lo que estamos haciendo mal, en general, en las redes sociales, pero hoy me voy a centrar en técnicas muy concretas que despiertan el aborrecimiento de nuestros […]
Hola Gabriella.
Lo primero es decirte que me encanta tu manera de escribir y llevar tu blog, es tan fresco y natural que más de una debería de aprender. 😉
Y respecto a esta entrada, estoy 100% de acuerdo y seguro que habrá muchos más consejos pero estos son primordiales.
Yo la verdad intento cumplir todos aunque soy persona y como tal tengo mis errores. Tengo unos cuantos seguidores en Twitter y con una mano puedo contar los que interactuan conmigo. ¿Lo haré mal? Puede, pero bueno, prefiero leer y compartir lo que creo que me es interesante además de mis relatos ( ya que por ahora solo he publicado eso) creo que cada vez los leen más personas, pero no quiero ser de las que de golpe me saturen, no, quiero que me vayan conociendo. Y en Facebook, la verdad apenas lo toco, Twitter me quita menos bateria en el móvil. Sin embargo, hay muchos seguidores ( si, <> ya que la mayoria son hombre) los que me siguen y eso sin apenas subir nada de nada, que le voy a hacer.
En fin, lo más importante de todo es no centrarse en las redes sociales, si no, ser respetuoso y ser responsable de tus actos y super importante LEER APRENDER MÁS SOBRE LA ESCRITURA Y ESCRIBIR. 🙂
Mil gracias por tus consejos que como siempre son geniales.
Un besazo y sigue así.
¡Hola, Lily! Un placer tenerte por aquí, y mil gracias de nuevo por tus amables palabras.
Creo que el crecimiento sostenido e íntegro siempre es mejor que buscar miles de seguidores a lo loco, sin tener en cuenta ni enfoque ni objetivos. Es mejor tener un grupo pequeño de seguidores fieles y entusiasmados que un montón gigante de personas a quienes no les interesa para nada lo que haces.
Lo de los seguidores hombres me ha hecho gracia. Creo que en Facebook hay más intentonas de ligoteo, de ahí que haya toda una panda que se dedique a seguir sistemáticamente cuando chica guapa se les ponga por delante 😉
[…] (Algunos agitáis los brazos indignados al leer esto; alzáis el puño y me juráis violencia; otros se acuerdan del aspecto de su timeline de Facebook y asienten, deprimidos por lo que está ahí fuera). […]
Me ha encantado lo de «no eres una marca». Es verdad que hay que crear una audiencias en las redes sociales, pero lo de marca siempre me ha tocado un poquito los webs, que si «marca España», que si «tu marca personal», y aunque intento formarme en el tema, la verdad es que me da un poquito de grima, y siempre que hablo del asunto me cachondeo un poquino.
Buen artículo.
Un saludo.
[…] inteligente. Al respecto documéntate sobre técnicas de promoción. Puedes ver consejos aquí: Gabriellaliteraria.com Te recomiendo que comiences de 2 a 3 años antes de lanzarlo, para tener mejor respuesta cuando lo […]
Está mal utilizada la expresión «quid pro quo». No significa lo que el autor piensa.
Cierto. La he usado a la inglesa. La bicultura es lo que tiene 😉
Ya encontraré con qué sustituirlo.
[…] que contestando a estas preguntas puedes eludir fácilmente cualquiera de esos temidos errores que andamos cometiendo siempre los escritores en redes sociales, además de sacarle muuucho más provecho a tu tiempo dedicado a estas […]