Hablamos siempre del enfrentamiento entre sistema y arte; del encontronazo entre verdad, belleza y dinero. Y cuando mencionamos la palabra valor, parece que es que si nuestra obra no revoluciona el mundo literario, trayendo un apocalipsis de renovación y destrucción de todo lo que conocíamos hasta ahora, no tiene derecho a existir en las estanterías.
Últimamente reflexiono mucho sobre eso, porque resulta que hay muchos libros que para mí no funcionan, que sin embargo son objetos mágicos de deseo para muchísimas personas.
¿Tengo yo más razón que el resto? Desde un punto puramente técnico, es posible que pueda tener algo más de razón que alguien que no haya dedicado tantas horas de su vida a estudiar y analizar textos literarios (y tampoco tengo absoluta seguridad sobre eso). ¿Pero es eso realmente importante si una obra proporciona un valor positivo e innegable a tantas personas? Puede que reduzca la media de calidad de libros que se publican y eso sí es digno de tener en cuenta. Pero ¿tenemos realmente derecho a decirle a alguien: «ese valor no es real»?
Sospechamos algunos que nada es tan sencillo, que no hay que hacerle mucho caso a los defensores del blanco y del negro. Los libros, creo, entran en los grises. Pero incluso dentro de esos grises, un libro sí debe aportar algo para llegar a ser leído, aunque sea por la razón más frívola y banal (como los programas de televisión que se traga mi madre porque se aburre por las tardes).
El valor es algo sutil. Según Seth Godin, surge en esta escala. Como veis, en la venta de productos, todo sigue la siguiente dinámica: función-conexión-estilo-ahora:
Godin pone algunos ejemplos, pero yo voy a aplicar esta escala a preguntas sobre nuestra obra. ¿Somos capaces de contestar a ellas?
- ¿Cuál es la función de tu libro? ¿Para qué sirve? (¿Y sirve para algo que no sea inflar tu propio ego?).
- ¿Cómo conecta tu libro con la gente? ¿Lo asocian contigo? ¿Se crea complicidad con otros lectores? (Reconozco que esta es mi parte favorita).
- ¿Es tu libro un objeto de estilo, un diseño deseado? ¿Es algo hermoso, que otros quieren adquirir porque los hace sentirse más inteligentes, con mejor gusto, más interesantes?
- ¿Tiene inmediatez tu obra, urgencia? Es decir, ¿hay alguna oferta o situación que haga que tus compradores lo deseen ahora mismo, en este instante, antes de que sea tarde?
Godin dice que tenemos que cumplir una o varias de esas condiciones para que nuestra obra funcione, para que sea leída.
Hasta que llegue, claro, alguien que cambie lo más básico: la propia función. Que llegue alguien que redefina cómo funciona un libro (como hizo el eBook en su momento). Como hacen aquellos que redefinen los géneros y las modas. Esos trendsetters o bellwethers (si no habéis leído Oveja mansa, de Connie Willis, hacedlo), que se desvían en el punto justo del camino para que todos los antecedentes se pongan en marcha y todos tiremos en una dirección diferente.
No todos seremos ese alguien revolucionario (aunque sí podemos ser antecedentes, influencias, partícipes en la revolución).
Pero si partimos de lo más importante, la función de nuestra obra (aunque esta solo sea divertir, agradar, proporcionar ocio) y desarrollamos la jerarquía de valor, ofreciendo conexión para con los demás (y entre ellos mismos) y estilazo del bueno, si aumentamos el deseo hacia nuestro libro ofreciéndole una sensación de urgencia (una oferta especial que caduca, una edición limitada, una serie firmada…) llegaremos a vender un objeto mágico.
¿Vuestro libro es, también, un objeto de valor?
¿Y si no ofresco nada?
¿Que me queda?
¡Ya no quiero trabajar en la planta de aguas residuales!
No creo que con solo tener una portada bonita nos lean más, quisiera preocuparme más con tener un texto bien escrito y que conecte con la audiencia.
Aún así es un tema muy interesante sobre el cual reflexionar.
Saludos
Hola, Gabriella,
En su escala de valores, Godin sitúa el «ahora» en primer puesto.
Sospecho que traducir dogmas de mercadeo al terreno literario (a no ser el periodístico, por naturaleza, efímero) reduce la escritura a producto perecedero, y al paso que se venden los libros mejor no adelantar fecha de caducidad… El ahora ya pasó en menos que canta un gallo. Estar en onda a toda costa más que nada, deslumbra: estar «à la page», sí, pero sin forzar…
Para qué, para quién y cómo, preguntas filosóficas, más veces sin respuestas; enigmas destinados más bien al editor, al crítico y al lector, en vez del escritor.
Saludo.
Excelentes artículos. Gracias.
¡Hola, Gabriella literaria!
Hace mucho leí una frase que me impactó: «Cuando busques un libro y no lo encuentres ese libro lo debes escribir tú». Me gustó porque iba a acorde con mi realidad. Buscaba una novela sobre un personaje cinematográfico. No la encontré. Había leído ensayos, biografías, visto entrevistas, películas, reseñas, etc. Todo lo que me interesaba, pero la novela la sigo buscando.
Ya tenía 15 cuartillas y sabía lo que quería a decir. Un día escribí un cuento y lo publiqué en un colectivo. Los lectores dijeron que les gustó y que lo convirtiera en una novela. Como quedaron mil ideas en el tintero puse manos a la obra. Soy fan de la estrella y su vida me apasiona.
Ernest Hemingwey, afirmó un día–: «Un escritor no escoge los temas de sus novelas, los temas lo escogen a él». Así que me sentí el «elegido de los dioses» para escribirla, pero había un inconveniente: Yo no era un novelista. Y sigo sin dominar el oficio. Pero supongo que se aprende escribiendo, así que no pierdo las esperanzas. La novela ya está terminada y pretende romper esquemas.
Respondo a 4 interrogantes que haces al final:
1.- ¿Tiene alguna función tu obra? Sí, por supuesto, decir la verdad acerca de su muerte.
2.- ¿Conecta tu libro con la gente? Quienes la han leído, no dejan de hacerlo hasta terminarla. Sobre todo gente que también escribe. «Me enganchó», afirman.
3.- ¿Es tu libro objeto de estilo? Sí, lo creo, y tiene un tema sumamente interesante.
4.- ¿Tiene inmediatez tu obra? La temática es intemporal y el personaje muy universal. Espero que los lectores se enamoren de los protagonistas. Tiene ingredientes como: romance, misterio, erotismo, poesía, escenarios naturales, y mucha historia registrada.
Un placer compartir contigo. Gracias por brindarnos tus conocimientos.
Gabriela Literaria, muchas gracias por ilustrarnos con sus conocimientos. soy nuevo el tema de escribir. Llegue aquí por causalidad. Así que en estos momentos soy como una esponja con deseos de absorber todo. He escrito un libro para dar a conocer las capacidades del ser humano. Tenemos raciocinio, voluntad y decisión que es lo que nos diferencia de los animales, pero muchas veces nos comportamos como tales porque no nos conocemos. No nos habíamos podido apoderar de estos conocimientos porque somos una inteligencia tan majestuosa que para conocernos necesitamos echar mano a las ciencias, las artes y las culturas. Y como nos han enseñado a especializarnos en una determinada área, no habíamos podido unir todos estos conocimientos y tenerlos todos juntos para conocernos completamente. Los últimos avances tecnológicos y de comunicaciones nos han llevado a actualizarnos también a nosotros mismos. Tenemos que seguir el proceso: conocer, aprender y practicar para llegar al saber, que nos capacita para tener el control que nos de dominio propio y poder elegir para luego apoderarnos de «el poder de decidir.» el libro estará listo para el lanzamiento el 20 de Enero del 2017. Considero que todos tenemos derecho a tener esta información, porque se trata de la vida de cada quien.
Mucho agradezco si me pueden dar algunas luces, como se hace para que la gente se entere de que el libro existe y que puedan tener acceso a esta información que he recopilado durante los últimos 20 años y que se me terminó de aclarar hace 6 meses y que termina con mis deseos de que esta información llegue a todos lo antes posible, porque nos capacita para vivir felices. Vivir bien y hacer el bien. Saludos. Marvin G. Solís
Hola, Gabriella.
Acerca del tema de la urgencia que puede llenar el libro, muchas veces puede encontrarse este punto en aquellas obras que son «productos de su tiempo». Extrañamente, muchas de ellas trascienden por la misma razón, y a menos que se conozca el contexto en el que surgieron, podrían ser menospreciadas o no apreciadas al completo.
Esto, me parece, divide a las obras que cumplen con el «ahora», pero que son producto de una moda, con las que, además, tienen un trasfondo complejo.
No creo que haya nada de malo en que cualquiera diga si una obra tiene valor o no, porque si todas las opiniones son válidas, entonces nadie tiene la razón de nada. Pero el problema surge cuando un libro pensado para una función, trata de disfrazarse de otra, solo para vender.
¡Un saludo!
Encuentro que lo que yo escribo es nada más que para entretener. No tengo mayor ambición que esa.
Y si los personajes que cree, pudieron hacerse un espacio en los corazoncillo de los lectores, yo sería más feliz que una lombriz (una frase común que decía cuando era niña)
Lo de ser más feliz que una lombriz lo digo yo, todavía de adulta. También me gusta «más feliz que una perdiz», que no existe, pero que me parece que viene a cuento por lo de «y vivieron felices y comieron perdices».
Aunque, ahora que lo pienso, las perdices no debían de estar muy contentas con una felicidad ajena que las llevara a ser comidas 😉
Hola, Gaby, me encontré con este post de nuevo y lo releí. Escribo y trato de ofrecerle al lector lo mejor. Mi literatura, al igual que la tuya, es preceptiva. Ana Nieto, en una conferencia afirma que para que un libro se venda debe tener lo siguiente: «A) ofrecer un beneficio; b) centrado en un punto concreto; c) debe ser diferente. En cuanto al título sugiere: A) hablar a tu público objetivo; b) trasmitirle de forma clara la temática; c) resolver un problema concreto». ¡Guau!
Comprenderemos por qué los libros de superación personal tienen tanto éxito. Vivimos en una «civilización» llena de conflictos, guerras, codicia desmedida, y ausencia de valores. Huérfana de conocimientos y fe en Dios. Esto nos está llevando a nuestra propia autodestrucción. El recalentamiento del planeta y la destrucción de la naturaleza es un hecho. Los países poderosos están con un dedo en el misil.
Los escribanos tenemos una enorme responsabilidad. Somos oradores y además líderes de opinión. Decidí escribir un libro titulado, «Te regalo 100 gramos de felicidad». Investigué el tema y presencié muchas conferencias. Publiqué el primer cap. en mi web solo para ver la reacción de los lectores.
No me equivoqué y tuvo una enorme aceptación. Estoy por terminarlo y lo iré publicando gradualmente. No me interesa si es un éxito de librería. Si me interesa que sea leído masivamente. No ofrezco la felicidad en bandeja de plata ni unas píldoras milagrosas para encontrarla… ofrezco un abanico de posibilidades para ser felices.
¿Quieren leer el primer cap?
Aquí lo tienen:
https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=2665929653483483&id=509329412476862