Es posible que este artículo tenga momentos algo extraños o delirantes.
Más de lo habitual, quiero decir.
Hoy vengo a teclear sobre ideas. Muchas, muchas ideas. Vengo a hablar de lo que los ingleses llaman prompts, y que aquí solemos llamar… ¿desencadenantes? ¿Pies? ¿Entradas? Cuando escucho esas palabras solo pienso en una escopeta con forma de extremidad, con sus dedillos y todo, cruzando una puerta.
Lo dicho: extraño y delirante. Por ahora me voy a quedar con ideas, a secas.
Uno de los problemas a los que se enfrentan muchos blogueros que empiezan (de todos los tipos) es que no saben sobre qué escribir. Digo que empiezan, porque suele ocurrir que cuando llevas mucho tiempo escribiendo publicaciones en webs y blogs, tiendes también a leer muchas otras webs y blogs, y el cruce de ideas hace que no suela faltarte inspiración. Pero incluso los profesionales tienen momentos de: «¿y qué diantres digo yo ahora, si ya está todo dicho?».
¿Es cierto que ya no queda nada nuevo bajo el sol?
Eso nunca es cierto (del todo). Siempre se puede usar un nuevo enfoque, combinar cosas que en apariencia no tienen nada que ver, o presentar ideas revolucionarias y prácticas. Propuse algunas fórmulas para hacerlo, ya sea en ficción o ensayo.
Antes de empezar con todas estas ideas, conviene recordar que Guy Kawasaki, estratega de contenidos y mucho más, dijo que un buen artículo debía cumplir las siguientes funciones:
- INFORMACIÓN. ¿Qué ha pasado? ¿Cuáles son los datos?
- ANÁLISIS. ¿Qué significan esos datos?
- UTILIDAD. ¿Cómo puedes ayudar a tus lectores con esos datos?
- ENTRETENIMIENTO. ¿Cómo puedes hacer que esos datos sean más interesantes/divertidos?
¿Entendido? Vamos a lo que vamos: a las ideas. Algunas son mías y otras están sacadas de listas públicas de muchos profesionales, sobre todo de Problogger, de The New York Times y de Bianca Bass en Medium. Con esto tenéis para rato. Son artículos pensados para cualquier nicho, pero en cada uno pongo un ejemplo para blogs literarios. Creo que casi todos pueden usarse en cualquier sector.
Sí, así es. Si te dedicas al marketing digital, al SEO o a cualquier cosa realmente técnica, no desestimes el valor de una buena historia para captar el interés de quien te lee. Ideas como «¿cuál es tu mejor recuerdo de infancia?» pueden parecer extrañas a alguien que está acostumbrado a escribir sobre Google Analytics, pero ¿y si ya de niño/a te gustaba analizar cosas? ¿Y si observabas y contabilizabas la respuesta de tus compañeros cuando contabas un chiste? Yo estoy suscrita a boletines y correos de personas que venden cosas que no me interesan en absoluto, solo porque su manera de contar una historia es totalmente original y adictiva.
También os recuerdo que un buen artículo, si bien puede tener componentes personales (y eso funciona muy bien en aquello de contar historias o storytelling), debe estar siempre enfocado a aportarle valor al lector. Así, si narras una historia personal, más te vale que enganche, que sea MUY divertida o interesante, y que concluya con algo que sirva a quien te lee.
¡Ideas!
1. La guía para _____
Este es el artículo definitivo. Busca algo que la gente necesite. Probablemente sea un tema que otros hayan tratado de sobra, pero a lo mejor no hay un post comprensivo, que sirva como referente único.
Ejemplos:
- La guía definitiva para leer a Antonio Machado.
- Una guía completa para crear escenarios sorprendentes.
- Guía profesional para no perderse en Poniente.
También: guía definitiva para leer en diagonal guías definitivas
2. Errores que cometen todos los _____
Por desgracia, los titulares que despiertan ansiedad o miedo son los que mejor funcionan. Uno de mis artículos más visitados es 10 errores que hacen que la gente tire tu libro por la ventana. Todo el mundo quiere saber si está cometiendo esos errores.
Cuidado, este tipo de artículo se presta a polémica. Si das en el clavo, vas a tener a unos cuantos lectores cabreados precisamente porque cometen esos errores y quieren justificarse en público, no siempre de manera educada.
Algunos otros ejemplos:
- 20 errores que cometen todos los lectores de Crepúsculo
- Errores que cometen todos los poetas principiantes.
- 30 cosas que estás haciendo mal al comer cereales.
Por ejemplo: ¿sabías que solo se pueden comer cereales en boles que sean de un color complementario? Consulta a un experto local de Pinterest si no terminas de verlo claro.
Como veis, es que existe esa otra variante:
3. X cosas que estás haciendo mal
Con esta entrada vamos ya, directamente, a meter el dedo en la llaga:
- 10 estereotipos que estás usando fatal en tu novela
- 9 cosas que estás olvidando cuando lees a Heinlein
- 5 tipos de trama que me tienen frita
Obviamente, mi lenguaje puede ser más coloquial que el tuyo. Adapta a discreción.
4. X hábitos que deberían desarrollar todos los _____
(Pongo la X donde iría el número que tú quieras. Recuerda que para artículos cortos funcionan bien números como el 7 o el 9; si tu público está acostumbrado al longform-o-artículo-largo-de-narices, el número es mejor cuanto más alto).
Este es otro clásico. Está muy visto, pero sigue funcionando. Piensa en tu sector, en tu área de experiencia, y analiza aquellas costumbres o rutinas que tienen personas destacadas. Si consigues minientrevistas con ellos, mejor que mejor,
Ejemplos:
- 5 hábitos que deberían desarrollar todos los escritores de ciencia ficción
- 5 hábitos que debes implementar si quieres leer más libros
- 10 hábitos que deberías desarrollar si quieres escribir más rápido
Hay otra versión de este tipo de artículo que capta aún más el interés de los lectores, y es el consabido (pero siempre funcional) Las 10 cosas que los (inserte profesión aquí) de éxito hacen de forma diferente. ¿Quién no tendría curiosidad para saber qué es lo que distingue a Stephen King, Jonathan Franzen o Rafa Nadal del resto de los mortales, aparte de sus resultados? ¿Cuál será su secreto y cómo podrías tú aplicarlo?
Lo de Franzen es hablar (mucho) de pájaros, pero a cada uno lo suyo.
5. X cosas que ojalá hubiera sabido cuando empecé
Tal vez este también se está repitiendo demasiado, pero sigue siendo un punto de partida interesante. Puedes vestirlo con otras expresiones, como por ejemplo:
- 10 grandes errores que cometí cuando empezaba a escribir
- 5 cosas que ojalá me hubieran contado sobre la construcción de mundos
- 9 cosas que yo no sabía sobre estudiar literatura
Si me hubieran hablado de la comida de la cafetería de la facultad, por ejemplo, igual me lo habría pensado
6. Una introducción a _____
Este es similar a la guía, pero dejas claro desde el principio que está orientado a principiantes. Por mucho que sepas sobre un tema, piensa que siempre hay mucha gente ahí fuera que acaba de empezar.
Ejemplos:
- Una introducción a la mística en Santa Teresa de Jesús.
- Una introducción a la creación de personajes
- 70 trucos para sacarle brillo a tu novela: Corrección básica para escritores (este ya está cogido).
7. Sobre tu mentor/a
No me gusta nada eso de mentor/a, porque parece que se te ha aparecido Yoda y ha guiado tus pasos hacia la Fuerza usando caramelos con sabor a clorofila mientras anda como Chiquito. Pero es un término que nos sirve en esta circunstancia: escribe sobre la persona que ha tenido más impacto en tu vida. Y ni eso: basta con que sea alguien que te haya inspirado en algún momento.
Algunos ejemplos:
- De cómo mi madre tiene la culpa de que yo escriba
- De cómo Mimmi Kass nos enseñó a leer novela romántica
- La persona que me enseñó a leer solo lee tres libros al año
¿No pincharíais en alguno de esos enlaces?
8. Los X _____ que más me han influido
Similar al anterior, pero en formato lista, y referido no solo a personas de nuestro entorno. Otra idea que también es aplicable a cualquier sector. Para los que leemos y escribimos, hay opciones evidentes:
- Los 5 escritores que más me han influido
- Las 10 mujeres que me impulsaron a leer
- Los 18 personajes que yo querría haber escrito
9. Por qué eres diferente a los demás
Aquí también es fácil caer en la arrogancia o en la chulería, pero bien hecho puede ser todo un aliciente para tus lectores y clientes potenciales:
- Por qué mis correcciones son mejores que las demás
- Por qué no querrás dejar de leer mi libro
- Mi fantasía no se parece a tu fantasía y puedo demostrarlo
O a lo mejor eres diferente y especial y único porque tu autor/a te ha hecho así, en cuyo caso espero que sirvas de escarmiento y escarnio para cualquier otro/a que escriba novelas para adolescentes.
10. Información sobre tu sistema de trabajo
A los lectores les encanta conocer rutinas ajenas, sobre todo si estas son llamativas (diferentes, especialmente disciplinadas, etc.). También les gustan los métodos y sistemas, porque estos son prácticos y permiten aplicación inmediata. A lo mejor no les interesa algo concretamente sobre tu libro, a lo «Cómo escribí El baile de los zombis borrachos», pero algo más general sí puede llamar su atención. Algunos ejemplos:
- La mejor rutina para un escritor
- Cómo consigo leer 5 libros a la semana
- Escribir tres novelas en un año es posible
- Cómo darle una pastilla a un gato.
Jajaja. Sí. La última era de bromita.
11. Entusiásmate con una película o libro
Si hay alguna película o libro que realmente te haya impactado, habla sobre ello. Sobre todo en el caso de obras medianamente populares (no demasiado, o tendrás demasiada competencia), esto es excelente para tu SEO: cuanto mejor sea tu opinión y más visitas vayas consiguiendo, más subirás en el ranking de Google para esa obra en concreto. Si además ofreces una interpretación algo original o diferente, más posibilidades tendrás de destacar. Por ejemplo:
https://mandangadelabuena.es/2015/02/02/alien-las-tres-dimensiones-de-la-violacion/
12. Escribe sobre tus miedos
Sobre todo si son miedos que sabes que compartes con tus compañeros de sector:
- Las 9 cosas que no me dejan dormir por las noches
- 10 miedos que tenemos todos los escritores
- Los 20 miedos más terribles del lector
- Por qué tengo pánico a mandar un manuscrito
- Si no tienes miedo de darle al botón de publicar, no es un buen artículo
Alguien tendría que escribir sobre el miedo más terrible de todos
13. Escribe sobre tu infancia
No sé por qué, a los lectores les encantan las historias de cuando éramos pequeños. Yo tengo miles de historias de cuando era niña, pero creo que ninguna es especialmente interesante (bueno, tal vez aquella en la que le hice un estriptis a un joyero, pero en mi defensa diré que solo tenía dos años).
La idea no es escribir sobre tu infancia porque sí, sino utilizar una anécdota para llegar a alguna conclusión o desarrollo relacionado con el sector en el que te mueves. Hay muchas variaciones sobre esta idea, por ejemplo:
- Habla de cuál era tu posesión más preciada y por qué (si eres escritor o lector, puedes hablar de tu primer libro o de tu primera visita a una biblioteca).
- Cuéntanos cuáles eran tus dibujos animados favoritos (tal vez ya entonces te impresionaban los personajes bien construidos, la construcción de mundos o la descripción de escenarios).
- Dinos qué creabas como niño/a. A mí esto me fascina: ¿dibujabas, escribías, hacías marionetas recortables? ¿Cómo puedes relacionar eso con tu creatividad actual?
14. Escríbele una carta a tu yo del pasado
Esto funciona muy bien para artículos del tipo «cosas que me habría gustado saber cuando empecé», pero también como una reflexión acerca del camino hacia la madurez, ya sea esta profesional, personal o creativa. Yo lo hice con mi post 9 cosas que le diría a la niña que empezó a escribir. Fue una experiencia muy interesante reflexionar sobre mi propia evolución. Este es un artículo que además se presta también a una buena interacción: pregúntales a tus lectores qué le dirían ellos a su yo del pasado. Te aseguro que salen cosas muy interesantes.
Prueba también a escribirle una carta a tu yo del futuro. ¿Qué esperas de ese yo? ¿Y qué pretendes hacer para alcanzar esas metas?
Hay una variante más: escríbele una carta a un viejo amigo o examante. Una carta que nunca enviaríais. Es otra forma de narrar cuestiones íntimas y personales que despierten la curiosidad del lector, sobre todo si consigues enlazarla con algo aplicable a tu sector.
Querido Marcos: solo te escribo en este blog tan público como experiencia íntima y personal de comunicación sincera. Solo quería decirte que nunca me gustó esa birria que llamabas pasta. Ninguna de las 57 veces que la preparaste. PD.: Todos mis orgasmos eran fingidos.
15. Escribe sobre aquello que te inspira
Ya os podéis imaginar que mi artículo sobre inspiración tuvo una buena acogida. Para cualquiera que trabaje en algo creativo (y hasta la profesión más mundana puede tener aspectos creativos) siempre resulta interesante saber qué utilizan otros para encontrar buenas ideas. Hay varias maneras diferentes de enfocar esto. Aquí propongo algunas:
- Enumera productos de ocio que te inspiran (libros, películas, música, etc.).
- Entrevista a otros creativos para ver qué funciona para ellos (lo que en el mundillo —donde parece ser que no usamos una sola palabra española para nada— se conoce como un roundup).
- Narra una anécdota personal sobre algo que te inspiró para crear un producto concreto. Eso también gusta, si se hace bien:
Andaba yo escribiendo una serie de fantasía superventas cuando se me ocurrió lo de las Pringles, mire usté.
16. Escribe sobre tu relación con el dinero
De entrada, evitaría escribir el típico artículo trágico acerca de cómo no llegas a fin de mes. No es que eso no sea importante ni dramático, es que —y esta verdad es horrible— a nadie le importa. A no ser que estés haciendo algún tipo de reivindicación social o exponiéndolo como acusación y crítica a tu sector, no es recomendable. Sí, todo el mundo sabe que la cosa está difícil y un porcentaje alto de tus lectores está en las mismas que tú. No leen tu blog para que se lo recuerdes. Siempre es mejor enfocarlo de una manera positiva: cuáles son tus metas y cómo pretendes aumentar tus ingresos en los próximos años, por ejemplo.
A los lectores sobre todo les interesan reflexiones acerca de la mentalidad de la persona creativa para con el dinero. Ahí van algunas ideas para artículos concretos:
- Qué harías si de repente te tocara el Euromillón
- Analiza modelos de la industria. Por ejemplo: ¿qué diferencias en rentabilidad ves en autoedición, coedición, uso de servicios editoriales, edición tradicional u otros modelos alternativos?
- El síndrome del impostor: ¿tú también crees que no mereces cobrar por tu trabajo?
- ¿Cuándo consideras que se puede trabajar gratis? (Yo ya escribí sobre esto, pero me gustaría ver más artículos ahí fuera que tratasen este tema).
- ¿Qué es lo peor que has hecho por dinero? ¿Y lo mejor?
- Comparte con tus lectores tu progreso en cuanto a ingresos de tus libros o productos (esto lo hace, por ejemplo, Miguel Ángel Alonso Pulido).
Definición gráfica de mi relación con el dinero. El unicornio y las setas alucinógenas quedaron fuera del encuadre
Y ya que hablamos de informes y balances…
17. Haz balances periódicos
Os aseguro que hay blogs que sigo solo por sus balances mensuales. Me encantan y sé que no soy la única. Dicen por ahí que What gets measured gets managed (lo que se mide se puede gestionar), así que realizar un balance de tus objetivos mensuales es muy positivo para ti y además es interesante para tus lectores, porque los anima a seguir tu progreso y a empatizar con tu causa.
Los balances pueden ser de cualquier cosa, siempre que estén relacionados con tu progreso en el sector al que te estás dirigiendo. En su momento hice balances periódicos de mis progresos con determinados hábitos (por ejemplo, ejercicio), pero en cuanto supe que quería enfocar el blog más hacia escritura y lectura, preferí concentrarme en el hábito diario de la escritura, como es lógico.
Por cierto, los recuentos de palabras también me parecen fascinantes. Pero no los pongas a diario en tus cuentas de redes sociales, ante gente a la que les va a parecer más pesado que comer arroz de noche: crea artículos específicos de blog donde apuntes ese progreso y lo expliques, en fechas claras que los lectores reconozcan como «día de informe», y vístelo con datos y gráficos atractivos.
18. Habla de tus herramientas favoritas
A lo mejor no sois tan fetichistas como yo para estas cosas… o a lo mejor, sí, porque a muchos os gustaron los artículos que hice sobre los lápices, bolis y cuadernos que usaban otros escritores (¡con fotos!).
Estoy segura de que no soy la única que suspira cuando ciertos artistas enseñan sus pinceles, papeles y pinturas. No hablemos ya de plumillas y tintas, que me desvanezco cual dama victoriana enamorada y algo anémica.
Ay, pero enséñeme también su palillero, lord Darsi, que me estremezco toa
Pero no todos tenéis que ser tan analógicos como yo. También nos gusta saber qué apps recomiendas, qué programas usas para tu trabajo (y ya si escribes guías sobre cómo usar esos programas… mejor que mejor) y cómo es tu entorno cuando te sientas a teclear.
Puedes ir hasta un paso más allá y plantearte lo siguiente: ¿con qué herramientas (u objetos o recursos) sencillamente no podrías vivir? ¿Y qué salvarías de tu casa en llamas?
19. ¿Con quién te gustaría tomar un café?
O un té, claro, o un vino o una sidra. Las entrevistas no atraen tantas visitas como muchos creen, a no ser que consigas entrevistar a alguien realmente importante o si consigues darle un enfoque útil y original a tu formato (a mí me gustan mucho las entrevistas que hace Lifehacker a personas destacadas de distintas industrias, preguntándoles por su rutina de trabajo). Pero claro, no todo el mundo consigue que gente como el cofundador de Paypal le diga que sí al pedirle una entrevista.
Hasta que llegues a ese nivel, ¿por qué no realizar entrevistas imaginarias? Imagínate qué le preguntarías a tu autor favorito, imagínate cómo sería tener de vecina a tu actriz favorita o cómo sería poder conversar con grandes pensadores del pasado (¡o del futuro!).
20. Notas y recortes
Todo buen redactor conoce la importancia de tomar notas. Ya sea con cuaderno y boli, con Evernote o pantalla táctil, tablillas de cerámica o los intestinos de una cabra, el ser humano sabe de la importancia de transferir sus pensamientos o recuerdos a algo más fiable que su memoria. Otro tipo de artículos periódicos que pueden funcionar bien dentro de un blog son los que recuperan lo mejor de tu semana/mes, en forma de notas, imágenes, citas o enlaces.
Yo misma mantuve durante un tiempo una sección de «recortes de la semana» que tuvo su seguimiento, donde compartía todo aquello que había leído que me había llamado la atención y lo comentaba. Reconozco que abandoné la sección porque llevaba mucho tiempo crear uno de esos artículos y ya no podía mantener el ritmo semanal, y porque otro tipo de artículos me funcionaban mejor. Pero eso no quita que durante un tiempo fueran un gran reclamo, cuando mi blog todavía estaba arrancando.
Compartir ideas y enlaces de otros te hace ganar por dos lados: primero, no quedas tan informa-yo, se nota que te interesan otras cosas aparte de tus propios productos y, segundo, creas buena predisposición con aquellos a los que recomiendas (y hay más posibilidades de que compartan tu artículo).
Algunas ideas:
- Lo mejor que he leído este mes
- Los mejores artículos de la blogosfera de esta semana
- Las siete imágenes de la semana
- Mi libro del mes
Y si todo falla, (más) fotos de gatos
21. Cuenta lo que nadie cuenta
Atrévete a contar los entresijos de tu sector. Este es uno de mis tipos de artículo favoritos. Ahí van algunos ejemplos:
- La dolorosa verdad sobre lo que gana un escritor
- Todo lo que no te cuentan sobre los contratos editoriales
- Una realidad sobre la piratería a la que no queremos enfrentarnos
Uno de mis artículos más visitados es este (y mirad que tiene su tiempo ya), precisamente porque hablo de algunos temas que a veces parece que se evitan en el mundillo escritor. Pero cuidadín con el clickbait. Estos titulares son poderosos porque juegan con el morbo y la curiosidad del lector. Más te vale complacer esa curiosidad, no llenar el artículo con cosas sabidas y tópicas que no sorprenderían a nadie.
22. Recursos
Ya sea un listín telefónico de los mejores peluqueros de perros de tu provincia, una galería de los mejores memes de la historia o una pila de enlaces a diccionarios especializados de gato-escritor/escritor-gato, los recursos en un blog son muy muy valiosos. Piensa qué recursos usas tú a diario. Tal vez a ti te parecen evidentes, pero no tienen por qué serlo para gente que empieza (e incluso los muy avanzados pueden encontrar algo de interés). Ahí pongo algunos ejemplos de recursos que serían útiles para los que nos movemos en el mundo literario:
- Una lista de profesionales recomendables (correctores, maquetadores, portadistas, etc.). Es muy importante que tengas conocimiento concreto de la validez de estas personas, por tu propia reputación e imagen.
- Una lista de libros excelentes para la gente de tu sector: libros sobre escritura, narratología, marketing, etc.
- Una lista de los mejores blogs literarios (o los que más sigues). Sí, sí, de esto se han hecho ya mil posts. Pero da igual. Siguen funcionando. La gente los lee para descubrir blogs que no conocen.
- Una lista de bancos de imágenes (gratis o de pago).
- Una lista de webs que permiten descargas gratuitas y legales de libros (tipo Proyecto Gutenberg). Y por favor, no compartas enlaces a webs piratas. Que tu público te pida algo no es excusa para hacer algo que, además de fomentar la ilegalidad, simplemente es una falta tremenda de respeto hacia tus compañeros de sector (muchos de los cuales estaban siendo pirateados en esas webs). Algunas personas están de acuerdo con el pirateo y otras no, así que respeta a las que NO, que para algo es su trabajo.
Un apunte: a veces me escriben personas que quieren incluirme en alguna lista de recursos, pidiéndome permiso. Cada vez que enlazáis a mi blog de manera positiva es un gran favor que me hacéis, así que, de verdad: no es necesario pedir permiso. Yo os estaré eternamente agradecida.
23. Enfréntate a los problemas reales de tu sector
Tú tienes problemas y a lo mejor solo hablas sobre esos problemas. Pero tú eres tú… ¿qué hay de tus lectores? Prueba a hacer una encuesta en tus redes sociales y en tu lista de correo: pueden surgir cuestiones que no te esperabas. Explica a los demás cómo has conseguido soluciones a esos problemas (si las has conseguido) o propón ideas que tú mismo/a estás llevando a cabo.
Esto siempre ha sido un choque de realidad para mí. Hace algún tiempo me invitaron a dar un taller en un congreso de novela romántica. En mi experiencia y en todo lo que he hablado con otros escritores, la corrección es un obstáculo enorme. Por eso escribí mi libro sobre corrección, intentando hacerlo fácil y ameno para ayudar a los que estaban en esa situación. Por eso, cuando la organización del taller quiso contar conmigo, porque insistía en que el sector necesitaba aprender a corregir, me pareció fenomenal.
Y aprendí, una vez más, que lo que el sector necesite o deje de necesitar no tiene nada que ver con lo que el sector quiere. Yo estaba acostumbrada a otro tipo de escritor y conocía sus problemas. El sector de romántica (o esta parte concreta de dicho grupo) no quería aprender sobre corrección, porque una cantidad grande de escritores/as de romántica tienen que producir muy muy rápido para un público que quiere leer mucho, y que tiende a ser menos exigente con la cuestión formal que otro tipo de lector. Así, a mi taller se apuntaron solo cuatro o cinco personas y decidimos cancelarlo, ya que no era rentable para nadie. Sin embargo, talleres sobre adaptación al cine o creación de guion fueron muy populares.
¿Significa eso que ese sector es peor? NO: significa que tiene intereses diferentes y yo no me preocupé por investigarlas.
El mercado es el que es: no culpes al mercado por no interesarse por lo que solo a ti te interesa.
¿De verdad crees que a ese señor de la derecha le interesan tus preocupaciones nimias de escritorzuela, Gabriella?
24. El principio y el final
¿Por qué empezaste a hacer lo que haces (leer a Joyce, escribir cartas eróticas, criar triceratops…)? ¿En qué momento estuviste a punto de dejarlo (¡o lo dejaste!)? Siempre que se cuente con un enfoque final en el lector, nos gusta saber del viaje personal de alguien, sobre todo si podemos extraer conclusiones que nos sirvan a nosotros también.
Ahora sí, si tengo que leer otro artículo de «por qué empecé a escribir», haré algo muy desagradable. Solo funcionará si lo que me cuentas es útil y original. O si dices que mi blog tuvo algo que ver. Entonces me parecerá fantástico.
Este artículo es un co... Espera, que sale mi nombre. QUÉ-INTERESANTE-NO-PUEDO-PARAR-DE-LEER.
Y cuéntanos una historia de «antes» y «después». Como en las fotos de los anuncios de productos para perder peso. Eso siempre nos fascina.
25. Cómo lidias con lo negativo
¿Cómo tratas a tus críticos? ¿Y a los trols? ¿Qué les dices a los que no entienden tu profesión?
No se trata de que entendamos más sobre ti (aunque también), sino de que nos proporciones herramientas para lidiar con un problema que nos afecta a todos los que escribimos online: los haters. Y sí, también deberíamos aprender a lidiar con los críticos constructivos, deberíamos aprender a verlos como una oportunidad de progreso y mejora en vez de como enemigos.
Eso es difícil, ¿eh?
Sí, te estoy mirando a ti, lectora que me hace la pelota en redes sociales para luego cascarle un uno a mi libro. A TI. Tu preciosa estantería rústica y tus adorables pantaloncitos cortos no te salvarán de esta.
No solo se trata de hablar de la recepción de tu trabajo. También puedes hablar de factores externos o internos.
¿Cómo lidias con la procrastinación?
¿Cómo se escribe con trastornos de ansiedad o depresión?
Prometo que algún día hablaré de eso.
Algún día, cuando esté preparada.
26. Tu artículo «bola de cristal»
Venga, mójate. ¿Cómo ves tu sector dentro de 5, 10, 20 años? Es probable que te equivoques de cabo a rabo. Pero será MUY divertido volver la vista atrás en el futuro y ver cuánto tienes de Nostradamus y cuánto de Rappel.
Por otro lado, creo que todo redactor debe tener un artículo Bola de cristal del estilo del programa legendario de televisión. Un artículo algo surrealista e irreverente. El mío es este.
27. Un artículo sobre tu cuerpo
No me refiero a que escribas 10000 palabras sobre la imposición del canon imposible de belleza en nuestra sociedad y de cómo te ha llevado a un enfrentamiento constante con tu propia imagen. Que puedes (y yo me lo leería), pero me refiero más bien a que en cada sector hay unas exigencias físicas, de salud. Por ejemplo, hay un artículo muy útil de Rocío Vega sobre el cuidado de la espalda, las manos y la postura para los que escribimos.
Hay escritores que hablan de su relación con el yoga, la natación, el tenis o la pelota vasca. Puede estar bien salir un poquito de la tónica de siempre y hablar del cuidado de uno mismo: ya sea mediante una buena higiene de sueño, una buena alimentación, ejercicio físico o ciertas prácticas que nos permitan, también, descansar el cerebro. A mí lo que más me ayuda es la meditación, pero cualquier tipo de relajación es muy útil para los que estamos día tras día delante de un ordenador, saturados de información y sobrestímulo.
28. Cómo conseguir algo gratis (o por poco dinero)
Seamos sinceros: los que vivimos de esto de teclear no somos los más ricos del mundo, sobre todo cuando no llevamos demasiado tiempo haciéndolo. Queremos saber cómo y dónde conseguir conocimientos y recursos sin gastar un duro. Y en algunos casos (por lo menos al principio), eso se puede hacer.
Aparte de las listas ya mencionadas de recursos, comparte cómo aprendiste a hacer algo muy útil… sin gastar nada. Un buen ejemplo de esto es lo que está haciendo en su blog David Olier. David siempre recomienda que se recurra a profesionales en cuanto a la autopublicación, pero también entiende que no siempre es posible, y explica algunas maneras de hacerlo «en casa». Y os confieso que me parece realmente sorprendente que a nadie se le ocurriera hasta ahora (creo) hacer una serie así, tan ordenadita y práctica, que cubriera tooodos los pilares de publicar tu propio libro a un coste ínfimo.
Puedes compartir todos los cursos y métodos (remunerados) que quieras (y debes), pero para aquellos que empiezan siempre está bien que proporciones servicios, webs y productos necesarios que no les costarán ni un mísero centavo de dólar venusiano (y mira que el dólar venusiano se ha devaluado últimamente).
Los expertos aseguran que la guerra interdimensional con los salvajes tiranosaurios de Plutón ha tenido algo que ver
29. Tus miedos
Aquello que no te habrá de matar te hará más fuerte (o algo así decía Nietzsche y nadie parece ponerse de acuerdo sobre qué causó su muerte, pero aquello debía de ser fuerte de narices). Mientras, hablemos de lo que nos aterra, hagámonos vulnerables y contémosles a los demás qué es lo que a los de nuestra profesión, industria o sector es lo que nos hace tener sudores (aparte de los cuarenta y pico grados que tuve en Fuenlabrada la semana pasada).
Vaya, acabo de darme cuenta de que he repetido lo de escribir sobre tus miedos. Pues me viene de perlas: podríamos cambiar el encabezado de esta sección por:
29. Escribe sobre algo de lo que ya se ha escrito, pero desde otra perspectiva diferente
Esto lo hacen muy bien Ana González Duque y Jaume Vicent en MOLPE. Cogen un tema del que ya hemos hablado mil veces, pero lo enfocan desde un punto de vista original y siempre aportan contenido nuevo y refrescante.
Si quieres un ejemplo, mira este. Ana coge una queja típica (¡estoy hasta el moño del marketing!) y le da completamente la vuelta, dándole además un símil constante con la aventura de escalar una gran montaña y vivir para contarlo.
30. Productividad
Lo mires como lo mires, todos los sectores tienen una cosa en común.
A todos nos falta tiempo.
Y casi siempre es porque somos incapaces de organizar nuestras prioridades, por aquello de que además de trabajar para comer se supone que tenemos que ejercitar mente y cuerpo y ser mejores personas y padres y hermanos y amantes y blablá.
Cualquier cosa que puedas ofrecerles a los demás que les sirva para hacer las cosas mejor y más rápido es bueno. A veces, leerán tus métodos porque hay cierto tipo de persona adicta a leer los métodos de productividad de otros. Otras veces a lo mejor hasta te hacen caso.
Esas veces serán pocas, pero eh. Os juro que hasta puedes cambiar la vida de alguien.
(Para bien, se entiende).
Desde que leo Gabriella Literaria, vivo en un mundo de fantasía donde las letras fluyen pero me ducho menos y mi novia me ha dejado por un cantautor de pecho marmóreo y cabellos largos que brillan a la luz del atardecer
31. El método definitivo para_____
Ya hemos hablado de buscar los problemas de tu sector e intentar solucionarlos. Y también de las guías, definitivas o no. Pero cuanto más práctico sea ese tutorial que ofrezcas para solucionar algo muy concreto, más lo agradecerán tus lectores.
Si miramos el mundo de la escritura, sí, está difícil. ¿Cuántos métodos hay ya para construir personajes, ambientación, tramas…? Busca, busca, que en los sitios más insospechados están los procesos de los que nadie está hablando todavía.
Por ejemplo: yo encontré esta forma tan curiosa de darle redondez a tus protagonistas mientras escuchaba un podcast.
También podría darles, simplemente, más de comer, pero todos los autores somos seres crueles en el fondo.
32. Todo lo que aprendí leyendo_____
Una cosa es hacer una reseña y otra cosa es hacer un resumen anotado de lo aprendido de una obra valiosa. Otro de mis artículos más visitados, 15 trucos para convertirte en el rey de las redes sociales, en realidad es un «eh, mirad todo lo que he aprendido de este libro».
Evidentemente, tiene que ser un buen libro, que aporte conocimientos de interés. Y no vale simplemente citar, copiar, plagiar, sin aportar nada. También ayuda, como fue mi caso con ese artículo, aplicar los consejos del libro y resumir a los lectores cuáles han sido tus resultados.
Esto no solo vale para libros, sino también para personas (como cuando expliqué todo lo que podemos aprender los escritores de David Bowie, Steve Jobs o Picasso), o para convenciones y conferencias a las que asistamos.
33. El shoutout
Antes de que me apedreéis por otro anglicismo, explico qué es eso del shoutout, que todavía no encuentro el equivalente en nuestro idioma. En blogs, lo de shout out (decir a gritos) es cuando mencionas, de manera positiva, a otros compañeros del sector.
Esto lo puedes meter en la sección de listas o recursos o entrevistas, no importa. Pero es una manera versátil de hacer networking de ese y vestir bien tu artículo. Por ejemplo, puedes hablar de cinco escritores que tienen blogs excelentes o de diez personas que deberías seguir en Twitter si quieres aprender a fabricar tu propio cohete. Puedes mencionar veinte cuentas de Facebook que te hacen reír, o treinta cuentas de Instagram que te hagan sentirte mal con tu cuerpo.
Soy... veinte veces más guapa que tú.. tan natural... y siempre estoy de bueeen humooor.
34. Los retos
Pocas cosas funcionan tan bien como un buen desafío. Nos encanta que te pongas en el punto de mira, que prometas algo difícil.
Puede ser escribir a diario durante 30 días, puede ser abandonar las redes sociales durante seis meses… esas mierdas nos entusiasman.
¡Sobre todo si faltar a tu palabra tiene consecuencias!
Muchos blogueros hacen promesas que luego no cumplen. Pero cuando los ojos de tu público te juzgan y ese mismo público se relame como tu gato cuando te despistas y dejas algo de leche en el bol del desayuno, sabes que no tienes más remedio que ser fiel a tu palabra.
Hubo por ahí un bloguero, ahora no recuerdo quién, que prometió comer comida de su gato si fallaba. Uf, ya, ya sé que me repito mucho con lo de los gatos, pero os prometo que esto es verídico. Falló y comió. Otro bloguero contrató a una chica para que le partiera la cara cada vez que se conectara a Facebook.
Tú eliges el reto.
Nosotros leemos y reímos. Pero leemos.
35. Cuándo es hora de dejarlo
Hablamos mucho de metas y objetivos y obstáculos y lucha personal y etc., pero pocas veces hablamos de ese momento de indecisión: ese momento en que nos planteamos si seguir con lo que estamos haciendo o dejarlo. Seth Godin llamaba esto The Dip (aquí se tradujo, no entiendo por qué, como El abismo) y es algo con lo que peleamos muchos en muchos momentos de nuestra vida.
A lo mejor tú has abandonado ciertas cosas que en su momento eran importantes para ti. ¿Por qué no nos lo cuentas?
Por ejemplo, queremos saber cómo conseguiste abandonar tu adicción a las piruletas del Día. Y cuando digo queremos en realidad quiero decir quiero. Por favor. Ayuda.
36. Dos versiones
Piensa en algo que preocupa a los de tu sector o piensa en algún tema que esté de moda. Ahora, entrevista a dos personas con visiones radicalmente opuestas sobre ese tema (o cita y explica sus propuestas).
Nada está escrito en piedra (¿de dónde viene ese dicho? ¿Quien lo inventó nunca había visto una lápida?) ni sirven de nada las opiniones de blanco y negro. Un enfrentamiento de percepciones de dos personas inteligentes dará la posibilidad a tus lectores de reflexionar más a fondo sobre algo que les interesa. Puede ser algo tan profundo como cuestionarse la validez de un modelo editorial o puede ser algo más técnico, como cuando Cris Mandarica se preguntó si era mejor WordPress o Blogger para redactores que empezaban allá por el Pleistoceno el 2015.
37. Redes sociales
Nos guste o no, están aquí para quedarse (como concepto, por lo menos. Veremos cuántas siguen llamándose igual dentro de siete años), y cualquier aportación que puedas hacer a cómo los profesionales de tu sector pueden sacar rendimiento de Facebook, Twitter, Instagram, Pinterest o Snapchat siempre es de agradecer.
Sí, se ha escrito mil veces sobre cómo ser escritor en Twitter. Busca cosas más concretas, como maneras más sencillas de automatizar tu estrategia de contenidos o sobre cómo crear un perfil atractivo o de cómo no entiendes que nadie esté intentando ligar con Ángel Sanchidrián, con todos los seguidores que tiene y lo buen mozo que es*.
38. Leyes, fiscalidad y otras cosas aburridas
Lo malo de las cosas aburridas y necesarias es que son aburridas pero necesarias. No hay muchos artículos ahí fuera que traten de manera comprensible y sencilla la fiscalidad de determinadas profesiones, la legalidad de datos en email marketing, dónde y cómo encontrar un dominio en condiciones y otras cuestiones importantes pero somníferas.
Como nadie quiere hacerlo, vas a ser primerito en la lista de Google. Porque la gente sigue buscando.
Personalmente, me sigue pareciendo alucinante que no haya ni un artículo en la blogosfera que explique bien, de manera práctica y detallada, cómo se declaran los ingresos de Amazon a Hacienda.
¿Y por qué no lo haces tú, listilla?, me diréis, con toda la razón del mundo.
Podría, pero menudo aburrimiento, ¿verdad?
Que lo haga otro/a.
39. Vídeos, vídeos, vídeos
No hay que hacerse estrella de Youtube para sacarle rendimiento al vídeo. Te puedes marcar un Buzzfeed y crear un post que no sea más que una lista interminable de minivídeos y gifs, pero sé que vosotros sois muy serios y todavía creéis en el arte de la palabra.
Eso no quita que un artículo donde hagas una recopilación de booktrailers, de vídeos musicales inspirados por libros o de, por qué no, Leonard Cohen marcándose un Lorca, pueda tener su atractivo.
Y sí, de ahí a ser booktuber solo hay un paso. Pero no tiene por qué ser algo malo. Dicen que el vídeo es el futuro (o de eso intentan convencerme, constantemente, cada vez que me preguntan: «¿y tú no te has planteado hacer vídeos?»).
¿Uf, ponerme ropa de persona a diario, maquillarme y fingir que vivo en un sitio medianamente ordenado en vez de poder trabajar en pijama en mi entorno de caos habitual? Quita, quita.
De ahí a usar Skype con cámara solo hay un paso pequeño y peligroso.
40. Habla del lenguaje
Nosotros que somos escritores hablamos mucho del lenguaje, porque es nuestra herramienta, y nos quejamos de cómo usamos tal o cual palabra, gerundio o pluscuamperfecto pasivo de voz media. Pero en cualquier sector vale ponerse un poco meta y analizar cuáles son nuestras muletillas, fallos y repeticiones más absurdas.
Puestos a pensar, también valen los artículos que realicen una crítica (sin apuntar mucho con el dedo, que ese dedo también te puede señalar a ti) a nuestra industria o a la propia redacción digital. Seguro que hay aspectos de este mundillo que te exasperan, exigencias que te soliviantan y necesidades que te derriban.
41. Qué hay de los mitos
Hace poco leí en Quora una pregunta muy interesante. Era: «¿Cuál es el ‘las vacunas causan autismo’ de tu sector?».
¿Qué mitos y medias verdades te ponen en modo berserker? ¿Qué mentiras de gente poco informada sacan lo peor de ti? A mí, por ejemplo, siempre me desespera eso del talento, eso que ves en pelis y series de que el escritor se rasca la tripa ocho meses y de repente saca su máquina de escribir y se pone y en una noche te ha escrito la Gran Novela Americana. Borracho.
Solo de pensarlo estoy temblando de ira y frustración.
Por suerte, llegamos ya a la última propuesta.
42. Escribe una lista de 42 ideas para escribir artículos de blog
¿Y por qué no?
Podrían haber sido 5, 10, 33, pero no. Tuve que parar en algún momento. Ya sabemos que el 42 es un número mágico.
Yo os reto.
¿Seríais capaces de escribir una lista de 42 ideas para artículos de blog?
Ojo, deben servir para cualquier sector y ser ideas atractivas, que los lectores vayan a disfrutar. No vale decir: «Punto 18. Hablar sobre la bicicleta que robaste con cinco años», a no ser que ese robo de bicicleta fuera lo que te llevó, por una serie encadenada y fabulosa de eventos, a convertirte en el redactor particular de Edredón Mimosa 800, emperador intergaláctico de la tercera división de Anchoa 88, quien acabará gobernando nuestro propio sistema solar dentro de apenas 3 años luz, como todos sabemos.
¿Podríais encontrar 42 ideas más para todos vuestros compañeros de blogging, redacción y arrejuntamiento de letras en pantalla en general?
Yo os reto.
*Me debes otra sidra, Ángel. Preferiblemente de esas que vienen ya en botella de un litro con su propia maquinita de tiro.
-Imagen de plumillas: Fernando Martello, Perry manymodels, CC BY-SA 3.0
-Imagen de Gene Wolfe (en realidad fue parte del equipo que creó la máquina que envasa las Pringles, pero ya veis por qué su cara os resulta vagamente familiar): Cory Doctorow, Gene Wolfe, 2005, CC BY-SA 2.0
->Si te ha gustado este artículo, te gustará Crónicas del fin. Es mucho más divertido, hay más tripas y salen menos gatos.
¡Hola!
Jajaja, la verdad es que sin pensarlo he hecho algunas de estas como: hablar sobre mi infancia (o cómo viví mi fascinación por Harry Potter) o hablar con mi yo del pasado (algo así, publiqué una carta de navidad con la que gané un concurso y que consistía en Baltasar escribiéndose a sí mismo).
Me ha gustado mucho el artículo y la verdad es que me he reído con los ejemplos (como ponerle la vacuna a un gato XD), pero en realidad creo que tienes razón… Muchas veces el titulo de la entrada llama mucho a la gente a meterse ahí. De hecho hay casos que pecan de exceso ahí porque el «titular» (digo titular porque suelen ser periódicos) luego no tiene nada que ver con la noticia xD
Genial entrada. Un beso.
Ay, sí, del temible clickbait hablaré otro día, que es un arma de doble filo 🙂
¡Gracias por leer!
Muchísimas gracias por toda esta información. Voy a necesitar varias horas para masticarla y varios meses, o años, en digerirla y ponerla en práctica.
Y también estoy harta de fotos de gatitos…
Témome entonces que este no es el mejor sitio para ti, porque está lleno de gatitos. ¿Igual existe algún programa para filtrarlos, tipo AdBlock? ¿Gatitoblock? 😀
El artículo es estupendo. Pienso escribir al menos un post con cada una de los 42 ideas. Pero estoy a una pulsación del botón «llamar» de mi móvil de contactar con la Asociación de Amigos de los Gatos para denunciarte por el uso indiscriminado de las imágenes de mininos.
Lo sé, lo sé, rozó la ilegalidad :O
Menudo pedazo de artículo, bastante extenso e informativo. La verdad es que no encuentro algo medianamente interesante que comentarte, solo que me ha gustado y gracias por esto.
Saludos y mejórate!
¡A mí me sirve!
Gracias por los buenos deseos 😉
¡Hola! Quería hacer un pequeño apunte. Dices que te sorprende cómo a nadie más antes que a David Olier se le ocurrió hacer una serie de cómo autopublicar tu libro a coste ínfimo, pero en realidad, Miguel Ángel Alonso Pulido escribió una serie así muy completa hará ya un año o año y pico. No creo que a ti, Gabriella, te aporte mucho a estas alturas de tu carrera, pero quizás a alguno de los lectores les pueda venir bien (el enlace a su serie de «Cómo autopublicar tu libro» es éste: http://miguelangelalonsopulido.com/como-autopublicar-tu-libro-indice/).
¡Un abrazo y gracias por el artículo!
Gracias por el apunte, lo editaré en cuanto pueda 😀
Me encanta cómo funciona tu mente: artículo irresistible – gominolas en la portada del artículo :D. Me encantaría poder estar el día 1 en ese evento (ya sabes que me es imposible) pero si este es el aperitivo, me pones aún más los dientes largos. Me ha encantado el super-mega-post irresistible. Gracias por la mención XD
Es una pena que no pudieras ir, la verdad es que lo pasamos genial y hubo ponencias muy interesantes.
Y ahora tengo antojo de gominolas :O
Me ha encantado leer tooooodas esas ideas. Reconozco que me has dado muchas más mientras las leía. Y todas apuntaditas en mi libreta de anotar (de la que haré una entrada).
Por cierto aunque era broma a mí también me interesa eso de como darle una pastilla a un gato. Lo mío era misisón imposible.
Eso sí mi problema suelen ser los títulos, no sé de donde sacas tanta imaginación para ellos. En fin, seguiré probando.
Un besillo.
Con mi gato es tan imposible lo de la pastilla que tuvimos que pasar a las inyecciones, no quedaba otra. El tío tiene un pequeño desnivel en el labio inferior por donde consigue echarlas todas 😛
Con los títulos es cuestión de mirar qué funciona a blogueros de éxito y qué te hace a ti también pinchar en cualquier enlace. Luego solo tienes que hacer una lista de unos diez títulos y quedarte con el que más te convenza.
Besos.
Gabriella, si inventan la máquina del tiempo, me iré con una copia de este artículo impreso y se la daré al yo de hace cinco años, cuando empezaba con esto del blogging y la autopublicación, y me tenía que devanar las meninges tratando de trasponer al mundo de los blogs literarios lo que leía en «Ingresos al Cuadrado».
Es una lista que da para mucho.
Saludos.
Es curioso, porque lo de los blogs literarios es todo un mundo que a veces se desvía mucho de lo que funciona en el blogging general. Pero vamos, que si encuentras por ahí una máquina del tiempo, pásamela, que tengo una visitica que hacerme con algunos resultados de carreras de caballos importantes. Por ejemplo 😀
Bueno, leído el artículo en diagonal de momento, Gabriella, pero le haré un hueco (macrohueco) este finde para macroprofundizar 😉
Ya me macrocontarás 😀
Te he robado tres ideas, que pronto crecerán y se harán fuertes en mi blog. Gracias mil, ya sabes, 100 años de perdón, mangas verdes y algo más, lo que sea. 😉
Para eso están 🙂
Un genial artículo Gabriela, a parte de ser instructivo –y dar ideas a diestro y siniestro, jaja– se me ha escapado más de una sonrisa. Espero que te mejores pronto, los catarros de verano son los peores, porque la fiebre te da frío, pero hace un calor del carajo, jaja. Un abrazo! ; )
Pues a ver si se me pasa pronto, que mi impaciencia y ganas de trabajar hacen que me descuide una y otra vez y ya van dos recaídas. ¡Soy la peor enferma del mundo! 😀
Me ha gustado mucho, mejor dicho es fabuloso. Solo tengo una pega y no se si se podrá solucionar, es que cuando pongas palabras en ingles, por ejemplo «clickbait» («ciberanzuelo») no me entero de lo quieres decir y tengo que buscarla en google. Por lo demas me pareces fabulosa escribiendo. Te mando un abrazo.
Esta es una cuestión complicada, JL, y algo de lo que ya he hablado alguna vez en los comentarios del blog. Es un problema de comunicación: si yo digo ciberanzuelo, la mayoría de la gente no sabrá a qué me refiero. Sin embargo, clickbait es cada vez más común (aunque reconozco que lo uso con cierto retintín y burla, algo que se pierde en el texto escrito). Por lo general, solo uso palabras en inglés si no hay equivalente exacto en nuestro idioma, si el equivalente no lo conoce nadie o si me apetece usar un término en inglés por su sonoridad o para evitar repetir siempre las mismas palabras en español. Es, sobre todo, una cuestión de equilibrio 🙂
Muchas gracias por tu artículo, para mi que suelo escribir en distintos blogs es de mucha utilidad. 🙂
¡Muchas gracias por tomarte el tiempo de recopilar tantas ideas así! Sí que es inspirador y muy útil para muchos de nosotros, quienes escribimos. Y, conociéndote, pensé que ibas a hacer referencia a que repetiste el punto 29 (y por tanto tenemos dos veintinueves) como algo intencional o estratégico.
Jajaja, no, ha sido un error. Ya avisé al principio de que lo escribí con fiebre 😉
¿No te gusta la pasta? Y yo que pensaba que eras molona :'(
Me ha gustado mucho la lista, hasta me ha dado algunas ideas, y eso me viene muy bien porque últimamente hay días que no sé de qué demonios hablar. Supongo que también será porque me empeño en hacerlo todo muy «temático» y adaptarme a las ocasiones especiales. En fin, seguramente pronto vuelva a visitar este artículo para ir anotando ideas en mi lista de futuras entradas.
¡Nos leemos!
Claro que me gusta la pasta… siempre que no la haga ese tal Marcos 😉
Me alegro de que la lista te sea de ayuda. Otra cosa que sirve es apuntar SIEMPRE las ideas. Tenemos rachas en las que queremos hablar de mil cosas: es bueno apuntar todo lo que se nos ocurra para las otras rachas, aquellas en las que no sabemos qué escribir.
Gracias por todas esas ideas espero coger algunas prestadas algun dia no muy lejano
Saludos ☺
Buenos días.
Una duda que tengo ya que me dedico al SEO.
¿Cuando vas ha escribir un artículo te fijas en cuantas búsquedas tiene esa o esas palabras claves del título de tu artículo para decidir si lo escribes o no con ese título? ¿o las cambias según el número de búsquedas que tengan y la dificultada para que salgan en las primeras posiciones de google?
También dicho de otro modo¿Escribirías un artículo si sabes que tiene muy poco interés a priori en las búsquedas de google?
Saludos.
¡Hola, Fran! Esa es una pregunta muy buena.
Si te dedicas al SEO, sabrás mucho mejor de esto que yo, así que tampoco hagas demasiado caso de mi respuesta. No obstante, mi objetivo nunca ha sido buscar las tendencias en Google, porque no es ese tipo de blog. En mi experiencia, a mí me funciona mejor fijarme en lo que se habla en otros blogs para escritores, en qué me preguntan a mí mis lectores, etc., para ver qué temas son importantes siempre para mi público potencial. Esto a la larga es mucho más productivo, ya que acabas creando artículos más longevos, más permanentes en el tiempo, que seguirán dándote buenos resultados a largo plazo. Así que yo me preocupo de hacer lo mínimo para el SEO (usando Yoast, por ejemplo, para asegurarme de que las palabras clave están bien colocadas y ese tipo de cosilla básica) y pienso más en lo que busca y necesita mi público. Me ha dado buenos resultados a la larga por lo que he podido ver, mejores a veces que otros compañeros muy atentos a tendencias más caducas. Pero ya te digo que esa es mi experiencia particular 🙂
Hej!
Un artículo bastante interesante que voy a tener en cuenta a partir de ahora cuando tenga algún cacao mental con muchas ideas o por el contrario cuando mi musa se haya ido de paseo, aunque suelo tener bien claro de qué hablar, aunque a la hora de encontrar un título adecuado, ya es otro cantar.
Como complemento para algunos comentarios que han dejado anteriormente, hace tiempo escribí una artículo titulado «🚀 15+2 tips 🚀 que todo artículo interesante con SEO debe tener» [ https://sveaypablo.es/tips-para-un-articulo-interesante-optimizado-seo/ ], donde a parte de mi técnica a la hora de escribir un artículo, también aplico técnicas de SEO para que así el artículo esté bien posicionado en Google y otros buscadores; pero no por centrarme en las tendencias, sino para que así pueda llegar a más gente que le pueda interesar realmente, porque pienso que no vale la pena tener miles de lectores si luego no les interesa y ya no vuelven, prefiero tener pocos lectores con los que interactuar y aprender.
Un saludo desde Suecia
Bien, ¡creo que me enamoré!
Me encanta tu estilo, es fresco! Considero tu Blog de las cosas más valiosas que he encontrado en internet.
¡Mil gracias, Jhanu!
Excelente artículo, yo me quedo con los libros. Creo en la necesidad de leer muchísimo para poder escribir. Lo comparo a un iceberg, 1/9 de hielo es lo que sale del mar. Una parte de escritura y 9 de lectura.
Colaboro con mi artículo sobre escribir un blog
https://www.titubeosdeajolote.com/crea-un-blog-que-impacte-a-tus-lectores/
Gracias