Todo el mundo escribe.
Alguien me comentó el otro día que tiene la terrible sospecha de que en España hay más escritores que lectores. Puede que tenga razón.
Y si todo el mundo escribe, ¿qué es lo que diferencia a un escritor profesional de un escritor aficionado?
Es una pregunta difícil, porque ¿qué es realmente un escritor profesional? ¿Existe tal cosa?
Muchos definirían a un escritor profesional como alguien que vive de lo que escribe. Podría ser un escritor de ficción, un creador de contenidos, un periodista.
Otros lo definirían como alguien que solo escribe. Es decir, no tiene otras ocupaciones laborales.
Y otros se contentarían con definir a un escritor profesional como alguien que recibe dinero por lo que escribe, aunque no sea suficiente como para vivir de ello.
Esa es otra discusión aparte (y larga). Por mi parte, he intentado dar con las claves de lo que separa a alguien que escribe por afición de alguien que escribe de manera profesional. Y no digo que no sea serio escribir por afición. Si escribes cuando puedes, porque te gusta, sin mayor aspiración, eso es igual de válido, pero tus objetivos serán muy distintos. Intento diferenciar aquí entre los que escriben simplemente porque les gusta y aquellos que escriben con aspiraciones de publicar y recibir una remuneración por su trabajo.
Por supuesto que hay escritores que no entran en ninguna de las dos categorías. Hay escritores buenos, volcados en su arte, que sin embargo no tienen ningún interés en extraer rendimiento económico de su obra. Y aficionados que no dedican apenas tiempo ni trabajo a su arte y que sin embargo intentan comercializarlo por todas las vías posibles.
No es mi intención hablar aquí de esos casos intermedios. Como ya he dicho, quiero analizar lo que diferencia a la gente que escribe por afición y la gente que pretende profesionalizarse. Tal vez mi intención es intentar demostrar todo lo que implica el duro camino del escritor que pretende vivir de lo que crea. Tal vez mi intención es solamente divertiros, que paséis un buen rato. Tal vez solo busco que compréis mi libro. ¡Nunca lo sabréis!
Quiero dejar constancia de que los puntos que enumero a continuación son el resultado de mi percepción de los escritores profesionales que conozco, mi propia experiencia intentando cruzar el temible valle de la afición a la profesión y, sí, comentarios de escritores profesionales en internet. Estoy segura de que muchos de vosotros podréis aportar más diferencias que nazcan de vuestra propia escritura y experiencia, y puede que haya puntos con los que no estáis de acuerdo. No dejéis de darme vuestras opiniones en los comentarios.
Allá vamos.
¿Listos para la primera diferencia? Seguro que sois capaces de adivinarla, porque no dejo de repetirla en el blog:
1. Hábito
Sí, así es. El escritor profesional escribe. Escribe todos los días. Y cuando no escribe corrige, piensa, adelanta estructuras, se documenta.
Hay excepciones, claro. Hay escritores que escriben dos semanas del tirón y luego se dedican a corregir durante otras dos semanas. Hay escritores que dedican un mes al año a irse muy lejos de viaje y reiniciar el cerebro. Cada persona tiene un proceso diferente. Pero lo que suelen tener todos los escritores profesionales en común es que han encontrado un sistema de trabajo que les funciona bien y lo mantienen a rajatabla.
Los escritores profesionales, al igual que cualquier otro profesional (sobre todo si trabaja desde casa), tienen una rutina, o una serie de objetivos, o un sistema, y cumplen. Tal vez en pijama, pero cumplen.
¿Qué más tiene el escritor profesional?
2. Una plataforma
Puede ser una web, un blog, un canal de Youtube, una cuenta de Twitter… pero el escritor actual que intenta profesionalizarse tiene un hogar virtual, un punto de contacto con lectores, ya obtenidos y potenciales.
También hay excepciones, claro. Hay escritores que consiguieron entrar en una editorial grande y que poco a poco han ido publicando y haciéndose un hueco. Pero las posibilidades de publicación a este nivel son escasas, y hemos llegado a un punto en que las editoriales buscan a autores que tengan ya un seguimiento formado, ya que implica un mínimo de ventas aseguradas.
Todo está cambiando. Estoy viendo a autores que vivían con cierta comodidad gracias al sistema tradicional de edición y que ni siquiera tenían página web, y para ellos la situación ya no es la misma, ni de lejos. Los anticipos son más bajos, las ventas más escasas, el dinero ha menguado. Las compras cada vez están más dirigidas por el mercado presente en internet (en el Reino Unido, por ejemplo, las compras online de libros ya superan a las compras en librerías. Llevan ya más de un año en las mismas en EEUU).
Los autores que ahora mismo despuntan, que se están manteniendo en el mercado, suelen tener una plataforma bien establecida y un seguimiento virtual marcado.
¿Significa esto que tienes que ir corriendo a hacerte ocho cuentas en Pinterest, LinkedIn e Instagram? No. Encuentra la plataforma que más te gusta y concéntrate en ella. Estúdiala, observa cómo funciona y dedícale trabajo. Lo cual nos lleva a…
3. Una inversión considerable de tiempo
Esto es horrible, porque por desgracia el trabajo del escritor ya no se limita a escribir. Ahora todos tenemos que ser expertos en social media, en mercadeo, en nuevas tecnologías, en edición, en diseño y en mil cosas más. Cada vez hay menos intermediarios, así que el escritor se ve haciendo el trabajo del editor, del diseñador, del corrector y del departamento de promoción.
Empezar a escribir y practicar, crear un libro, dos, tres, no exige demasiado tiempo, solo dedicación. Pero lo preocupante es que para ir más allá, para profesionalizarse, uno tiene que ser una especie de hombre orquesta que además de tocar todos los instrumentos del mundo tiene que saber jardinería avanzada, arqueología alienígena y cocina submarina. Tal cual.
Los escritores que conozco que (mal)viven de lo que escriben, sobre todo los de ficción (la creación de contenidos es otra historia), viven por y para escribir y todo lo relacionado.
¿Significa esto que tienes que dejar tu trabajo (y tu vida) para ser escritor? No, claro que no. Ni se te ocurra, porque morirás de hambre. Simplemente contémplalo como un objetivo a largo plazo: deberás ir ampliando poco a poco el tiempo dedicado a todo lo “escritoril”. Pero piensa que cuanto más escribas y más desarrolles todas las habilidades que necesitas, mejores serán tus productos y tu oferta y más cerca estarás de obtener dinero a cambio. Por lo que podrás ir dedicándole más tiempo.
Y hablando de malvivir…
4. Saben cuándo trabajar gratis (y cuándo no hacerlo)
Muchos profesionales de todos los sectores coinciden en que es una mala cosa el trabajar gratis. Primero, porque incita a clientes y demás a aprovecharse de tu talento y esfuerzo; segundo, porque rebaja la percepción de estos del valor de un trabajo, por lo que otros profesionales tendrán que bajar sus tarifas o incluso ofrecer los mismos servicios de forma gratuita. Y reconozco que a veces doy saltitos ridículos de frustración cuando veo a supuestos “profesionales” ofreciendo sus servicios a precios bajísimos. Entiendo que las cosas van regular y todos estamos desesperados, pero bajar tanto los precios no solo te afecta a ti, también nos afecta a todos los demás.
Pero por algún lado hay que empezar, y del mismo modo que un traductor recién salido de la facultad no cobra lo mismo que uno que lleva dieciocho años trabajando (o no debería, por lo menos), un escritor que empieza sabe que tiene que escribir gratis. Para participar en antologías, o para salir en revistas, o para colaborar con un blog que tenga difusión. Es una manera de posicionarse, de que tu nombre empiece a sonar.
Un escritor profesional, alguien que lleva años escribiendo y sabe que tiene ya una calidad contrastada, no suele aceptar propuestas de trabajo gratuito. Simplemente no le compensa. En el tiempo invertido en realizar ese encargo sin remuneración, puede realizar algo con más posibilidades de venta (y que además le apetezca hacer).
Puede que, de vez en cuando, realice encargos gratuitos, si considera que merecen la pena. Pero todos los escritores deberíamos dejar de contestar correos electrónicos donde alguien nos ofrece participar en cosas que nos venden como “una gran oportunidad”, cuando realmente solo nos van a ofrecer una muy escasa visibilidad, mucho trabajo y esfuerzo, y una remuneración nula.
Saber lo que vale nuestro trabajo es difícil en un mercado tan difícil y abstracto como es el literario, pero es una decisión que no solo debemos tomar, sino que debemos ir actualizando conforme mejoren nuestras habilidades y experiencia.
Y es que el escritor que sabe lo que vale…
5. Tiene una actitud profesional
Un escritor profesional no tiene problema en decir “soy escritor” cuando le preguntan a qué se dedica.
Ya, a mí eso se me da fatal. Por eso estoy todavía en el valle de lágrimas entre la afición y el oficio.
Un escritor profesional sabe cómo tiene que enviar sus propuestas a editoriales. Sabe cómo confeccionar sinopsis y planes de trabajo. Sabe exactamente qué tono, entre serio y amable, utilizar con un editor. De hecho, un escritor profesional probablemente ya conozca en persona a ese editor, porque se ha preocupado de asistir a todo tipo de encuentros para conocer a todo tipo de colegas del sector.
Y es que, como en cualquier oficio, un escritor profesional sabe la importancia de…
6. La lista de contactos
Ya habéis oído hablar del networking, ese palabro. Suena fatal, y puede serlo. En serio, hay gente que muere de networking. Bueno, igual no de forma literal, pero en mi cabeza explotan en pedacitos sangrientos muy a menudo.
¿Sabéis esa persona que se te acerca en un bar, al final de un día de convención, y empieza a venderte su libro? ¿Esa persona muy interesada en que quedéis, aunque no la conoces de nada? ¿Esa persona que se empeña en seguirte a ti y a tu grupo de amigos a comer después de una conferencia, aunque no tengas ni idea de quién es y nadie la haya invitado? ¿Esa persona que se te acerca por la calle para darte SU TARJETA?
Sí, eso es networking. Y no lo soporto.
Esa lista de contactos que todos los escritores necesitamos no debe ser algo artificial, a la caza y captura de personas que puedan ayudarnos. Esa lista debe nacer de forma orgánica, natural, y tiene que estar llena de gente que nos encanta. Gente con quien nos divertimos. Gente a la que conocemos de tanto charlar con ellos en las redes sociales o por email, a la que vemos más de una vez en actos literarios y con quien, inevitablemente, acabamos compartiendo café (o té, en mi caso), cerveza y buenos ratos.
Cuando nos preocupamos por movernos en entornos donde se mueven otros miembros del sector, es inevitable conocer a todo tipo de gente. Tanto a los que pueden ayudarnos como aquellos a los que podemos ayudar nosotros. Y esa es tu lista de contactos. Esa es la razón por la que, cuando quieras enviar un manuscrito a una editorial, posiblemente conozcas ya a la persona con la que tienes que contactar, o por lo menos a otra persona que la conoce.
Hay un dicho por ahí, un truco de psicología barata, que afirma que si quieres caerle bien a alguien debes pedirle un favor. No sé si eso funciona. Yo solo sé que me cae mucho mejor alguien que me escribe para decirme lo que ha hecho por mí (o para proponerme algo que nos interesa a ambos) que alguien que me escribe para pedirme algo de lo que yo no obtendré beneficio alguno. Como dicen los de la ludificación, con los juegos de suma positiva ganamos todos. Si quieres hacer contactos, debes o bien obtenerlos de forma natural, o tener algo que ofrecerles, aunque simplemente sean palabras de ánimo o algo de atención.
En mi experiencia, los escritores de más éxito tienen relaciones de suma positiva con todos sus colegas del sector. El talento y el trabajo son importantes; la calidad es importantísima; pero tomamos decisiones constantes basadas en nuestra preferencia por una u otra persona, incluso sin darnos cuenta. Conocer y llevarse bien con compañeros del sector es fundamental.
Y recordad: no hace falta haber nacido con grandes dones de labia y seducción. Muchas habilidades sociales pueden aprenderse. Si yo puedo superar mi aparatosa timidez (a veces), vosotros podéis conseguir cualquier cosa. Y gran parte de lo que conseguimos proviene de…
7. Flexibilidad y adaptabilidad
El mercado editorial está en un cambio constante. ¿Dominará el ebook? ¿Seremos todos asimilados por extraterrestres disfrazados de máquinas productoras de libros a demanda? ¿Conseguirá Amazon un monopolio absoluto del sistema capitalista y acabaremos todos rezándole tres veces al día?
Todas estas son preguntas a las que nadie tiene la respuesta (no, a lo de los alienígenas tampoco). Y un buen profesional, se dedique a lo que se dedique, tiene que estar preparado para todo. Uno puede (y debe) tener unos principios claros y sólidos, para poder moverse alrededor de ellos con absoluta tranquilidad.
Los escritores profesionales que conozco son flexibles (mentalmente; físicamente no tanto, por aquello de pasar tanto tiempo sentados). No se agarran a determinados formatos ni se comprometen con nada para el resto de su vida. Si algo no funciona, prueban otra cosa. No pierden tiempo llorando por las esquinas.
Y es que un buen profesional…
8. No tiene miedo del fracaso
Bueno, miento. Tiene miedo, vaya si tiene miedo. Pero el fracaso lo hace más fuerte. Se queja, se lamenta, y luego prueba algo distinto. Las historias de éxito que conozco tienen muchas historias de fracaso detrás.
Muchos escritores profesionales han experimentado una cantidad de rechazos editoriales impresionantes. El aficionado abandona. Se dice que es injusto, que el mercado es terrible y que la culpa es del sistema. Y sí, el mercado es terrible y el sistema no es nada chachi, no, pero la diferencia entre un aficionado y un profesional es que el primero se rinde, abandona, lleno de odio. El profesional intenta aprender y mejorar y vencer al sistema. Y por el camino se convierte en un escritor impresionante.
Y no lo hace gracias a la pura repetición. Es de locos intentar lo mismo una y otra vez si siempre da el mismo resultado. El escritor profesional estudia, busca nuevas formas de conseguir lo que quiere. Experimenta.
El profesional intenta convertir el fracaso en aprendizaje. Y es por esto por lo que…
9. Sabe aceptar las críticas
No me refiero a las críticas injustas en Goodreads/Amazon/Blogs Molones tipo “odio este libro porque los capítulos son demasiado cortos y porque el autor es muy feo y porque he dormido mal esta noche y mi perro ha vomitado por la ventana”. Me refiero a las opiniones y sugerencias de editores, lectores cero y otros escritores mejores que nosotros. Las opiniones de nuestro público objetivo, de los lectores que nos interesan. Si escribes novela histórica y tus lectores opinan que en tu libro hay documentación errónea, más te vale revisar tu documentación. Si escribes erótica y tus lectores dicen que tus escenas de sexo no son creíbles, ídem. Si escribes middle-grade y alguien te dice que le gustaría ver más escenas gore en tu novela, eso lo puedes ignorar.
El escritor profesional sabe distinguir entre las críticas personales y sin sentido (escuecen, pero sabe que no son útiles) y las críticas valiosas, de las que se puede aprender. El escritor profesional las asimila y las aplica a su trabajo para hacerlo mejor. No se cruza de brazos, arruga el gesto y dice: “eso es que nadie me comprende”.
Que igual es cierto y nadie te comprende, y el mundo simplemente no es capaz de concebir algo tan avanzado y revolucionario. Pero también puede ser que no.
Y para esto viene muy bien el siguiente punto.
10. Sabe escuchar a otros
El escritor profesional tiene una habilidad muy especial, que ha ido perfeccionando a lo largo de los años, para encontrar a personas que están a un nivel superior (en experiencia, talento, conocimiento, etc.) y exprimirlas al máximo. Puede tratarse de un escritor con más años a cuestas, un editor que sabe lo que se hace o un corrector del que sacar todo el conocimiento posible, etc.
El profesional sabe que no hay que abusar, claro, o si no perderá a la gallina de los huevos de oro. Pero no teme preguntar en las conferencias, aun a riesgo de quedar como tonto, ni se corta a la hora de preguntarle a un corrector por correcciones que no entiende o de las que quiere aprender (de nuevo, por experiencia, por favor no os paséis con esto, que luego los que corregimos pasamos más tiempo respondiendo dudas que corrigiendo). El escritor profesional está siempre aprendiendo de otros.
También sabe que para que otros con más experiencia le echen una mano tiene que ofrecer algo a cambio, como hemos dicho en un punto anterior. Si vas a exprimirle el cerebro a un escritor, por lo menos invítalo a cenar o a un par de copas.
Sin intenciones de ligar, por favor. Que se me olvidaba. Networking tampoco es intentar hacer contactos y de paso ver si alguno/a cae. Los escritores tendemos a acabar liándonos con escritores por simple inevitabilidad, proximidad y una atracción inexplicable hacia el look náufrago/vagabundo, no porque acabemos picando cada vez que alguien intenta meternos mano con la excusa de “leerte un extracto de mi novela”.
Sí, sí, os podéis reír todo lo que queráis. Pero pasa.
Y hablando de leer…
11. El profesional lee, lee mucho
No solo lee a escritores a los que se quiere parecer. El profesional lee sobre técnicas de escritura, lee sobre todo aquello que necesita para documentarse para su novela, lee todo lo que puede y más. De hecho, es probable que las ganas de escribir le nacieran con la lectura.
Algunos escritores aficionados no leen. Los hay que dicen que es porque quieren que su voz sea única, no verse influida por otros. Otros tienen la curiosa noción de que no les hace falta leer porque su escritura es mucho mejor que cualquier otra cosa publicada.
Como os podréis imaginar, esa actitud no los llevará lejos. Nuestra voz, esa voz única, nace de una confluencia de voces, de experiencias, de entornos. Y leer a los grandes es la mejor manera de asimilar patrones interesantes, de aprender a evitar determinados errores, de saber hacer las cosas bien.
Pero el profesional no se limita a leer libros de su género o sector. Sabe que las mejores ideas llegan del cruce entre cosas opuestas, diferentes. La inspiración, cuando viene, lo pilla trabajando y a raíz de alguna conexión de lo más curiosa entre lecturas y elementos de su experiencia y entorno.
La lectura también nos convierte en mejores jueces de nuestro trabajo. Lo cual ayuda al profesional, ya que…
12. Es también editor
El escritor aficionado escribe, suelta su torrente de palabras y queda satisfecho. El escritor profesional sabe que el primer borrador suele ser malo. Reescribe, corrige, edita. Manipula, destroza, reconstruye el texto.
El escritor profesional no tiene clemencia con su obra. La ama y por ello sabe que debe hacer lo mejor para ella, aunque eso signifique dejarla casi irreconocible.
El escritor profesional edita hasta el agotamiento, pero sabe que debe parar en algún momento. No permite que su perfeccionismo lo domine y le dé una excusa para no mostrar su obra al mundo.
13. No solo escribe, escribe muchísimo
Para progresar y para ingresar hay que escribir una cantidad obscena de palabras.
Esta afirmación no es válida al 100%, lo sé, pero yo diría que sí al 90%.
Claro que hay autores que han dado el bombazo, aparentemente, con un solo libro. Pero ese solo libro es el resultado de muchos libros que se han quedado en el cajón o que fueron rechazados por editoriales. Incluso los libros más horribles que son superventas se han convertido en superventas porque el autor ha reconocido un deseo, una necesidad de su público, y ha sabido crear una historia atractiva. Las formas pueden fallar, pero esa sola es una habilidad, increíblemente valiosa, que rara vez es innata. Escribir mucho suele implicar aprendizaje.
Y los escritores que conozco que viven de lo que escriben lo consiguen porque tienen una lista larga de publicaciones acumuladas. Cada vez escriben mejor y cada vez dan con mejores oportunidades. Sus lectores gustan de lo que escriben y tienen muchos más títulos entre los que elegir y comprar.
Solo escribir mucho no te dará de comer, claro. Hay muchísimos más factores, como los incluidos en este artículo. Hay gente que simplemente escribe y escribe, sin ningún interés por mejorar lo que produce. Pero creo que es importante un ritmo alto de producción para poder tener alguna oportunidad de conseguirlo. Y el escritor profesional, al escribir mucho, puede ofrecer productos de una calidad cada vez mayor.
Y para ello hace falta un alto índice de…
14. Paciencia
A diferencia de otros sectores, donde es posible cierto progreso y avance, la escritura está llena de incógnitas. ¿Llegaré algún día a vivir de esto o acabaré viviendo debajo de un puente? ¿Gustará mi próximo libro o me lanzarán a la fosa de pinchos que pinchan mucho? ¿Me mirará alguien mal si cojo ese sándwich a medio comer que acaban de tirar a la papelera? Son todas preguntas que reconoceréis como vuestras, estoy segura.
Lidiamos contra gigantes, es cierto. No tenemos ninguna garantía de que tantísimas horas de esfuerzo sirvan de algo. El escritor profesional sabe que el fracaso de hoy puede significar un éxito mañana, y que el éxito de ayer puede ser el fracaso del mes que viene. Y, pase lo que pase, a todos nos quedan muchas muchas horas de rodaje.
Por eso, el escritor profesional no solo tiene un baúl sin fondo en el ático repletito de paciencia, sino que…
15. Está hecho de adamantio
Ni el fracaso, ni el rechazo ni el hambre pueden con el escritor profesional. Si no puede vivir de lo que escribe, intenta conseguirlo con otras cosas relacionadas con lo literario, o escribe cosas que nunca se habría imaginado escribir (las increíbles prestaciones de un Honda Civic; las ventajas de niños que crecen rodeados de mascotas; las dieciocho entradas de audio de una placa base hecha exclusivamente de miga de pan, etc.). El escritor profesional juzga por resultados, no por toda la porquería que le ocurre durante el proceso. Mira, analiza, aprende y lo intenta de nuevo.
Y es que, al final, el escritor profesional es un obsesivo.
Lo único que quiere es escribir.
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Y una vez más vuelvo a quitarme el sombrero ante ti. Otro artículo magnífico, querida.
¿Ves? Esa es la atención que nos gusta recibir a los escritores, seamos profesionales, semiprofesionales, aficionados o practicantes de domingo 😀
Jajajajjaja, como buena escritora que eres, un principio enganchante y un majestuoso final. Me reconozco en cada uno de los apartados, cosa que es increíble porque lo de llamarme «escritor» todavía lo llevo un poco mal. Me queda tantísimo por aprender…Pero hace mucho tiempo leí en algún lado que si tú no te creías escritor, ¿quién iba a creerte?
Este año he disminuido mi jornada laboral (la que me da de comer) para tener más tiempo para esa adicción que es para mí escribir. Y me ha costado convencer a los que me quieren de que estaba haciendo lo correcto para ser feliz.
Me alegra leerte porque me demuestra que hay gente que piensa lo mismo. Y que no estoy loca por querer hacer lo que siempre quise (y, de hecho, lo que siempre hice en mayor o menor grado). Gracias por este genial artículo.
Supongo que tenemos ese miedo a llamarnos escritores porque todos hemos conocido a alguien que se definía como tal y nos parecía un poco ridículo (ya sabéis, el tipo que escribe poesía en una servilleta de bar y ya se cree lo más). ¡Pero quiénes somos nosotros para juzgar a este tipo! 😛
También es difícil por la reacción de los demás, como bien apuntas. A mí la que más me cabrea, y ni siquiera sé por qué, es la de la gente que te contesta con «¡ay, qué bonito!», como si el camino del escritor estuviera hecho de castillos saltarines y flores de colores.
Gracias a ti por leer y comentar.
Pues estoy contigo, gran exposición. Cierto que muchos escribimos y la tarea es larga y ardua, pero nadie o casi nada nos quita la ilusión. Y creo que la mayoría saca horas de donde no las tiene, porque como bien dices.. Paciencia, leer, escribir, reescribir.. Buscar, documentar, y hoy además de libros tenemos la Red..
Estupendo blog
Absolutamente perfecto (sé que debería meterme a crítica literaria… aún estoy a tiempo). Lo he terminado sonriendo entre lágrimas (en realidad, no; pero, quizá, debería haber sido así porque me había cal y arena a partes iguales). Me ha encantado. Para no ser yo más que una mera aficionada, me he sentido muy identificada en algunos aspectos (será empatía o alguna tara de las que poseo, lo mismo da, restémoslo importancia). ¡Oh, qué trastornada, cruel y maravillosa es la vida de los escritores, ¿verdad?! Creo que mi máxima aspiración es crear vuestras biografías, me apasionan todos vuestros desastres, desventuras y logros (que nunca son ni serán, estos últimos, tan pequeños como os empeñáis en mostrar). Definitivamente me ha encantado este artículo (los otros también, pero éste más. Sí, yo acentúo lo que considero.). Gracias. Un saludo.
Tienes razón. ¡No son logros pequeños, sino grandiosos! Lo malo es intentar convencer de ello a los demás, a los que nunca han pasado por nuestras penurias 😛
Gracias a ti por leer y comentar, siempre es un placer.
Y aunque no nos conozcamos, cómo nos reconocemos!, en artículos como éste siento la hermandad de los que escribimos/corregimos y muchas veces fallamos antes de acertar. Gracias, Gabrielle.Ebo puede descansar con este comentario!
Menos mal, que anda peleado con un gato persa gris gigante que le quiere robar el territorio y está de lo más estresado, el pobre 😉
Creo que todos nos sentimos unidos en nuestras victorias y fracasos, sí. Ojalá aprendiéramos a usar esa unión en vez de separarnos por envidias y heridas de ego, que tanto abundan en el mundillo.
Me ha encatado el articulo. Basado en el No 12, soy la super profesionalisima, vamos! Lol
Jajaja, ¡no te dejes arrastrar por el perfeccionismo, Caro, resiste!
Todos los consejos que has dado son perfectamente aplicable a otros ámbitos, pero a lo de que el escritor es un obsesivo, ahí me has dejado de piedra, es un muy buen resumen. Los que somos escritores aficionados y nos gusta escribir, pero escribir bien aunque no sea de manera profesional, leen mucho, y leen blogs como este por cosas coma esta. Biquiños!
¡Gracias, Cris! Creo que en ese sentido el escritor es diferente de otros profesionales. Puedes sobrevivir como farmacéutico, por ejemplo, sin obsesionarte por tu profesión (lo siento por los farmacéuticos presentes si me equivoco), pero la escritura exige devoción absoluta. Es una señora cruel, desde luego. Lo cual no quita que puedas divertirte simplemente acostándote con ella de vez en cuando 😉
Sobre el punto cinco: Leí en alguna parte que si querías tomarte en serio esto de la escritura, primero tenías que considerarte escritor, y luego decírselo a todo el mundo. Twitter es la leche en este sentido, porque todo el mundo es escritor con no sé cuántas novelas ya (y que conste que cuando me hice la cuenta, en mi descripción puse “escritor”, pero ahora casi me da vergüenza usar la palabra). Ahora tengo puesto lit-blogger, que suena más internacional y gafapasta, pero sobre todo que define bastante mejor lo que hago en las redes sociales, que es escribir sobre literatura.
Realmente lo de quién puede considerarse o no escritor (o escritor profesional) es un debate bastante estéril, lo importante es que tu artículo ofrece quince puntos fantásticos a tener en cuenta por cualquiera al que le interese el oficio de escribir. Me ha encantado lo de la flexibilidad, que es importantísimo, y la voluntad de perseverar y tener voluntad de mejorar, porque esto es una carrera de fondo, como se ha dicho mil veces, o más bien una guerra de desgaste. Y lo de que hay gente que no lee “porque quieren que su voz sea única” se lo he oído a más de uno y de dos. Junto con lo de “yo no tengo influencias de nadie”, que también tiene tela.
Tu blog es impresionante, cada entrada es mejor que la anterior. Un saludo, y sigue así.
Oye, me ha gustado lo de lit-blogger, igual te lo copio en algún momento, jaja.
No he entrado mucho en este artículo en lo que es la escritura de no ficción, en la creación de contenidos, porque creo que es un caso algo distinto. Creo que se sobreentiende que casi todos estos puntos hacen referencia sobre todo a escritores de ficción. Para empezar, la creación de contenidos sí tiene más salida económica y laboral (aunque no por mucho). En este sentido estoy de acuerdo en que intentar definir qué es realmente un escritor profesional es un debate estéril (o por lo menos muy largo, complejo y con tendencia a cabrear a la gente), habría que empezar a definir subtipos y etc. Espero que, como dices, los quince puntos reflejen más bien qué significa entregarse por completo a la escritura.
Muchas gracias por leer y comentar 🙂
Por si alguien aún pensaba que eso de ser escritor profesional era fácil… Se le quitan a cualquier principiante las ganas de seguir!! Estoy por borrar los archivos de la carpeta «Escritura» y dedicarme al ganchillo.
Ahora en serio, muy bueno el artículo. Toca trabajar y perseverar y aprender muchísimo por el camino.
Un saludo!!
¡Ni se te ocurra, el mundo profesional del ganchillo es muy competitivo!
Gracias por leer y comentar 🙂
Un magnífico artículo Gabriella. Me ha encantado. No sólo sistemático para ser serio sino simpático y humorístico para enganchar al lector.
No solamente me guardo el enlace al artículo para releérmelo de vez en cuando, sino que en adelante tienes otro seguidor de tu blog. ¡Enhorabuena!
¡Muchas gracias, Jorge, espero verte más por aquí! 🙂
Si llevara un sombrero puesto, ahora mismo me lo quitaba.
Un artículo muy completo e interesante, sin duda. No sé si atreverme a comentar porque me han ido viniendo demasiadas ideas a la cabeza, aunque… en realidad ya estoy comentando, así que me voy a atrever a decir algunas de esas cositas, pero solo algunas, todas serían demasiadas, así que me centraré solo en algunos puntos.
1. Hábito: yo soy una persona inconstante hasta la médula y con una capacidad de distracción excesiva, además de un puro desastre. Por todo eso, a la hora de escribir no he podido evitar que también fuera un desastre: tiempo seguido sin parar de escribir y después semanas y meses sin hacerlo, dejar muchas novelas a la mitad, ir saltando de una a otra… Podría decir tantas cosas… Un día vi que tenía que centrarme e imponerme una rutina, intentando ser más constante, a día de hoy aún trabajo en ello, pero escribo casi todos los días, aunque sea una simple página, pero al menos algo, quizás otro día escribo diez. Respecto a lo de seguir saltando de una novela a otra y en medias escribir a algún relato, lo sigo haciendo; creo que eso no lo voy a poder cambiar, pues funciono así, y llegará un día en que termine todas a la vez y tendré novelas por doquier (nah, no será así).
2 y 3. Plataforma y tiempo: yo me muevo mucho por face y twitter, y es cierto, a día de hoy el escritor debe ser muchas cosas además de escritor y sacar el tiempo que no tiene de entre las piedras si es necesario, y claro que hay que echarle horas.
8 y 9. Fracaso y críticas: el mundo de la literatura es sinuoso, y te puedes encontrar más trabas que otra cosa, pero no por eso puedes rendirte, es tu sueño, es tu ilusión, es tu afición, es tu vocación, es tu todo, es lo que te hace feliz; quizás lo único que te hace feliz, así que no abandones. Todos hemos tenido alguna experiencia agridulce y todos hemos continuado porque ningún imbécil debe arruinarnos lo que sentimos.
En cuanto a las críticas, hay que aceptarlas, siempre que sean constructivas para aprender, para evolucionar. Yo siempre digo que si un escritor se estanca y deja de aprender y de evolucionar, malo, muy malo, porque nunca uno sabe todo, siempre hay algo por descubrir y, señores míos, la perfección no existe. A lo que has dicho, añadiría que hay algunos blogs que se toman las críticas muy en serio y también son interesantes. Por ejemplo, yo también soy bloguera y me tomo las críticas muy, muy en serio.
11. Leer: hay gente que se cierra en un género y se acabó. Yo tengo mis géneros favoritos y alguno que apenas leo, pero que de vez en cuando me aventuro en la lectura de algún libro de dicho género porque me llama la atención. Yo intento leer de casi todo, incluidas aquellas novelas que se califican como raras, de hecho me llaman mucho la atención. Además de eso, veo muchísimas series, alguna peli de vez en cuando y lego artículos de todo tipo que voy encontrando por la red, converso con amigas de cualquier cosa y… todo eso es información, es aprendizaje y no sabes si en un futuro no te podrá servir para alguna novela o alguna idea. A veces incluso busco algún tema que me interesa y empiezo a investigar sobre él, por pura diversión. Los documentales también ayudan mucho.
14. Paciencia: es algo necesario en este mundo, desde la primera línea que uno escribe hasta que por fin la obra es publicada. Hay muchos pasos y un camino extenso hasta llegar al final, y el final, además, es el principio de algo, pues después comienzan las presentaciones, los eventos, firmas, las redes… Hay gente que además exige que su novela se publique ya y la mayoría de las veces, esas novelas ni siquiera deberían llamarse así.
Me he extendido más de lo que quería, pero no tanto como desearía, espero que no me mates y me dejes seguir comentando, ya sea aquí o por face 😉
Un saludo enorme y lo dicho, una gran entrada.
Encantada de verte otra vez por aquí, Sarah 😀
Muy de acuerdo con todas tus reflexiones. Me llama la atención lo que dices sobre los proyectos inacabados. Este es un problema muy frecuente para los escritores, tanto que igual tendría que haber añadido otro punto que fuera «acaba sus textos». Y es que mantener el interés y esfuerzo en un solo proyecto, sobre todo cuando tienes mil ideas en la cabeza, es muuuy complicado. Yo recomiendo llevar solo dos proyectos de escritura a la vez (escribir uno y corregir otro), desde luego es lo que a mí mejor me funciona. Cuando me lío con varios me doy cuenta de que realmente es resistencia: resistencia a lidiar con las partes más tediosas de la escritura y de la corrección, y resistencia a publicar, a compartir lo escrito, por miedo a que lo destruyan xD
En mi caso creo que es un poco de lo que tú dices, mil ideas en la cabeza, pero también es que soy muy de ilusionarme con algo, después parece que me interesa menos el asunto, luego me puede volver a interesar…. y quizás también mi inconstancia. Lo hago en muchas cosas de mi vida, sin ir más lejos con las series, comienzo una, que me puede encantar, pero tras X capítulos, me paso a otra, y a otra y ahora mismo tengo tropecientas empezadas, me cuesta mucho terminarlas; creo que es un poco lo que me pasa con las novelas, más que resistencia. Lo de llevar dos a la vez, puede estar bien, no sabía que pasara en general a los escritores, la mayoría de los que sé, suelen centrarse en un proyecto hasta que lo terminan. Un saludote 🙂
Conozco todo tipo de casos, desde escritores que se obsesionan con un solo proyecto hasta los que llevan dos o tres simultáneos, pero por lo general abunda el segundo tipo, más que nada por la flexibilidad que proporciona poder tirar de un proyecto si el otro queda demasiado tiempo en barbecho debido a silencios editoriales y tragedias similares.
Sea como sea, terminar un proyecto (el que sea) es fundamental, porque rompe con ese peligroso ciclo de hacer mil cosas a la vez. Si lo ves muy complicado, empieza consiguiéndolo con algo sencillo (un cuento corto, por ejemplo), y ve poco a poco haciéndolo con proyectos más grandes. Funciona, te lo aseguro 🙂
Me pasa lo mismo con la usuaria Sara Degel, hago muchos cuentos pero nunca los acabo. Tengo una idea que me ilusiona, hago la historia a partir de la idea, escribo hasta que se me ocurre otra idea. Entonces abandono la historia actual para centrarme en la nueva… y asi sigo, en un circulo vicioso, acumulando papeles….
Gabriella dice: «Cuando me lío con varios me doy cuenta de que realmente es resistencia»
Bonita manera de ver las cosas, Gabi. No lo tuve en cuenta asi. Me tocará repensar y valorar la forma en como trato mis cuentos.
¡Hola, Jorge! No sé si a ti te pasa, a mí lo que me ocurre es que, pasada la fase inicial de «esta historia me inspira, voy a escribirla», me encuentro con la fase media, que es la más dura, en la que te aburres, no sabes hacia dónde vas, te preguntas si lo estás haciendo bien, etc. Esa es la fase en la que con frecuencia se me ocurren otras ideas y marcho corriendo a empezarlas. Es algo que ahora tengo bastante más bajo control, ¡pero es difícil! Es importantísimo vencer esa resistencia y terminar proyectos, porque los proyectos a medias realmente sirven de poco 😉
Mucho ánimo y suerte con tus cuentos.
Hola. Felicitaciones, muy bueno tu resumen. Yo agregaría (aunque ya lo dices en los puntos 3 y 13) más claramente que el escritor profesional se lo pasa mucho más tiempo corrigiendo y ordenando su texto que el tiempo empleado en crearlo. Edison dijo que el genio es 1% de inspiración y 99% de transpiración, Picaso dijo «Cuando llegue la inspiración, espero que me encuentre trabajando». Nada más que agregar.
Muy de acuerdo, Christian. El trabajo de edición (reescritura, revisión, reestructuración…) es complicado y lleva mucho tiempo. Yo, por lo general, tardo más en corregir un texto que en escribirlo.
Gracias por leer y comentar 🙂
Yo solo pondria en duda el punto dos, el de la plataforma, especialmente porque depende del país. Hay muchos paises en que por muy bonito que escriba un autor si solo tiene un blog, una cuenta de twitter o una página de Facebook no lo tomarán en cuenta, requiere cuando menos haber publicado antes en formato tradicional con una editorial y/o al menos en revistas de literatura.
Lo demás es todo muy cierto.
¡Gracias por la aclaración! Obviamente hablo desde mi experiencia personal, que es en España, y lo que veo que sucede en los países anglosajones. Tengo la impresión de que en países como Argentina o México (y si hay gente de esos países por aquí por favor que me corrijan si me equivoco), sigue pesando más el «prestigio» de la publicación tradicional. Aunque visto el rápido nivel ascendente de venta de ebooks (en México, sobre todo), creo que esto empieza a cambiar. Incluso en EEUU sigue teniendo mucho peso la publicación en revistas, aunque ahora las plataformas se están cargando esa «prueba de entrada» en el mundillo literario.
Gracias por leer y comentar.
Una agradable sorpresa muy temprano hoy miércoles santo. Trataré de visitar este pozo de sabiduría a diario. No estoy muy seguro, pero creo que tengo un cierto porcentaje de todo lo que describes, aunque no tengo garras y soy algo perezoso, algo inadmisible según tu punto de vista. Como el día es «santo», Prometo…
Gracias
La persistencia le puede a la pereza un 99% de las veces, jeje.
Gracias por la visita, pásate de vez en cuando 😉
Hola, acabo de descubrir esta página y veo que hay un contenido magnífico, empezando por esta entrada. Confieso que me he sentido bastante identificado (y, por desgracia, a veces en la categoría de los aficionados, cuando me gustaría contarme entre los profesionales). En todo caso, me parece un análisis muy acertado. ¡Nos leemos!
¡Muchas gracias, Carlos!
Mil gracias que maravilla de página encantaron los quince motivos o puntos que diferencian a una escritora profesional de una aficionada te envío un inmenso abrazo.
¡Otro para ti!
Dos muy importantes que faltaron: El escritor verdadero profundiza sobre la lengua, para conocerla y manejarla correctamente y el escritor investiga, investiga a profundidad antes de abordar un tema.
¡Cierto es, Eduardo! El escritor profesional conoce bien sus herramientas.
Me gusta la sinceridad y la franqueza directa que acepta las «puntualizaciones» de otros compañeros…gracias a Gabriela, he descubierto que soy escritor y no debo temer el decirlo. Felicidades por su artículo.
¡Gracias, Armando!
[…] 15 cosas que diferencian al escritor profesional del aficionado […]
Estupendo artículo. Una reflexión muy acertada sobre lo que es escribir de verdad. Se nota que eres una escritora profesional.
Profesional… igual todavía no. Vamos a dejarlo en escritora con aspiraciones 😉
Amé esta entrada y, con tu permiso, voy a compartirla por cuanta red social a la que esté suscrita. Mi editora siempre me dice «Erika esto es una carrera de fondo no de velocidad» y es un consejo que cito cada vez que pienso que no tengo tiempo, que la piratería acaba con los sueños de mucho, que hoy vendo mucho y mañana no vendo nada, porque, a fin de cuentas, no hay nada más cierto que las palabras con que cierras «el escritor profesional es un obsesivo.
Lo único que quiere es escribir».
Comparte todo lo que quieras, Erika, que para eso está.
Tu editora tiene mucha razón con lo de la carrera de fondo. Es una maratón, y de las largas. Una maratón de resistencia, en la que no gana el que corre mejor ni más rápido, sino el que sobrevive 😉
Gracias por leer y comentar.
De nuevo, un artículo riquísimo y digno de leer. Para mí, constancia (llueva o truene; haga calor o frío; estés deprimido o feliz), leer de manera obsesiva y por supuesto confiar en lo que escribas, aunque a muchos les parezca que es una perdida de tiempo y una total <>; es la clave.
P.D. Creo que tu <> timidez, te ha permitido construir grandiosos artículos.
Algo más… sería genial verte con el pelo verde. 🙂
Quién sabe, quién sabe 😉
Gracias por tus amables palabras. Creo que la constancia es la clave en casi todo, pero en la escritura es realmente indispensable.
Percibo que la mayoría de los escritores literarios, busca ser reconocido en su medio social, su ciudad, su país y, ojalá, en el mundo entero. La persecución de la fama, parece ser más importante que el dinero, sabiendo que a través de ella se lo puede conseguir con más seguridad; no importa si es aficionado o profesional, según los 15 puntos que me parecen muy acertados. Aporto en lo que difiero, y es en que no debiera definirse como «escritor», a aquellos que hacen poesía, periodismo, historia, sociología, artículos, etc. sino que solo a aquellos que hacen literatura; es decir aquellos que crean mundos paralelos a la realidad, aunque sea en obras con contenido de crónicas y biografías; en que desde la sintaxis hasta la magia de los escritos, sean producto de la imaginación y de la innovación del lenguaje escrito. Aclarando que cada uno de aquellos especialistas nombrados más arriba, tienen el mismo mérito, sino más, que un «escritor» en sus trabajos. Hago la observación puesto que, si no definimos primero lo que es un escritor, no podremos diferenciar la labor que hace cada uno de los que trabajan con la palabra escrita; y además deberíamos considerar a todos los que usan la escritura (como lo mencionaste), como escritores; lo que no sería correcto.
Quise decir: «; no deberíamos considerar a todos los que usan la escritura…»
Gracias por el comentario, Miguel Ángel. Cada persona tiene un entorno totalmente diferente. En mi caso puedo decir que conozco muy pocos escritores que busquen ante todo el dinero (porque tienen asumido que es complicado conseguir en esta profesión), y pocos que busquen solo el reconocimiento, también porque el reconocimiento es escaso en este mundillo. Claro que hay gente que busca llamar la atención y cierto prestigio, pero en mi experiencia los que llegan más arriba buscan algo muy distinto: ganarse la vida con lo que hacen y hacer algo realmente digno. Tal vez es que también tiendo a evitar a personas que solo busquen fama y ese tipo de cosas, porque me siento más inspirada por los que trabajan duro y producen obras de gran calidad.
Tienes razón en que tendríamos que pararnos a definir qué entendemos por escritor. Yo no realizo la distinción que comentas; de ahí todo lo que digo en el artículo, que puede aplicarse a muchos tipos de escritores. Para mí es tan escritor el que escribe novela, poesía o artículos (ten en cuenta que en un buen artículo, por ejemplo, la capacidad narrativa es fundamental), aunque personalmente me gusta distinguir entre escritor y creador de contenidos, por simples razones prácticas. Para mí el escritor es un narrador, y hay narración en muchos sitios, incluso en la poesía. Se cuenta una historia, se crean mundos paralelos. Hay escritores de ficción y escritores de no ficción, y mucho entre ambos. Incluso los copywriters, los que escriben para vender un producto, son un tipo de escritor. Utilizar la palabra «escritor», a mi juicio, está más relacionado con la búsqueda de definirse uno frente al mundo como una persona cuya ocupación principal es escribir. Pero esa es mi opinión y es completamente subjetiva. En el fondo, «escritor» es simplemente el que escribe. Ya las connotaciones que queramos darle a esa idea son carne de debate largo 🙂
Ergo, Gabriella, si todos somos escritores desde que tomamos el lápiz a carbón, solo quedaría decir que casi un cien por ciento es aficionado y una mínima parte de la población es profesional: considerando tus 15 puntos respecto a esta definición. Hay en Chile un Sociólogo famoso en los medios, que, luego de escribir un par de libros con tintes sociológicos, comenzó a aparecer en su habitual programa de TV, el subtítulo, en la presentación de los panelistas, de Escritor (anterior a esto: Sociólogo). Eso, sabiéndose que hacía muchos años que escribía artículos en un prestigioso periódico, a páginas completas. ¿Qué hace la diferencia? ¿Cuanto más importante es el «título» de escritor que el de otras artes?
«Ergo, Gabriella, si todos somos escritores desde que tomamos el lápiz a carbón»–> No sé si te he entendido bien, Miguel Ángel. Yo no he dicho eso. He dicho que considero que la noción de escritor (aficionado, profesional o lo que quieras) no tiene que estar limitada a escritores de prosa de ficción. Ahí da un poco igual lo que consideremos uno u otro, porque es un tema que no se ha oficializado de ningún modo y por ahora es bastante subjetivo. Si abres una discusión en internet sobre qué es ser escritor, habrá cientos de respuestas diferentes.
Considerando mis 15 puntos, sí, una parte muy escasa de la población sería profesional. Pero luego puedes estar o no de acuerdo con esos 15 puntos, o tu percepción de lo que es escribir de modo profesional puede ser diferente. Sea como sea, creo que el asunto está en que esos 15 puntos son indispensables para progresar y hacerse un hueco en el oficio. Tal vez tendría que haber titulado el artículo «15 cosas que diferencian a un escritor amateur de uno que lo entrega todo». Pero pincharía menos gente. Hay toda una serie de connotaciones y complejos respecto al uso de «profesional» en las artes que es muy interesante 😉
Yo diría que si ese sociólogo se quiere definir como escritor, es decisión suya, aunque a mí también me parecería irritante, del mismo modo que hay personas que no han corregido un texto ajeno en su vida y se definen como correctores, o personas que se definen como traductores sin apenas conocer la lengua desde la que traducen. Son los lectores y clientes los que deciden qué es o deja de ser. Personalmente creo que el «título» de escritor se usa poco y mal. Suelo escucharlo de gente que ha escrito muy poco y con arrogancia; y no lo escucho de boca de gente que lo ha dado todo por la escritura, lo cual es una lástima, ¿no te parece?
Estimada Gabriella, he sacado estas conclusiones después de tus respuestas a las dudas, en ningún caso diría que no estoy de acuerdo con los quince puntos; los que encuentro geniales y correctos (ya lo mencioné); y muy completos. Solo quise definir con mayor precisión el «título» de escritor, para analizar mejor el tema. Es como dices, también conozco personas que se definen como escritor@s, lo que demuestra que es una aspiración generalizada el serlo. Pero dejando esto aparte, voy a tu propuesta: me considero aficionado en la escritura y estoy seguro que nunca consideraré otra cosa. Es una posición desde la que tengo más libertad, por tanto más placer en lo que hago: un libro completamente no ficción, un libro completamente ficción, un libro de ensayos de temas científicos-filosóficos y un libro de crónica novelada. Mi afición no está limitada por el mercado, y es lo que me agrada. Lo próximo es acerca de las religiones, en especial al concepto Dios. Un abrazo y felicitaciones: eres una mente superior.
Ahí te doy la razón. A veces ser «profesional» implica una serie de limitaciones. Si tienes que vivir de algo, sientes la obligación de producir algo que sabes que se consumirá. Con todo, también hay escritores de éxito que no dudan en salirse de lo esperado o comercial (de hecho, yo diría que muchos escritores de éxito empiezan a triunfar cuando producen algo diferente y revolucionario, cuando crean una tendencia).
Mucho ánimo con tus libros, y gracias por tus amables palabras.
Hola, Gabriella. Hace pocos días planteaba en un foro si era requisito indispensable haber publicado con una editorial o haber vendido una cantidad significativa de libros para considerarse alguien escritor profesional. Yo mismo negaba tales requisitos, y como ejemplo me servía de la vida de Van Gogh, quien a tenor de tales requerimientos nunca hubiera podido considerarse como profesional, lo cual suena cuanto menos ridículo… (ya sé que es pintura, pero viene a ser Arte al fin y al cabo..)
Me alegra ver que tú tampoco los incluyes en tu lista, y que intuyas que el ser escritor profesional es más un hábito relacionado con tu forma de vida que va más allá del éxito profesional.
Un saludo y felicidades por tu blog!
Sin duda es un tema complicado. El escritor profesional tiende a haber publicado mucho, simplemente por el volumen de obras que ha producido y la participación que ha procurado en antologías y similares para darse a conocer; no porque sea un requisito indispensable para considerarse escritor. Yo lo de escribir lo veo como cualquier otra profesión: si trabajas ocho horas diarias en algo (por poner una cifra), tu entrega laboral a ese algo es más o menos completa. Otra cosa es que puedas vivir de ello, pero ocurre lo mismo con otras profesiones (cuando estás desesperado y en una economía como la presente, aceptas trabajos con los que puedes trabajar perfectamente 60 horas semanales y no cobrar ni un sueldo mínimo).
Lo que planteas de Van Gogh es interesante. Nosotros lo consideramos un artista por la trascendencia que ha tenido después de muerto. Me pregunto si él se consideraría pintor profesional. Asumo que sí, viendo la entrega que tuvo hacia su arte. O tal vez sufría del famoso síndrome del impostor y se consideró un aficionado, y ese fue parte de su problema. No conozco lo suficiente de su vida como para opinar. Sea como sea, no deberíamos tener que esperar a morirnos para saber si podemos considerarnos una cosa u otra 😉
Lo que está claro es que haber publicado con editoriales ya no es un requisito indispensable, y eso es bueno y malo. Bueno, porque opciones como la autoedición significan que ya no necesitamos de la validación de una empresa para considerarnos profesionales; malo, porque el filtro de calidad es cada vez más difuso, y cualquiera puede compartir obras con el mundo que necesitarían de más trabajo y esfuerzo.
Y, como ya he mencionado antes, hay que tener en cuenta a todos los tipos de profesionales de la escritura que no son ni conocidos ni tienen un éxito profesional aparente, como redactores, creadores de contenido, ensayistas, ¡incluso negros!, pero que han hecho de la escritura su modo de vida. Todos queremos vivir de la ficción, claro, pero es en la no ficción donde tendemos a refugiarnos para poder comer mientras mejoramos y avanzamos.
Lo dicho: el tema da mucho de sí.
No, no creo que Van Gogh sufriese del síndrome del impostor, aunque es verdad que era un hombre muy humilde, atormentado y pesimista.
Como dices, la autopublicación es un arma de doble filo que a los escritores mediocres les ha venido como agua de mayo para publicar bodrios que en otra época jamás hubiesen visto la luz y poder codearse así con autores más aptos. Lo cual puede causar que el lector llegue a asociar la autopublicación con literatura basura o de menor calidad… Sé que hay gente que piensa así; tan sólo espero que no sea la inmensa mayoría.
Sí, es un peligro. Y a la vez nos ofrece la libertad (e inmenso trabajo) de controlar nuestra obra al completo. También es cierto que hay bodrios publicados por editoriales que todos nos preguntamos cómo han visto la luz. Hay gente pa tó 😉
No, no creo que Van Gogh se sintiese un impostor. Aunque es cierto que era un hombre muy humilde, atormentado y pesimista.
Como dices, la autopublicación es un arma de doble filo que a los escritores mediocres les ha venido como agua de mayo para publicar bodrios que en otra época jamás hubiesen visto la luz y poder codearse así con autores más aptos. Lo cual puede causar que el lector llegue a asociar la autopublicación con literatura basura o de calidad inferior.
Sé que hay gente que piensa así; tan sólo espero que no sea la inmensa mayoría.
Me encanta este blog, empecé a leerlo hoy y ya estoy enganchada <3
Y yo que me alegro 🙂
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[…] salió el otro día este artículo, alguien comentó en Facebook algo parecido a esto: “El verdadero escritor no lee artículos […]
[…] cuesta mucho decir aquello de “soy escritor”. Para muchos, ni es una profesión ni es nada. Pero es taaanto más fácil decir que hacer. Decir “algún día escribiré una […]
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[…] 15 cosas que diferencian al escritor profesional del aficionado […]
¡Madre mía! ¡Me encanta!
Hola Gabriela, un placer leerte.
Sin duda estoy totalmente de acuerdo con tus explicaciones, hasta hace poco he pensado que lo mío solo era por gusto, por oficio, pero me he dado cuenta que no.
Que aunque aun no tenga firmado un contrato (cosa que dudo) y no sea conocida más que por cuatro gatos, me siento una profesional, a pesar de que aun tengo muchoooo que pulir y mejorar.
Considero que un escritor de oficio no se toma en serio su trabajo, un profesional sí.
Gracias por dejarme claro quien soy. Un saludo.
¡Menuda parrafada, lo siento, me he venido arriba, jaja)
¡Para eso estamos, Coral! 😀
Gracias por leer y comentar.
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Este articulo es simplemente impresionante! estoy totalmente de acuerdo con lo que redactas.
Me encanta tu blog. A partir de ahora vas a mi lista de lectura semanal 🙂
Excelente artículo, gracias por compartirlo, .veo que tengo trabajar mucho el N° 1: El hábito de escribir a diario… y realmente todos los puntos me han sido muy útiles !.Entre tu artículo y los comentarios me voy bien nutrida al respecto…me identifico con lo de los escritos no acabados, (tengo varios y ninguno terminado) , también lo del miedo a publicar, también escribo sobre varias cosas a la vez y bueno ahí voy,…seguiré trabajando en ello tomando en cuenta todas tus recomendaciones.Abrazos de luz y bendiciones !
Excelente. Esto me ha dejado muchísimas ayudas. Es muy bella la tarea de escritor, pero tiene muchos altibajos y eso, precisamente sobrevivir a los ataques de las dificultades, es lo que hace y diferencia a un profesional de un aficionado. Muchas gracias por tan útil y excelso articulo.
¡Gracias, Brayan! Me alegro de que te haya sido de utilidad.
La verdad, al entrar a este blog o articulo, como sea que se llame, pense que seria otra pagina ofreciendo los mismos consejos optimistas y obvios que uno ya tiene almacenados en su subconciente por tanto leer en otras paginas web. Pero en verdad quede muy impresionado por la diferencia del contenido, hasta senti el deseo reciproco a publicar un comentario, realmentes tienes talento para redactar… leere tu libro… bueno… tu articulo es para alguien que va en serio al mundo capital con su aficcion a escribir… pero sinceramente me sirvio.
Gracias, de verdad. Intento evitar el copypaste de ideas que parece que tanto abunda en la blogosfera. Lleva más tiempo y documentación, pero merece la pena si luego sirve a los lectores 😉
Hola, me encanta tu post.
Creo que me queda bastante para ser una escritora profesional, alguno de tus pasos lo sigo, pero hay otros como el Networking que se me da realmente mal.
Voy paso a paso, y es un camino lento, pero muy gratificante.
Entradas como la tuya ayudan a centrarnos en lo que realmente queremos conseguir.
Muchas gracias.
Un abrazo.
«Voy paso a paso, y es un camino lento, pero muy gratificante».
Pues si lo estás disfrutando ya vas por muy buen camino 😉
Gracias por pasarte por aquí y comentar.
Buenas noches, Gabriella (y todos los miembros del foro) 🙂
He pasado un par de tardes leyendo tu blog y riendo con los chistes que lo amenizan de vez en cuando: muchas gracias por tus conocimientos, por compartir tus experiencias y por tu sentido del humor, todo lo cual me ha quitado unas cuantas tristezas literarias de encima y me ha animado bastante.
Tomo buena nota sobre la perseverancia profesional que nos explicas y tus consejos sobre cómo navegar mejor por este mundillo. Lo cierto es que lo sospechaba… de vez en cuando me venía a visitar a la cama el fantasma de las Navidades Pasadas: «Esto lleva muuuucho tieeeempo… Ese tieeeempo que estás gastando en la superviveeeencia laboraaaal…». Pero he de decirte que compaginar, en mi caso, el trabajo de profesora de Lengua y Literatura con esa exhaustiva lista de cualidades de un escritor profesional, ahora mismo, me parece, poco más o menos, como enrolarme en los Tercios de Flandes.
Aunque, por eso mismo, te agradezco más aún que en tu blog nos ayudes a los «nuevos» a tener los pies en el suelo, sin dejar de mirar el cielo 😉 Enhorabuena porque creo que recientemente has sido elegida como el mejor blog literario de España.
Un abrazo y atusamientos a tu gato 😀
«Ese tieeeempo que estás gastando en la superviveeeencia laboraaaal»
Jajaja, sí, qué maldito. Cómo le gusta robarnos tiempo de escritura, oye.
Muchas gracias por tus amables palabras, Merce 🙂
Qué gran artículo. No se podía haber resumido mejor. Sobre todo por el tiempo y la paciencia. El escritor profesional tiene todo el tiempo para escribir lo que quiera, en cambio el escritor que quiere serlo debe sacar tiempo de cualquier sitio, y quizá el nivel de su escritura se vea mermado por ello.
Puede ocurrir que cuando lleguemos al nivel «profesional» (sea ese el que sea) tengamos aún menos tiempo, paradójicamente. Hay mil otras cosas de las que también ocuparse de las que antes no nos preocupábamos (todo el tema de la edición, diseño, promoción, etc., sobre todo si uno se autopublica).
Así que al final acabamos en las mismas: escribir cuando y como podamos, pero escribir 🙂
Gracias por leer y comentar, Carlos.
Después de unos días de semi depresión, este artículo me ha sacado de las catatumbas de la autocompasión y me ha dado nuevas fuerzas (y consejos enumerados que son una magnífica guía) para seguir en esto de convertirme en una escritora profesional, sea eso lo que sea. Porque lo importante, si no he entendido mal, no es lo que sea, es lo que haga. Gracias, Gabriella.
«lo importante, si no he entendido mal, no es lo que sea, es lo que haga».
Creo que lo has comprendido estupendamente 😉
Gracias por pasarte y comentar, Diana. Es un privilegio haber podido sacarte de esa «semi depresión».
Hola, Gabriella,
De lo que hasta ahora peiné en tu blog, este artículo es mi favorito.
Su formato, despejado, es bálsamo para la vista agotada y su ritmo, mantra y bolero, hipnotiza.
Tazas a mano alzada una línea punteada que delimita al escritor profesional del aficionado.
¡Bravo!
«Su formato, despejado, es bálsamo para la vista agotada y su ritmo, mantra y bolero, hipnotiza».
Pues es lo mejor que me puedes decir, que justo es eso lo que ando buscando 😉
Lo tienes bien merecido por buscarlo, que no habrá sido ni suerte ni casualidad.
Hola Gabriela!!
Creo que ya lo había leído pero hoy, realmente lo disfruté!
Todos los puntos son importantes y claro, nos vemos reflejados en casi todos…
Es muy cierto lo que dices de las redes, hace tiempo tengo una cuenta de Twitter y sí, la cofradía de autores tratando de venderse los libros unos a otros es insaciable. No sé cómo seguir o relacionarme con lectores potenciales. Tal vez debería intentarlo con Facebook que manejo hace más tiempo, crear una cuenta específica. Aunque en los grupos de escritores pasa más o menos lo mismo y están plagados de «poetas de servilleta» como bien dices.
Con respecto al tema de los e-books te puedo aclarar un poco lo que creo que pasa en mi país, Argentina: estuvimos muchos años encerrados en una economía que no nos permitía importar y las plataformas son extranjeras, lo que implicaba un gran tramiterío para el pago en dólares u otra moneda. Yo autopubliqué hace unos años en Amazon y ni siquiera pude cobrar las magras regalías de los poco libros que vendí. Tuve que imprimir aquí para poder vender en el país. Tal vez con el público más joven que sigue a determinados bloggers sea distinto, sé de chicos que escribían Manga y otras cosas y no les iba mal. Tal vez ahora que se está abriendo el mercado las cosas cambien. Tampoco existe el hábito generalizado de la compra virtual y mucho menos de la lectura en línea o en soportes que no sea papel.
En otro comentario te conté que hace un tiempo que no escribo, me revolotean las ideas, hasta puedo armar un diálogo bajo la ducha pero luego no encuentro el momento para escribirlo, no sé a qué se debe. Desde hace un año estoy jubilada y aunque hago muchas cosas, (hasta empecé a estudiar Euskera!! Qué difícil!), es como si no pasaran cosas importantes a mi alrededor (sé que no es así), la eterna preguntita del «para qué?» me sobrevuela.
Sin embargo leo mucho, blogs(el tuyo es el mejor), artículos e investigaciones, intento alejarme un poco de la ficción para ver qué pasa.
Siempre es un placer leerte! Un abrazo de osa vieja desde Buenos Aires
Va a ser interesante ver qué pasa con Argentina, en efecto, porque siempre he tenido la impresión de que es un país donde se lee bastante. Las dificultades para adquirir online, por ejemplo, han impulsado una gran piratería: esto puede parecernos mal a muchos escritores, pero creo que es buena señal, significa que la demanda de contenidos está ahí.
«En otro comentario te conté que hace un tiempo que no escribo, me revolotean las ideas, hasta puedo armar un diálogo bajo la ducha pero luego no encuentro el momento para escribirlo, no sé a qué se debe».
Puede que estés atrapada en ese vacío curioso que queda entre la imaginación y la acción (escribir). Eso puede deberse a muchos bloqueos de diferentes tipos, pero hay una solución estupenda: escribir a diario. Siéntate a escribir todos los días, a la misma hora, aunque solo sean diez minutos. Ponte un mínimo: pueden ser apenas 50 palabras, ni siquiera tienen que ser buenas. Enseguida te acostumbrarás y romperás con ese estado intermedio 😉
Un besazo, Alicia, siempre es un placer verte por aquí.
Acabas de alegrarme el día, hoy mismo estaba pensando (o lamentándome) de varios de los puntos que cuentas en el texto 🙂 ¡te doy la razón en todo!. Y si, eso del networking… buffff es todo demasiado complicado jejeje.
Acabo de descubrir tu blog y me quedo, útil y claro, me encanta.
Saludos
Me alegro de que te haya servido 🙂
Hola, de curioso he visitado su blog y después de leer algunos temas, este es el que hasta el momento me ha gustado por sobre los demás y como todo cuesta en la vida es justo que por retribución a su arte agregue a modo de gratitud una pequeña reflexión poética;
Un Gran Artista
Si después de mucho batallar el verdadero artista no realiza
una gran obra al menos engendra una espectacular porquería.
La verdad, suena estresante, pero solo leer a los grandes escritores y sentir lo que escribieron dentro de mi cabeza me da un placer increíble, los admiro mucho y desearía poder convertirme en algo como ellos, lastima que en este mundo deseear solo es el principio, pero me agrada tu escritura, se ve que te diviertes haciéndolo. Por cierto se que mi ortografia es horrenda, me gustaría que me des tu opinión si llegó a escribir un libro
Todo es práctica y estudio (la ortografía también). 🙂
Hola, buscando información sobre grupos literarios amateur he caído en este post que me he leído de cabo a rabo con sumo interés y anotando mentalmente todos sus puntos (como mi memoria es la que es voy a guardarlo en favoritos :D). Gracias por él y seguiré tu trabajo. Creo que me vendrá muy bien.
Una vez leídos todos estos puntos la verdad que no sabría decirte en qué grupo estoy y en cual me gustaría estar. Me encantaría ser profesional pero aún creo que me queda mucho trabajo, paciencia, lectura, estudio, tiempo, hábito… vamos que soy escritora, eso creo, pero para llegar a la profesionalidad me quedaría mucho, por ahora disfruto con la escritura y con el aprendizaje.
Una vez más enhorabuena/gracias por este artículo.
El problema del escritor aficionado es que suelen usar el género romance y juvenil de manera espeluznante. ¿Alguien conoce la plataforma Wattpad? Es gratis, y puedes publicar libros en internet y obtener fama mediante la aplicación. El problema: el 80% de los lectores y escritores son chicos de una edad prepuberal y adolescente. En general suelen leer y escribir zagalas. He conocido poquísimos chicos que escriban. Y la mayoría de «libros»…son nefastos. Comienzos y finales muy muy TÍPICOS, muy poca dedicación, faltas de ortografía macabras, y ya si siguiera enumerando el montón de fallos que habitan, me tiraría horas y horas escribiendo.
Desde que comencé a estudiar mi FP sólo he podido dedicarle tiempo a escribir los fines de semana, y mi dilema es que ya no encuentro libros que se ciñan a mis gustos. Estoy cansada de leer las mismas historias una y otra vez tan comerciales y aburridas. Estuve un tiempo leyendo literatura de otros géneros, pero encontré poca cosa. Soy escritora en Wattpad, pero lamento mucho que no pueda leer con la seguridad de hallar gemas perdidas.
Hay un dicho conocido como «revelación de Sturgeon»: El 90% de todo es mierda. Eso será aún más evidente en una plataforma de escritores que están empezando. No vas a encontrar mucho contenido bueno en una plataforma así, porque los que avanzan y mejoran empiezan a querer publicar a cambio de dinero.
Si no encuentras libros que te gusten, una sugerencia: busca a una persona a quien respetes, ya sea porque es muy inteligente o porque escriba divinamente, y dile que te recomiende libros. Atrévete con alguno, aunque no sea de tus géneros favoritos. A mí me ha funcionado siempre 😉
me gustó
Atención, si te dedicas a escribir, sea de forma profesional o por afición, quizás te interese el lanzamiento de este nuevo programa.
Esta es una nueva aplicación en modo beta pensada para escritores.
Se trata de un creador de fichas de personajes para obras literarias, guiones cinematográficos, etc. Mediante la misma podrás crear personajes de forma aleatoria para luego editarlos y personalizarlos a tu gusto.
Puedes crear toda una galería de personajes con este programa, así como guardar y/o imprimir la misma en formato PDF.
El programa cuenta con una robusta base de datos para dotar de todo tipo de rasgos a los personajes que se crean al azar. Las variaciones y combinaciones son prácticamente infinitas y pueden ayudarte a encontrar inspiración.
Es además una herramienta totalmente gratuita, ridículamente fácil de usar y no requiere ningún tipo de descarga o registro de usuarios.
Espero les sea de alguna utilidad.
http://www.allcrossword.com/Apps/Characters/index.php
Tengo 19 años escribiendo (desde los 11 años) no estudie la carrera y siempre estoy en busca de oportunidades y de perfeccionar mi escritura, no me considero una aficionada, porque los aficionados solo buscan vender, creo que tengo alma de escritora sin tener la carrera en letras, soy administradora, pero tener mas de 19 años escribiendo por gusto creo que hace una enorme diferencia
me vi reflejada en casi todos,no me alcanza para vivir de esto,no me conoce nadie ,no tengo contactos soy un asco pero es bueno saber que no soy la unica , He tenido que vender mis letras por unas pocas monedas he escrito para cumpleaños ,casamientos , aniversarios ,sepelios recordatorios ,para ballets en fin lo que tu dices me ha servido y mucho.gracias
¡Novata a la vista! Yo, por supuesto.
He leído el artículo y, en un momento dado, estaba segura que hablabas de mí.
Escribo desde los ocho años y como mi abuela no me dejaba «perder el tiempo ni desperdiciar papel», lo hacía en los espacios blancos de los periódicos con letra pequeñita.
Ahora escribo -oh, milagro entre milagros- en mi ordenador, sin abuela que me detenga con miradas fulminantes, pero ahora Internet ha reemplazado a mi abuela.
Ahora que puedo hacerlo libremente, me siento más perdida que un caracol en el espejo de una barbería. Plataformas, paginas web de nosequé, foros gratis y no lo son, en fin ¿qué os voy a contar?
Me siento sola y aislada de la vida moderna que parece limitarse a una pantalla.
Gracias por el artículo, al menos he podido escribir algo.
Creo que la pregunta más necesaria, después de haber escrito un par de libros, para mí, sería: ¿Para qué escribe, el que insiste en escribir?, de lo que se desprenderían muchas dudas, en especial la pregunta de este Blog: ¿Profesional o aficionado?
¡Qué gran artículo, Gabriella! Ahora mismo, que estoy acabando el curso de escritura creativa de 9 meses, es lo que intento inculcarles a mis alumnos. Me suelen mirar como si fuera un marciano, pero yo al menos lo intento. Me preguntan si voy a dar otro curso, y les digo que tienen que seguir por su cuenta, y que si tal, buscarse a otro profesor, pero que ellos tienen que saber escribir, reescribir y promocionarse sin la supervisión de nadie si quieren tener una carrera literaria. Un abrazo.
¡Ay, Carlos, lo tuyo tiene mérito! Supongo que todos queremos que nos lleven de la manita, da un poco de susto echar a nadar solos 😉
Excelente artículo. Muy útil. Saludos.
¡Gracias, Ivanna!
Me gusta mucho que menciones la importancia de leer de forma asidua. A menudo, ciertos escritores noveles obvian ese paso, y ni valoran la corrección ortográfica. Y totalmente de acuerdo con tu última frase. Con tu permiso me la quedo a modo de mantra. ¿Quién sabe, quizá algún día llegue a estar en el panteón de los escritores elegidos?
Un saludo.
¡Ay, lo del panteón suena muy bien! Suerte y ánimo 😉
Hola Gabriella y lectores…que lindo encontrar un rincon en internet con tastas cosas sin sentido…saludos desde Tierra del Fuego Argentina!!! Lo mejor que podemos hacer es contagiar la pasion por la lectura…sobretodo a los nenes, que tan perdidos estan en lo virtual 🙂 exitoooss !!!!!
¡Hola, Anto, y gracias por leer! 🙂
¡Gracias por tu comentario, Miguel Ángel! Ojalá fuera verdad lo que dices y esos cuatro puntos fueran suficientes. Por desgracia, hoy en día, alguien que se quiera profesionalizar como escritor debe entender también los entresijos de la promoción y el marketing, porque vender libros también es importante 😉
Para ser sincera, nunca me he considerada escritora. Aun asi, hago todo lo que has anotado que hacen los profesionales. La unica cosa es que yo me sali de Facebook porque no le dedicaba tiempo, tambien soy modelo de ropa, y cofundadora de dos pequeñas empress asi que no tengo mucho tiempo entre cosa y cosa para escribir. En cualquier caso lo mio no es escribir y te lo digo yo, que tengo desde los 8 escribiendo a diario o como dices, a veces estudiando para mejorar mis historias. Yo, que tengo ya 20 años con la pluma, y una buena base de seguidores, y novelas terminadas. Lo mio, no es escribir. Escribo por puro fastidio, para terminar con las novelas que hice durante mi adolescencia. Para cerrar ciclos. Ya no por gusto.
Si escribes solo por cerrar ciclos, no sé qué decirte. Algún amor debe haber en nuestra escritura, si no, ¿qué sentido tiene?
Otra cosa es que lo consideres tu profesión y un trabajo, que sea una fuente de ingresos para ti… Esa ya es otra historia. Pero por lo que comentas parece que tienes otros intereses profesionales.
No sé, no entiendo muy bien tu comentario. Espero que no parezca que te estoy juzgando, evidentemente no sé nada sobre ti. Es solo que a veces seguimos con algo que ya no queremos por rutina, costumbre y comodidad, y solo quiero asegurarme de que no es tu caso, porque es un lugar del que es difícil salir 🙂
Tu artículo me atrapó. Si yo pudiera hilar palabras que atrapen al lector…
un saludo 👋
Enganchar al lector es parte de aprender a comunicar, del proceso de aprendizaje. No es un talento innato. Si entiendes lo que interesa a tu receptor y practicas hasta dar con los formatos y estructuras que mejor funcionan con ese receptor, acabarás enganchando. Puedes empezar estudiando las estructuras y frases de los escritores que a ti te enganchan 🙂
Estoy de acuerdo con tu definición, soy una escritora en proceso de hacerme profesional. Todo lo que mencionas en el artículo; lo estoy tratando de hacer ahora, casi a la mitad del camino, he decidido ser profesional.
Mucha suerte, Alexandra, y ánimo 🙂
Hola! Hay alguna manera de seguirte o suscribirme a tu blog?
Saludos y éxitos
Hola, Josh. Puedes suscribirte a mi lista de correo. Envío un pequeño artículo exclusivo cada par de semanas (que no sale en el blog) y además pongo enlaces a los últimos artículos publicados en la web. Tienes el enlace para ello aquí: https://www.gabriellaliteraria.com/lista-de-correo/ 🙂
Te tengo que dar un aplauso ya que con este post elevas la moral a todo aquel escritor quijotesco que, a pesar de ser derribado una y otra vez, no se rinde porque sabe quien es y cual es su destino.
Uno elige el camino de la escritura por diversas razones… En mi caso me ayudó a reconstruirme en cuerpo y alma. También me ayudó a comprender que una adicta a la escritura, por más que haya rechazado esa «peligrosa enfermedad», lo es de por vida.
Gracias por tu don de palabra, por tu lucha, por tus consejos y por animarnos con tu ejemplo.
Un fuerte abrazo y muchos éxitos.
Ana Daitan.
¡Hola, Gabriella! Acabo de descubrir tu blog y la verdad es que me ha encantado.
Este artículo en concreto me ha parecido algo como «manual de supervivencia para los escritores desesperados» o «guía psicológica para los que escriben y casi mueren en el intento». ¡Enhorabuena! Me gustaría suscribirme a tu blog para recibir más información. Muchas gracias.
Un saludo.
Inna.
¡Hola, Inna! Me alegro mucho de que te guste el blog. Puedes suscribirte a mi lista de correo aquí: https://www.gabriellaliteraria.com/lista-de-correo para noticias, novedades, avisos de nuevos artículos, etc.
Un buen escritor escribe porque tiene la imperiosa necesidad de escribir; además es un gran lector. No lee novelas ni tonterías. Escribe sobre una idea prefijada con bastante anterioridad. Esto que dicen que uno se planta delante de la mesa con un folio en blanco, es totalmente falso.
Escribir en castellano o en catalán no es fácil. Hay que dominar profundamente el léxico, y aún así. Encontrar la palabra adecuada tampoco y no digamos el adjetivo o la frase. El escritor nace y se hace, nada más. Luego todo depende de lo que guste a los demás. Escribir para gustar es un tremendo error de nacimiento. Uno escribe y punto. Hay personas que nacen para esto y otras muchas no, por esto hay tanta mediocridad y vulgaridad en casi todo lo que se escribe actualmente. Un escritor es alguien que viaja en la vida, profundiza y habla con la gente, se documenta. La imaginación es buena pero siempre circunscrita y amparada en la realidad. No hay regla ni dogma ni habilidad especial, solamente se trata de que a uno le guste profundamente lo que hace y le dedique muchísimo tiempo. El escritor que busca el éxito se equivoca de lleno, el escritor que busca su propio estilo es que escribe muy poco, el que escribe con pompa es que es vulgar. Hay que escribir porque te gusta tanto como leer a otros y aprender de todo.
Uauuu, leo estos unos años después de tu publicación, y llegó en el momento preciso. En algún momento leí que para ser escritor, tenés que haber vendido al menos 1 libro. Me quedé con eso, y cuando me preguntan a qué me dedico, puedo decir cualquier cosa menos: Escritora, tal vez alguien me escuche y me lo «retruque», jaja
Pero tomo como propio lo que comentás. Gracias!!! Dios te bendiga
Para cada persona significa algo diferente, supongo. Hay gente que se considera escritora sin haber conseguido publicar un solo libro y personas con tres libros que no se consideran escritoras. Lo importante es qué significa para ti 🙂
Quisiera preguntarle algo porque todos los q escriben les gusta trabajar con las palabras?
sinceramente me considero perezosa a escribir a mano pero en pc o de ves en cuando mi teléfono me encanta, tengo 14 años pero me gustaría llegar a ser una gran escritora; mi categoría de historias son de ficción pero aun no veo que llame la atención. Intentare ser profesional y seguiré algunos de tus consejos
Magnífico artículo, estoy subscrito a tu lista y no sabía cómo se me había pasado, claro, que este es de 2015, tiene cierta solera pero total actualida, al menos para mí, lo he encontrado buscando «escritor profesional / aficionado» y según tu criterio, ya cumplo bastante del profesional, lo cual me llena de orgullo y satisfacción jajajaja. Gracias.
¡Gracias, Rodrigo! Tiene tiempo ya, sí. Tal vez me va tocando revisitarlo y ver qué cambiaría ahora en 2023 🙂