Networking.
Net (red) + working (trabajar/trabajando). Trabajarse una red.
Uf.
Siempre me suena a gente que se cuela por tu ventana por la noche para robarte el móvil y quedarse con tu agenda de contactos.
¿O eso son vampiros? Nunca me acuerdo.
Me suena a gente que me agrega a LinkedIn para poder llegar a gente a la que tengo agregada en LinkedIn.
¿Malo? No. Pero siempre me hace sentirme un poco… objeto. Como si solo fuera un medio para un fin. Como la chica a la que se le acerca el chico más guapo del baile y se ilusiona y solo era para preguntarle el nombre de su amiga. Aunque esa comparación no es aplicable porque nunca he sido de chicos guapos en los bailes y a mí me encanta decir los nombres de mis amigas, que suelen ser bonitos y te bailan mejor en la lengua que el guapo este pesao. Pero en mi cabeza sonaba bien.
Es fácil volverse un poco paranoica. Alguien te dice que le encanta tu blog y que eres lo mejor que existe bajo el sol desde que murió Freddie Mercury. En un 99% de los casos, el siguiente párrafo empieza con «quiero pedirte un favor». Eso es algo que nunca te cuentan del blogging, por cierto. Que cuanta más gente te lea más gente te va a pedir favores. Algunos son favores muy chulos, otras veces no. Os creéis que todo esto es jauja y champán y fiestas orgiásticas en castillos escoceses, pero no.
En el 1% de los casos, el segundo párrafo empieza con «he hecho esto para ti». Esa es la gente de quien suelo acordarme. Esa es la gente a la que intento echarle una mano, si puedo, aunque no me pida nada. La gente que te escribe cosas bonitas y te cuenta cómo les ha afectado algo que has dicho, o cómo han recomendado tu libro a sus amigos.
Eso es networking, amigos. Ser ese 1%.
¿Quieres que alguien con seguimiento comparta tu material? Más te vale que sea bueno, lo primero y más te vale compartir sus cosas, mencionarlo en tus artículos, lo segundo. Y aun así debes entender que esa persona no te debe nada ni tiene ninguna obligación contigo.
Se puede, además, hacer networking del bueno aprendiendo e inspirándose al mismo tiempo. ¿Cómo?, me preguntaréis, porque sois muy preguntones y es una de las cosas que más me gusta de vosotros (eso y vuestro cabello dorado, ondeando al viento, vuestros erguidos pechos y enhiestas figuras que me ciegan con su perfección y brillantez).
Para ello recurro a Altucher. Otra vez, sí. Tú no tienes ni idea de ello, Altucher, pero en España hay una bloguera/escritora/mercenaria de las letras muy pesada que no hace más que citarte porque, qué diantres, a veces dices cosas muy buenas.
Altucher y leer un artículo al día
Altucher tiene un artículo llamado 10 Habits to be Happier and More Productive que suena a chufla, pero que precisamente procura salirse de los listados habituales de «haz más ejercicio y bebe dos litros de agua al día mientras sonríes a tu vecina y le das las gracias a Dios/Alá/Zeus/Annoia por haberte creado en este día lluvioso, cargante y aburrido de mierda».
Esto es lo que hago cada día. Encuentro el blog de alguien interesante. Leo un artículo que tenga por lo menos cinco o seis años.
Si es un buen artículo, le envío una nota que diga: «Ese era un buen artículo».
Los archivos de ayer son los secretos de hoy.
Porque la gente está muy ocupada y se olvida y nadie se leyó ese artículo, para empezar.
Así que aprendo algo nuevo a la vez que le mando una nota amable a alguien, y a la vez robo material para mí mismo para más adelante.
No se trata de robar, eso lo entendemos. Pero sí que podemos encontrar ideas muy buenas en artículos de hace tiempo, por la sencilla razón de que tratan temas que no nos tienen ya cansados a todos. Yo recomendaría leer artículos de todo tipo, uno al día. Lee sobre cosas que salen de tu sector, de tu área de conocimiento. De la combinación de ideas muy diferentes pueden surgir las ideas revolucionarias.
Lo mejor de todo, además, es que harás amigos por el camino. Si tu costumbre es agradecer a los demás su buen trabajo, si además tienes la consideración de enlazar a ellos y mencionarlos cuando escribes sobre algo inspirado por su artículo, mayores son las posibilidades de que estas personas se añadan a tu red. A tu red abierta, que es la que vale.
Pero recuerda, siempre: hazle un cumplido a alguien porque realmente lo sientas. No para conseguir algo. Lo que consigues debe ser un efecto secundario inesperado y agradable.
No es un método rápido que dé resultados inmediatos. Pero a la larga funciona, os lo prometo. Y os recuerdo que vuestras redes os inspirarán, impulsarán y darán vida como escritores, si vuestra intención es publicar y vender más de un solo libro. Yo diría que ese networking es uno de los ejes principales sobre los que se basa la promoción para escritores, sobre todo para los que nos lo guisamos todo nosotros.
Y, por supuesto, no todos los artículos que leáis tienen que ser míos. Mal que me pese, hay vida fuera de este blog.
Ná, retiro lo que acabo de decir. Solo os permito que abandonéis este blog para poneros a escribir.
¿Sabéis lo que ayuda mucho para ponerse a escribir? Una fecha de entrega.
Justin Jackson y el valor de las fechas de entrega
Jackson es otro de esos blogueros a los que sigo por lo bien que escribe y por lo prácticos que son sus artículos. A veces habla de cosas que nada tienen que ver conmigo (lanzamiento de productos informáticos, por ejemplo), pero siempre encuentro alguna perla de sabiduría en sus métodos que son fáciles de aplicar a nuestro mundillo de escritores y aspirantes a grandeza literaria (no os riáis; todos habéis ensayado vuestro discurso de aceptación del Nobel delante del espejo, todos).
Hace poco, habló de las estrategias que más éxito le habían proporcionado al lanzar su obra Marketing for Developers (márquetin para programadores), y también sobre su experiencia escribiendo y lanzando el libro. Le ocurrió algo que a todos nos suena: cuando apenas le faltaba un 10% para acabar la creación de la obra, no hacía más que procrastinar, como si le diera miedo lanzar por fin el producto. Y dice esto:
En cuanto me puse una fecha de entrega, todo cambió. Supe que cada día que pasaba me acerca más al lanzamiento. No podía permitirme desperdiciar días.
Planes vagos de lanzamiento como «lo lanzaré en algún momento el año que viene» no sirven. Pon una fecha en el calendario. De hecho, podría convenirte tener estas tres fases de lanzamiento:
- Amigos y asesores,
- Acceso beta.
- Lanzamiento oficial.
Para proyectos grandes, es buena idea dejar unos 3 meses entre cada fase. Los proyectos más pequeños podrían pasar de una fase a otra en 1-3 semanas.
Creo que es interesante aplicar esto a nuestro proceso editorial, sobre todo en lo que se refiere a corrección (no sé vosotros, para mí es la fase más pesada y en la que más tardo, con diferencia). Si publicas con una editorial tradicional, estas fases vendrán marcadas por tu editor, pero si la edición queda en tus manos, podrías considerar este proceso del siguiente modo:
- Tras una primera corrección propia, toca dar a leer tu libro a amigos y familiares. Dedica tres meses a presionarles para que terminen de leerte y a aplicar las sugerencias que te parecen más productivas (consejo: aplica aquello que más se repita de un lector a otro).
- Ahora es cuando tienes que pasarle tu obra a los profesionales: a tu lector profesional o por lo menos a alguien con conocimientos profesionales que pueda asesorarte. Tienes ahora tres meses para aplicar los cambios pertinentes y enviar la obra a tu corrector.
- Lanzamiento oficial. Obviamente antes habrás hecho tareas de promoción y preparación, pero sí, llegó, tienes una fecha definitiva en la que tu libro TIENE QUE SALIR AL MERCADO.
Verlo así, con días y tareas marcadas en el calendario, te facilitará mucho las cosas. He de reconocer que con Lectores aéreos fui muy desordenada en mucho de esto y es algo que estoy intentando preparar un poco mejor para mi siguiente libro.
Y como estamos hablando mucho de corrección y de mercadeo y todas esas cosas tan prácticas, reculo sobre mí misma en un impresionante ejercicio de natación sincronizada y miro ahora hacia dentro, hacia la percepción del creador de ficción. Para ello me ayudo del profesor González Quirós.
González Quirós y el cuestionario del escritor
José Luis González Quirós compartió en Nueva Revista (ya en el 2007) un cuestionario que suele pasarle a sus alumnos el primer día de clase. González Quirós enseña Escritura de Ficción a alumnos de Comunicación Audiovisual, y me aterraría tenerlo como profesor. Yo, que me autodenomino escritora (¡ja!), me quedaría en blanco ante algunas de sus preguntas.
Pero tiene razón al explicar por qué este cuestionario es importante. Las preguntas son un examen de conciencia para el alumno (solo en esas preguntas ya aprende uno más que en muchos talleres de ficción), además de una información valiosa para el profesor sobre cada estudiante y sobre las tendencias generales de cada promoción. Utiliza el cuestionario como referencia, para explicar más adelante lecciones de peso.
No estoy de acuerdo con todo lo que expresa, claro. González Quirós no puede evitar juzgar a sus alumnos por sus respuestas. Se lamenta, por ejemplo, de que muchos, cuando se les pregunta por sus cuentos favoritos, hablen de cuentos que él denomina «Disney», en vez de hablar de Cortázar, de Carver, de Poe. Se lamenta de que estos alumnos no hayan ido más allá de los relatos de infancia. Sé de dónde viene ese lamento. Pero lo de los cuentos de hadas toca una vena sensible para mí.
(Atención: parte pesada donde Gabriella habla de análisis literario. Si os aburrísteis con mi charleta sobre Lorca y la metáfora, esta parte os la podéis saltar).
¿Que por qué elijo esta señal de alerta para ilustrar mi advertencia? Pues porque "cuidado: renos bailarines" siempre será mi señal favorita, ever.
Las narraciones que vemos blanquitas y adorables en los cuentos de Disney provienen, como sabéis, de cuentos mucho más oscuros, de narrativas a lo Andersen repletas de tragedia y tristeza. Personalmente creo que los cuentos infantiles suelen ser los que más verdad esconden, y digo verdad en el sentido de atávico, de real, de terrible. Poe escribió cuentos de terror espeluznantes, pero para mí no pueden compararse con cada paso que da la Sirenita con sus nuevas piernas, como andar sobre cuchillas. Los cuentos infantiles se transmiten porque esconden símbolos y signos universales, mensajes a veces didácticos, a veces consoladores, casi siempre crudos. La sirena se transforma, pierde su capacidad de hablar, ahora anda con dolor. Ya no es una niña, anda sobre tacones de aguja, no se le permite expresar todo lo que piensa, ya no canta. Siempre he pensado que el cuento de la sirena era un cuento sobre la menstruación, de la posterior pérdida de la virginidad (por no hablar del abandono) y, cómo no, del desamor más cruento.
Pero divago, divago demasiado. El cuestionario es largo y tampoco quiero reproducirlo aquí íntegro, pero os recomiendo que le echéis un ojo y penséis qué responderíais vosotros. Algunas de las preguntas dan mucho juego, como: «busque diez fórmulas ―puede limitarse a cambiar de adjetivo― para expresar con palabras distintas las ideas de ‘lector voraz’ o «¿qué es lo contrario de vender?». De nuevo, con esa pregunta de vender, estoy en desacuerdo con la respuesta que proporciona el profesor, pero lo bonito de estas cosas es que son subjetivas y ahí, en el corazón de la disputa, se esconde el creador de ficción en cada uno de nosotros. En ese sentido, el cuestionario cumple sobradamente su función: discutamos y entendamos nuestras propias perspectivas de demiurgos.
Quirós reflexiona, sobre todo, sobre el aprendizaje. En el mismo título del artículo se pregunta si es posible enseñar a escribir, y habla de la larga y difícil tarea de ascenso, la escalada para aprender lo mínimo en este arte complejo. Para ello cita a Julian Barnes:
Cada relato y cada novela es empezar de cero. Cada vez que escribo un artículo de blog, es como si fuera también el primero.
Aquí me tenéis, con mis deditos virginales sobre un teclado sin estrenar.
Termino hoy con otro concepto del que siempre andamos hablando, buscando, persiguiendo, narrando: el flow.
Goeke y qué es el flow
Si no sabéis lo que es el flujo (no, ese no, guarrillos míos) o flow, leed a Isaac, que lo explica muy bien. Pero volved pronto, porque encontré otra definición de este concepto que me pareció excelente, en un blog de productividad, de boca (o mano) de Niklas Goeke:
Esto hace que la experiencia de juego sea más fácil. Una vez consigues progreso en el juego quieres seguir jugando. Crea estado de flujo, un término que creó Mihaly Csikszentmihalyi. El flujo es un estado donde tu nivel de habilidad y el nivel del desafío están a la par, por lo que nunca te aburres ni te sientes frustrado.
Goeke pone para ello de ejemplo el diseño de un videojuego: nos sumergimos plenamente en el juego cuando no nos resulta ni demasiado fácil ni demasiado difícil. Y la mejor forma de entrar en ese estado es hacer que tu cerebro le dedique toda su atención a una sola tarea. No multitarea, no. Unitarea, monotarea, Deja-de-jugar-al-Candy-Crush-a-la-vez-tarea.
Escritor en estado de flow. Por desgracia, perdió 60000 palabras de novela cuando fueron arrastradas río abajo.
Si te cuesta demasiado concentrarte en algo, pregúntate si es que es demasiado fácil. ¡Desafíate, sube el nivel de dificultad! Si es porque es demasiado difícil, relájate, respira, e intenta dividir la tarea en partes más pequeñas y sencillas (lo que en el ámbito del lifehacking y similares se conoce como «comerse un elefante»).
Y si es porque estás rodeado/a de distracciones, ya va siendo hora de eliminarlas.
A no ser que tus distracciones sean niños.
Una advertencia: no está bien eliminar niños.
Podrías ir a la cárcel. Y te necesito aquí, leyéndome. Así ganamos todos. Yo me siento mejor y tú, con suerte, te motivas, me haces caso, apagas el ordenador y te pones con tu monotarea.
Venga, ya sabes lo que toca.
¿Ya estás escribiendo?
Nota: El chiste de los renos bailarines no es mío, lo confieso. Es de José Antonio Cotrina, rey de chistes malos y muertes tormentosas y estremecedoras de niños indefensos en libros juveniles. Sí, me repito: si vas a matar niños, procura que sea en una trilogía épica de fantasía dirigida a adolescentes.
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70 trucos para sacarle brillo a tu novela: Corrección básica para escritores. ¿Has escrito una novela o un relato y no sabes cómo enfrentarte a la revisión? ¡Yo te ayudo! Disponible en Amazon.
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Puedes ver más libros míos aquí.
¿La gente todavía juega Candy Crush o solo los autores bloqueados?
Mirando las solicitudes de Facebook, yo diría que medio mundo sigue jugando. De los cuales, obviamente, un 85% son autores procrastinadores.
Los ciervos discotequeros de las carreteras británicas! Anda que no me reí ni ná… Cómo comprendo a Cotrina.
Muy buena reflexión la del networking, pero gente así hay mucha y no sólo en los blogs, por desgracia.
Ainsh, quiero flow. Snif.
Buen finde!
En el norte de España se ven más los ciervos bailarines: http://www.cma.gva.es/comunes_asp/documentos/agenda/Cas/Imagenes/76348-AnimalesSalv2111Not.JPG 😀
Sip, pero bailan distinto, con pasos menos «complicaos» que los anglosajones 🙂
Me ha ayudado mucho este artículo. Hace años que escribo, pero desde el cómodo asiento del escritor de guiones para cine y televisión. Ahora que me he pasado a la novela es distinto, claro. Además tengo previsto autopublicar, por lo que no me libro de hacer auto-marketing. Esto del networking me da muchísima vergüenza ¿a todos os pasa? Pero después de leer tu artículo veo que puede hacerse de una manera más personal. Más…verdadera. Como una amistad. Eso me tranquiliza un poco. Llamar a las puertas como un vendedor de seguros hace que se me cierre la boca del estómago.
Por cierto, me encanta tu blog, me encanta como escribes, ya casi eres de la familia.
«Esto del networking me da muchísima vergüenza ¿a todos os pasa? Pero después de leer tu artículo veo que puede hacerse de una manera más personal. Más…verdadera. Como una amistad. Eso me tranquiliza un poco».
A mí me pasaba igual, me horrorizaba cualquier tarea relacionada con promoción. Poco a poco fui descubriendo a gente que lo enfocaba de otra manera, una manera más cercana a mi forma de ver las cosas. No quiero ahogar a nadie con autobombo, ni quiero ser una pesada al relacionarme con otras personas. Ahora, hasta me estoy divirtiendo con esto del mercadeo 🙂
Una cosa que me da cosa (valga la redundancia) es si de verdad quieres pedirle a alguien un favor, honestamente, y piensa que quieres que trabaje gratis. Porque ahora eso está muy en boga (lo de, ¿qué te apetece escribirme un artículo de 10000 palabras y, ¡wow! te menciono en Twitter ¡gratis!?). Me da cosa pedirle a alguien una pequeña aportación (como un comentario para un artículo o algo así) y que crea que intento aprovecharme por la cara. No sé cómo equilibrar eso hoy en día.
Es complicado, estoy de acuerdo. A mí me cuesta la vida. Pero hay gente que lo hace muy bien, porque lo convierte en algo personalizado. Si tú crees que algo le puede interesar o divertir a alguien, no tiene nada de malo comentárselo. Lo que hay que pensar es en qué aporta lo que ofrecemos a la otra persona. Así, no le mandaría un email a alguien diciéndole que compre mi libro y lo reseñe, pero sí que mando emails pidiendo entrevistas o pequeñas aportaciones para el blog, porque intento que sea sobre temas divertidos, que no les lleve mucho tiempo contestar, y que además obtengan algo a cambio (algo de exposición en mi web).
Me encanta tu blog, de verdad, es chupiguay y aprendo mucho de ti y de todo lo que escribes.
Quiero pedirte un favor… xDDD
PD: Muy bueno!! (aunque sea la triste realidad)
AY. Qué le vamos a hacer. Y que conste que a veces me piden favores muy chulos y yo echo una mano encantada. Pero siempre hay quien pide y pide, sin darse cuenta de que lo que me solicita me llevaría bastante tiempo y esfuerzo 🙁
Me ha gustado mucho, sobre todo la parte del Networking. Sí, muy útil.
En cuanto a lo de los cuentos ¿qué tiene de malo que te gusten cuentos para niños? Opino que a veces es más fácil escribir algo complejo que algo simple. De hecho, algunas de las cosas de las que estoy más orgullosa son cuentecillos para niños.
Uf, es que lo de escribir infantil es complicadísimo. A mí los que más me gustan son los cuentos o textos en general que pueden leer personas de 8, 20 o 50 años y en los que cada uno encontrará cosas distintas. Los cuentos clásicos son un buen ejemplo de ello 🙂
No, claro, no me reí nada (as always!) 😉
Javier, a mí me encanta colaborar con los demás, sea en una reseña, opinión, escribir para otros (si es que vale la pena para esos otros, obviamente), compartir los artículos que leo, etc. Pero no sé pedir, ni hacer networking a mi favor. Como dice Vicky, vergüenza. O eso creo, aún no me analizo. Para eso tengo a Gabriella, ya sabes… Donde no sepas qué hacer, pues mete una nave con dinosaurios violetas cayendo en paracaídas. Estoy en ello.
A propósito, amo el «flow» porque es el momento de mayor resultado creativo. Mal o bien, es ese lugar intenso donde se pierde noción del tiempo y del espacio (está claro: de aquí al psiquiatra, ¡es urgente!).
Gracias, Gabriella, una vez más 🙂
Abrazo creativo,
Poli.
Gracias a ti por leer y comentar ^_^
Sabes, cuando comento tus artículos de recortes suelo hablar de lo que más me ha impresionado, más me ha quedado al terminar de leer (que no siempre es lo último). Y habría jurado que sería lo del networking.
Pero no, aquí me tienes. Me encantó tu análisis de La Sirenita, nunca lo había pensado así, y me parece superinteresante. Los cuentos para niños tienen algo muy importante: apuntan a las mayores emociones del ser humano, las más esenciales, las que sienten los niños. Apuntan al amor, la amistad, el temor al abandono, el peligro, el miedo a la muerte, el amor a una mascota, etc. Tengo una sobrina de 5 años y con ella voy redescubriendo muchos cuentos para niños desde su perspectiva, que yo ya olvidé de cuando era niña; ella me pregunta si Pulgarcito se siente como ella cuando su madre va a trabajar, por ejemplo. Y eso me hace preguntarme cómo otras personas terminan desdeñando ese tipo de cuentos…
En fin, volviendo al tema. La fecha de entrega ayuda muchísimo: de hecho por eso empecé a publicar mi novela en el blog, para no olvidar que tengo que escribir todos los días o un día llegará el viernes y no tendré capítulo. Mi beta reader, preguntando todo el tiempo cuándo leerá el próximo, también ayuda mucho. No sólo hay que ponerse una fecha de entrega: hay que encontrar un incentivo para cumplirla. No comer dulces hasta completarla quizás sea lo más efectivo (?)
Vaya, he escrito un chorro. 😛
Creo que es cierto que Disney ha hecho mucho daño al infantilizar algunas historias antiguas (o directamente oscuras, como los cuentos de Andersen, Grimm o incluso Perrault), y de ahí que se tienda a hacer de menos algunas de estas narraciones.
Respecto a lo de los beta readers, ayudan mucho a ser responsables con nuestras fechas de entrega. Yo tengo que ponerme alguna fecha más, que voy leeeenta lenta con todo (pero a veces, cuando te falta tiempo por todas partes, no hay más remedio).
Interesante recopilación 🙂
Suele decirse que un buen networking parte de enfocarse en qué podemos aportar a los demás y no qué podemos sacar de ellos, lo que creo que nos acercaría más a la picaresca 😉
En cuanto a trabajar con fechas, creo que resultan fundamentales y estoy convencido de que un sueño comienza a convertirse en un objetivo el día que le asignamos una fecha. Y en ese momento estamos más cerca de alcanzarlo.
Con respecto al estado de flujo, reconozco que aunque lo había experimentado, descubrí el término de manos de Daniel Goleman y su libro «Inteligencia emocional», aunque luego descubrí que fue Csíkszentmihályi quien comenzó sus investigaciones sobre el tema, que me parece apasionante.
Me apunto desde ya a tu lista de correo.
Saludos.
«Suele decirse que un buen networking parte de enfocarse en qué podemos aportar a los demás y no qué podemos sacar de ellos, lo que creo que nos acercaría más a la picaresca».
Muy de acuerdo. Y creo que ahora mismo son dos enfoques muy diferentes de mercadeo. Por suerte, el primero se está poniendo cada vez más de moda, por la sencilla razón de que es más eficiente, aunque su efectividad queda probada más a largo plazo.
«Os creéis que todo esto es jauja y champán y fiestas orgiásticas en castillos escoceses, pero no»
No he podido reírme más esta mañana :-D.
Conocer a ese 1% y formar parte del 1% de otras personas es algo a lo que deberíamos aspirar. Son relaciones humanas muy sanas y enriquecedoras. E igual en algún momento te proporcionan algún tipo de beneficio laboral. Pero eso de buscar ese 1% a punta de pistola… genera más rechazo que otra cosa. Me ha encantado encontrarme con este artículo en una semana en la que he estado dando muchas vueltas a este tema del networking.
Esa técnica del artículo al día me ha parecido genial, aunque bien es cierto que las personas somos animales, y no todos los animales congenian con el resto. Lo que seguro que conseguimos con ella, es aprender cosas nuevas, sacar ideas y conocer gente interesante a la que leer.
Y qué voy a decir de las fechas… si hay algo que me gusta es eso de fijar objetivos y plazos. Lo que me gustaría más es poder cumplirlos…
¡Un abrazo muy fuerte! Y gracias por tu artículo 🙂
Decía el propio Altucher que de cada 100 emails que enviaba, le contestaban 1 o 2 (bueno, no recuerdo si era esa la proporción exacta; lo que sí recuerdo es que la mayoría no le contestaban).
Pero claro, los que contestaban merecían mucho la pena.
Besos y gracias por el comentario.
Me envío el artículo por correo a mí misma, porque es denso y lo tengo que leer despacio. De forma muy simpática aportas mucha información y hay que cribarla un poquito.
¡Gracias, Mari Luz, espero que lo disfrutes!
Qué curioso, desde que te leo parece que siempre hay causalidad, precisamente este sábado pasado estuve en el Amazon Academy, y tuve una sensación extraña en lo tocante al Networking. Allí había alrededor de 200 escritores, y yo pensaba en la posibilidad de hacer contactos, pero no me salía.
Me parecía muy forzado acercarme a un desconocido, y ponerte a hablar, ¿de qué?, ¿cada uno hablando de su libro, esperando que el otro se interese?
Tengo contacto con otros escritores, pero ha surgido de forma natural, casual en algunos casos.
No sé si es que yo soy muy torpe para esto del networking, que será lo más probable…
Uf, es muy difícil hacerlo en frío, sobre todo en un entorno en el que, en el fondo, todos están en las mismas.
Yo soy bastante tímida, así que suelo asegurarme de ir a ese tipo de cosas con alguien extrovertido. Y las mejores conversaciones no son las que se tienen en los actos en sí, sino en las cervezas de después; eso es algo que he aprendido por las buenas 😉
«¿Sabéis lo que ayuda mucho para ponerse a escribir? Una fecha de entrega.»
uf, sí, pero para eso ya tengo el curro. y yo bajo presión no disfruto (salvo que sea alguna vez puntual) y si no disfruto ya no hay flow… (por cierto, muy interesante el gráfico del flow de Niklas Goeke.)
«cuando apenas le faltaba un 10% para acabar la creación de la obra, no hacía más que procrastinar, como si le diera miedo lanzar por fin el producto».
doy fe ^^
lo de ‘comerse un elefante’ me suena. yo suelo practicarlo. pero si profundizas demasiado en muchas ramas y a su vez en sus hojas, después puede hacerse muy difícil ver el árbol completo, de un vistazo, al menos ^^
«Y si es porque estás rodeado/a de distracciones, ya va siendo hora de eliminarlas. A no ser que tus distracciones sean niños.»
joder, y de 4,5 meses; uf, uf! tierra (media) trágame ^^
un saludo 😉
No cabe duda que mientras más me adentro en el mundo literario, como dijo Sócrates, yo sólo sé que no sé nada. Muchas gracias por compartir tu conocimiento y estoy seguro que podré aplicarlo en mi humilde caminar por los bosques y páramos literarios. Siendo un auto publicado de nuevo ingreso, espero que Ebo vea con buenos ojos y pocas garras, mi comentario.
Saludos,
Roberto Fernandez
Si deseas saber un poco más de mi, aquí dejo la liga de mi blog: http://consecuencias-eternas.blogspot.mx/
Gracias, Roberto. Cuanto más aprendemos sobre algo, menos nos parece que sabemos. Así que aprender se convierte en un placer, porque siempre hay mil cosas nuevas que descubrir 😉
Me encanta tu estilo. Hoy tuve la suerte de aterrizar en estas páginas yendo de búsqueda a búsqueda y voilá! Estas en mis marcadores. Artículos, amenos, hilados con buen gusto y sobre todo algo que escasea en muchos blogs: personales. Gracias por todas estas líneas (aún me estoy acostumbrando a este hilar de post tras post)
Leí este artículo hace meses, y me apunté en la agenda la fecha de mañana para comentarlo, jejeje. Muy buen artículo sobre networking 🙂
Compré tu libro 70 consejos para dar brillo… (etc…) y sigo tu blog desde entonces. Estaba escribiendo mi libro (que acabo de publicar), así a lo bruto, sin editor, corrector, ni nada. Ah, y sin dinero para pagar a nadie que me hiciera el trabajo y lo convirtiera en algo profesional. El libro ronda las 500 páginas ¿De dónde iba a sacar yo dinero para pagar a alguien por corregir semejante tocho? Así que compré tu libro, lo leí de cabo a rabo, y luego me lo dejé cerca para repasarlo a medida que iba corrigiendo mi libro.
Gracias a ti no me ha quedado un gran churro, sino un churro aceptable, suficientemente presentable como para que alguien se interese en el contenido (¡La verdad es que está teniendo muy buenas críticas!). Así que gracias por el libro, y por toda la información que nos das gratis en el blog.
Me alegro muchísimo de que el libro te haya servido, Pablo (¡y que te haya conducido hasta aquí!). Sé que es muy difícil hacerlo cuando uno está empezando, pero si tienes la posibilidad, sí te recomiendo que uses los servicios de un corrector profesional para futuras publicaciones, que el resultado siempre será mucho mejor 😉
Besos y espero que sigas por aquí leyendo.
[…] o contenidos que me encantan, creo que tiene todo el derecho del mundo a saberlo. Además, es una forma de hacer networking del sano, porque lo natural es que acabes colaborando o estrechando lazos con personas cuyo trabajo […]
Hola Gabriela. Primera vez que visito tu blog, ví este artículo en Twitter y me vine a hechar una miradita. ¡Qué valioso popurrí de consejos! Se aprecian (y se guardan en Pinterest) mucho.
De inmediato me llamó la atención tu manera de escribir, me recuerda a una querida amiga que solía tener dos blogs en el pasado pero que por falta de tiempo los cerró. Uno era sobre el estilo de vida vegana en Santiago de Chile (soy chilena pero vivo en Alemania) y el otro era sobre esmaltes de uñas. Y debo agradecerle a ella la obsesión con lo último. La manera en que la conocí y cómo con los años nos hemos convertido en buenas amigas y nos hemos visitado, ¡fue por su blog de veganismo! Por el 2012 yo buscaba información sobre vegetarianismo en mi país natal antes de volar a Chile, ya que fue aquí en Alemania donde tomé la decisión de cambiar mi estilo de vida. Buscando en Internet llegué a ella, leí todas las entradas de su blog y lo amé, tanto por los datos que compartía pero sobre todo, por su estilo de escritura fresca, directa, liviana y divertida. Le escribí un correo electrónico agradeciendole por la información y felicitandola por su blog y la pobre no creyó que alguien en Alemania la leía.
Mencionas lo de sentirse un objeto cuando alguien te escribe sólo para pedirte favores. En el otro lado de esa moneda, el mero hecho de escribirle a un blogero exitoso para pedirle un favor también te hace sentir un tanto falsa, por lo menos yo me sentiría así. Hace poquito abrí un blog y todavía estoy en la etapa piloto, leo y averiguo el «teje y maneje» de este mundo porque es nuevo para mi, pero me gusta escribir, y no sólo el primer borrador de una historia de ficción en la que trabajo hace un poco más de un año, sino que en general escribir ideas, reflexiones, «peladas de cable» como decimos en Chile. La conexión que hice con mi amiga, la ex blogera, fue casi una casualidad pero nos sirvió a ambas mucho más que el montón de gente que teníamos en Facebook en ese entonces. Cuando encuentro artículos que me llaman la atención, que me sirven, que me invitan a pensar o a reconsiderar mis propias concepciones, pues esos son dignos de compartir, comentar, felicitar. Conectar.
Si algo tienen en común los blogeros y blogeras exitosos, ya sea en inglés o en español (y por qué no, en alemán también) es que son generosos con sus conocimientos y tiempo. La dedicación se nota cuando se lee. Yo estoy recién adentrandome en esto y tengo mucho que aprender, así desde ya te agradezco nuevamente esta información, consejos y experiencias.
Saludos desde Alemania. 🙂
¡Guau, qué gran artículo! No sólo este, claro. Estuve fisgoneando por tu blog y encontré varios que serán de utilidad para mi propio proyecto. ¡Gracias! (Incluso por los renos bailarines)
¡Gracias, Alejo! Me alegro de que el blog te sea de ayuda 🙂