No digo que a todo el mundo le pase, pero sí a una parte muy mayoritaria del Planeta Escritoril.
Empiezas, lo dejas. Empiezas, lo dejas. Y cuando te quieres dar cuenta, tienes un cajón (real o virtual) lleno de proyectos a medias. ¿Cómo ha ocurrido esto? ¿Y por qué en ese cajón también hay llaves que ya no sabes qué abren, calculadoras sin pilas, un DNI caducado y un manojo de caramelos derretidos?
Esta semana me he estrujado la cabeza para traerte respuestas y soluciones. Excepto a lo de los caramelos: eso vas a tener que limpiarlo tú. |
Termina ya tu novela (no más proyectos a medias)
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