Últimamente pienso mucho en un ejercicio que hicimos en el taller del festival Celsius de hace un par de años. | |
A lo mejor te sirve a ti también. | |
En el taller, pedí a los asistentes que escribieran durante cinco minutos. Podían escribir lo que quisieran; la única regla era que no podían desviar su atención durante esos cinco minutos: no podían ni levantar la vista del papel. | |
Es muy interesante lo que hace nuestro cerebro con el tiempo. Para algunos asistentes, esos cinco minutos fueron larguísimos: "No me puedo creer que haya escrito todo esto en solo cinco minutos. ¡Parecía mucho más tiempo!". Para la mayoría, esos cinco minutos fueron como cinco segundos. Sonó la alarma y dijeron: "¿Ya? ¡No puede ser!". | |
Cuando la gente me habla de bloqueos, de resistencia, siempre les pido que hagan este ejercicio. "¡Pero no sé qué escribir! —me dicen muchos—. Yo es que tengo que estar inspirado/a". Les digo que si no se les ocurre nada, que escriban que no se les ocurre nada. Que escriban su nombre una y otra vez si hace falta. | |
Obviamente, en esos cinco minutos nadie escribió la obra de su vida, pero para muchos fue algo muy revelador. Por lo que me dijeron (si no mentían solo por quedar bien conmigo*), este ejercicio tan sencillo cambió su perspectiva sobre cómo se enfrentaban a la escritura, sobre todo cuando hablamos de la escritura cotidiana, ese trabajo periódico que tienes que hacer cuando no están las musas y cuando no te viene bien y cuando no te apetece. | |
Y es que el problema no suele ser la tarea en sí, sino el arranque y, por supuesto, el enfoque posterior (o falta de enfoque posterior). | |
Si superamos la resistencia a iniciar una tarea (porque vamos a hacer solo cinco minutos), lo más difícil está conseguido. Ya podemos empezar a escribir nuestro 90% de basura (recordemos que un 10% de lo que escribamos será oro). | |
¿Qué decir del enfoque? El poder de dedicar tu atención absoluta y completamente a una sola tarea es brutísimo. | |
Y es un poder que cada día usamos menos. | |
1. Hablando del festival Celsius... Aún estoy pendiente del horario y de que lo anuncien oficialmente, pero sí: habrá taller este año y será sobre el ESTILO. Veremos un montón de trucos para que tu estilo pase de "esta prosa está correcta" a "qué-bien-escribe-Fulanito-quiero-ser-como-él-siempre-qué-maravilla". | |
El taller, como siempre, será gratis hasta llenar aforo. Cuando sepa fecha exacta os mando otro correo; por ahora solo sé que será una horita/horita y media, un solo día, en el marco del festival (16-21 julio). No es necesario inscribirse, solo aparecer. | |
Además, llevaré ejemplares FÍSICOS de los cuadernillos para escritores, sí, en papel de verdad para que podáis hacer en casita los ejercicios escribiendo de verdad. | |
| Así, pero en blanco y negro, que no estoy hecha de oro. |
|
2. Si parte de tu escritura incluye hacer webcómic, hay un nuevo directorio en la ciudad. Glup! quiere servir de punto de promoción y encuentro para webcómic en nuestra/s lengua/s. | |
3. En esta encuesta importantísima y muy necesaria he descubierto que las personas que escribimos somos menos fetichistas con nuestros utensilios de lo que yo pensaba. Para los que usáis lápiz: recordad por favor que los HB son para los arquitectos. | |
4. A menudo tengo la sensación de que hay dos formas de enfocar la escritura: puedes ser superamable contigo misma y escribir solo cuando te apetezca, o puedes hostigarte de manera casi militar (viendo el estado algorítmico-burbuja de las redes sociales, a veces dudo de que haya un punto intermedio).
Josh Spector lo lleva a otro nivel: se pone un posit en la pantalla que le recuerda que si no escribe suficiente, nunca será un HESKRITOR DE BERDÁ ("Nunca conseguiré nada como escritor, porque hoy no he escrito mil palabras"). | |
5. 2023-2024 ha sido muy interesante para mí a muchos niveles, uno de esos Años de Autodescubrimiento™. Aunque ha merecido (mucho) la pena, también ha habido mucha frustración e impaciencia por el camino. Así que comparto la herramienta escritora y vital que más me ha ayudado en estos últimos meses. No es una app, no es un libro, no es un curso. | |
Es una frase que dice mucho mi hermano en su trabajo, que es uno de esos trabajos donde hay emergencias y pánico muy a menudo:
"It is what it is".
Básicamente: Es lo que hay.
Muerte, destrucción, editores que no se leen tu manuscrito, llamadas de spam a la hora de la siesta, suegras empeñadas en hacer la tortilla con menos patata de lo que deberían**... Algunas cosas o no podemos solucionarlas o no nos merece la pena intentar hacerlo.
La próxima vez que la desesperación te envuelva y llegue la ansiedad y el agobio existencial, respira y piensa: "Es lo que hay". Si no puedes cambiarlo, acéptalo. Esa resignación es un alivio bendito, en serio, y se ha convertido en mi lema vital para siempre... | |
... (o hasta que encuentre otro que me guste aún-más-todavía). | |
* Esto es bastante común, por cierto. La gente tiende a querer quedar bien contigo cuando hablas con peluches en público, sobre todo con peluches (posiblemente) sociópatas como Lechuguita. Es una cuestión de seguridad personal y preventiva. | |
**Este es un ejemplo generalista al azar de un problema grave que sé que afecta a muchísimas personas. A mí no: mi suegra hace tortillas espléndidas y maravillosas, te quiero, Feli. | |
|
| |
Si te gusta este boletín, ¿podrías compartirlo con alguien más? Reenvíale este email o mándalo/a a esta página.
Por cierto, solo por estar en mi lista de correo te regalo el cuestionario que yo uso para trabajar con mis lectores cero.
Si necesitas asesoría, tienes enlace aquí a mi servicio de consulta.
Tienes todas mis redes, libros, proyectos, etc. aquí.
| |
|
| |
| |
Solo cinco minutos más
Ver esto en tu explorador