No, este no es un artículo megainteresante sobre algo que os vaya a salvar la vida como escritores, pero tal vez sí me la salve a mí, un poquito.
Aunque llevo mucho tiempo escribiendo en blogs, fue el año pasado cuando empecé a publicar artículos con un ritmo bastante intenso: dos artículos laaaaargos a la semana, además de las entrevistas relámpago y el email/artículo que suelo mandar cada dos semanas a todos los suscriptores de la lista de correo. Todo ello, claro, sin contar con todo el demás trabajo relacionado: documentación, social media, interacción, edición, diseño, etc.
Reconozco que he estado hasta arriba en los últimos meses, coincidiendo con el crecimiento del blog. Más crecimiento significa más oportunidades de trabajo y más visibilidad para mis libros, pero también significa mucho más tiempo dedicado a interacción (contestar comentarios, emails, etc.) y a otros menesteres múltiples y variados. No es nada productivo echar jornadas laborales de doce horas diarias y es evidente que llega el momento de priorizar y recortar por algún lado.
Creo que el blog ha llegado a un punto en que tiene el movimiento suficiente para poder subsistir con menos actualizaciones, sobre todo teniendo en cuenta la gran cantidad de artículos ya acumulados. Además, con el ritmo actual muchos lectores admiten sentirse saturados al intentar mantenerse al día con la web. Y no me gusta no tener tiempo para responder a vuestros comentarios y mensajes personales. Eso no me gusta nada.
Así que he decidido modificar un poco el calendario de publicaciones. No es algo definitivo: mi intención es probar este nuevo calendario un par de meses y ver si, mediante el tiempo extra que tendré para promoción en redes sociales y para recuperar artículos viejos, puedo mantener el nivel de interacción que hemos tenido hasta ahora (y, lo más importante, ver si es un ritmo más sostenible para mí). Es más, tengo la esperanza de que, al tener menos artículos a la semana, cada artículo largo obtendrá un poco más de atención y movimiento por sí mismo. Con suerte, hasta podré realizar artículos por adelantado y podré programarlos para horarios óptimos, en vez de trabajar cinco o seis horas seguidas y darle a “publicar” de golpe, como he estado haciendo hasta ahora.
Y a lo mejor hasta tengo más tiempo para escribir mis cosas, que era de lo que trataba esto, al fin y al cabo.
Las publicaciones quedarían del siguiente modo:
- En martes, cada dos semanas habrá un artículo largo, de los de siempre.
- En miércoles, cada dos semanas, enviaré mi email/articulito a los suscriptores.
- En jueves, también cada dos semanas, realizaré una entrevista relámpago.
- Y en viernes, cada dos semanas (alternando con los del martes), habrá artículos de recortes, de los de siempre.
El resultado de un mes completo (empezando la semana que viene) sería así:
LUNES | MARTES | MIÉRCOLES | JUEVES | VIERNES |
Email/artículo (solo para suscriptores) | Artículo de recortes | |||
Artículo largo | Entrevista relámpago | |||
Email/artículo (solo para suscriptores) | Artículo de recortes | |||
Artículo largo | Entrevista relámpago |
(Rellenad cada casilla en blanco con un «morirme de asco porque no estoy escribiendo para vosotros»).
Así, cada semana tendréis dos publicaciones para leer (siempre que estéis suscritos, para tener el extra de miércoles). Yo creo que no está nada mal 😉
Es muy comprensible, ánimo con todo. Lo extraño es que aguantases tanto tiempo. A ver si así tienes tiempo para todos tus proyectos (espero esa novela que estás corrigiendo *guiño guiño codazo codazo*). La verdad es que a mí ya me cuesta subir un artículo a la semana, tú que llevabas el triple de ritmo…
En fin, mucha suerte con este nuevo horario.
Chica, yo no sé cómo haces… ¡Cuenta el secreto! A mí me cuesta ya escribir y publicar una entrada a la semana…
Sí, Gab, haces mucho por tus lectoras y lectores, pero si no cuidas tu propio oficio o vicio, ¿cómo cuidarías los nuestros, tan inciertos? Prefiero que crezca tu obra en el silencio que nuestro afán espía en público, y no siempre tan agradecido como estará tu próximo libro si le das más tiempo y mimos.
Es que ya me estaba preguntando yo cómo hacías para aguantar el ritmo, porque a mí me cuesta, y eso que mis posts no son ni la mitad de largos que los tuyos. Tú no saturas para nada, pero con lo que me gusta leerte, me espero lo que haga falta. Además, estoy suscrita a tu lista de correo, así que siempre tendré dos posts a la semana 🙂 Por aquí seguiremos, publiques más o menos, que no te quepa duda. Biquiños!
Nos mantendremos fieles a tu nuevo calendario y me alegro de que priorices en «tus cosas». ¡Ánimo!
Es totalmente comprensible Gabriella. Nosotros nos adaptamos a tu nuevo calendario sin problema (nada más faltaría). Yo estoy encantada de poder seguir leyéndote dos veces por semana, bien sean artículos largos, recortes, entrevistas o lo que sea. Ánimo con tus proyectos 😉
Me gusta mucho tu nuevo calendario. Lo he impreso a 50x70cm y lo he colocado en un marco de IKEA. Ahora está colgado frente al cabecero de mi dormitorio.
Una decisión muy acertada. Con ese ritmo no se puede hacer todo de forma rigurosa. A veces hay que tomar decisiones y elegir. Así que esperare con ilusión tus artículos sean largos o cortos como he hecho hasta ahora. Gracias !!
Di que si, ruliña*. Hay que descansar un poco. Yo peté la semana pasada, pero la organización nos hará libres 🙂 ¡Ánimos!
*Apelativo cariñoso, nada malo, lo prometo 🙂
Sí, de vez en cuando hay que detenerse, volver a valorar la situación y reorganizarse en consecuencia 😉
Al final, hay que hacer caso a lo que decía la Trinca, «que no siempre van unidas cantidad y calidad», así que muchas veces menos es más 😉
Otra solución sería aceptar guest postings en tu blog, si lo planteas seguro que salen muchos volutntarios (guiño guiño).
Saludos