A veces las ideas se convierten en bichitos muy salidos que flotan en el aire de un subsistema cultural y hacen guarraditas entre ellos, creando ideas entrecruzadas aquí y allá.
A veces, incluso, se te cuelan en el subconsciente.
Creo que algo parecido ha pasado con la pregunta esa de: ¿necesito tener un blog?
Yo escribo. ¿Me hace falta un blog?
Si eres escritor, es muy posible que te hayan aconsejado tener uno. Así que muchos autores preguntan en grupos de Facebook, redes sociales e incluso por email si realmente es necesario. Después de todo, tener un blog implica tiempo y esfuerzo (y escasa garantía de triunfo): ¿merece la pena?
Este es un tema sobre el que hemos debatido, tal vez, demasiado. Jaume Vicent escribió hace poco un artículo que creo que resume mis ideas al respecto. Dice Jaume que un blog ayuda mucho, pero si no te gustan los blogs, hay otras maneras de conseguir visibilidad. No obstante, todas esas maneras tienen el mismo trabajo que un blog, así que si lo que te falta es tiempo y energía, sigues con el mismo problema. Recordatorio indispensable: no es fácil esto de darse a conocer como escritor y no hay atajos, por muchos eBooks a 0,99€ que haya en Amazon que te juren lo contrario.
A raíz de todo este debate, llevo un par de días en que algo extraño sucede en mi cabeza. Una misma pregunta revolotea una y otra vez. Anoche soñé con ello: alguien me preguntaba por qué hay tantos blogs para escritores.
Y esta pregunta, lectores y queridos míos, va mucho más lejos de lo que os podáis imaginar. No es más que el hilo suelto de un jersey gigante.
Si haces punto, seguramente acabas de tener un infarto solo con visualizar ese jersey con cabo suelto. Pido perdón por mi homicidio involuntario.
Lo primero es lo primero: ¿por qué hay tantos blogs para escritores?
Si tienes la sensación de que ahora hay más blogs sobre escritura que nunca, estaré muy de acuerdo contigo. Tal vez sea una percepción sesgada, pero creo que los blogs para escritores han crecido de manera exponencial. Muchos de ellos pertenecen a empresas de servicios y son una forma estupenda de realizar marketing de contenidos.
Otros muchos pertenecen a autores. Puede que ahí sea donde empiezan los problemas.
Veréis, muchos llevamos con blog desde hace siglos. Y los blogs de antaño servían como diario o journal. No tenían temas fijos: escribíamos sobre nuestras experiencias. Y si eres escritor, lo normal es que escribas sobre eso. Así, creo, surgieron las primeras bitácoras sobre el arte y la técnica de escribir (y sobre el mundo editorial). Los blogs servían para compartir cosas que descubríamos y para advertirnos de errores en los que caíamos.
Con el desarrollo de la mercadotecnia en todos los sectores artísticos, muchos autores descubrieron que escribir sobre escritura atraía el interés de otros autores. Personas como yo misma nos sentimos muy felices de que, por fin, alguien nos hiciera caso.
Algunos somos capaces de lo que sea por tener tu atención
De este modo, entramos en una trampa peligrosa: ser escritores de ficción escribiendo para un público de no ficción.
El problema de escribir para el público equivocado
Los escritores también son lectores, pero no son necesariamente nuestros lectores objetivos. Yo compro todo lo que saca Joanna Penn de no ficción, pero jamás he comprado una de sus novelas, porque los thrillers sobrenaturales no son lo mío. Si quieres vender erótica, no hables de cómo escribir erótica (por lo menos no todo el tiempo). Si quieres vender fantasía, no hables de marketing para escritores (a no ser que tengas dos marcas claramente diferenciadas, como Ana González Duque).
Si lo mido de manera proporcional, mis libros de no ficción suelen vender más que mis libros de ficción, así que debería haber aprendido la lección, ¿verdad? Tengo previsto en breve desarrollar mejor mi trabajo de visibilidad como escritora de fantasía. Pero tengo un problema gordo, muy muy gordo.
Mi problema es que me encanta escribir sobre escritura. Me he pasado estas últimas semanas con correcciones de mi novela, con galeradas y trabajando en los últimos capítulos de otro manuscrito, y todo ese tiempo me picaban los dedos por no poder sentarme aquí a escribiros otro artículo (aunque la lista de correo sí se llevó un par). No en vano me formé como teórica de la literatura, es una parte de mí tan grande como la parte que escribe fantasía.
De hecho en mi carrera había una asignatura llamada Por qué no deberías tener un blog, pero confieso que me la saltaba para jugar a la ruleta rusa con Volodya, el célebre formalista tártaro, en la cafetería. Eran otros tiempos.
Así que si, como a mí, te apasiona escribir sobre los entresijos de la narrativa, adelante.
Pero por favor, no lo hagas porque crees que así venderás más novelas, porque no es el caso.
Todo este tema lleva a otro efecto curioso.
La saturación de la esfera
Creo que se puede hablar de saturación en una esfera temática cuando hay una cantidad tremenda de contenidos similares, sobre el mismo tema, y un manojo escaso de voces originales. Un ejemplo claro de esto es la música pop. Por supuesto que hay pop fabuloso y distinto, pero por definición crea música olvidable: divertida de escuchar, con estructuras reconocibles (eso a nuestro cerebro le encanta), pero nada que vaya a cambiarnos la vida.
¿Recuerdas a Chum-Chum Punk, con su gran éxito I wanna make you sex? No, yo tampoco, porque me lo acabo de inventar, pero el ejemplo es válido.
El pop funciona bien y por eso hay blogueros pop, que recopilan lo de siempre y lo escriben de un modo facilón y repetitivo. Hay un buen puñado de articulistas angloparlantes en Medium, con decenas de miles de seguidores, que recurren a esta treta. Cuando leo sus artículos, diez minutos más tarde ni recuerdo de qué iban. Son como un vaso de vino malillo, que te lo bebes si no tienes otra cosa y ya lo has pagado, pero mientras te estás acordando de esa copa deliciosa que te tomaste hace tres meses en otro sitio que sí recuerdas, muy muy bien.
Cuando intentas salir de esa norma, da un poco de miedo. Habrá voces críticas, gente que te diga, por ejemplo, que tus artículos son demasiado largos y que deberías escribir cositas vacías y rápidas de 500 palabras. Escucha las críticas y fíjate en quién las hace, ¿es alguien a quien deberías estar escuchando? Y luego escribe longform de todos modos, porque la realidad del asunto es que nada en la vida es sencillo, y si quieres analizar algo importante de verdad, se te va a ir la mano con las palabras. No hablo de escribir porque sí, de rellenar con tonterías, claro. Dragón, mantícora, quimera, chalaúra, cosmonáuticamente. Usa solo palabras que importen. Unicornio, ultradimensional, pipirrana.
Ese último ejemplo no está basado en ningún hecho real, claro. Es otro ejemplo inventado. Os lo aseguro. De verdad. Ejem. Y lo de la longitud de los artículos es una muestra más de que cualquier herramienta se puede adaptar a lo que necesitas: también puedes escribir articulos cortos si quieres, si tienes una mente que funciona como la de Seth Godin, Con todo esto quiero decir que por favor, por favor, por favor, ¿podemos dejar de escribir siempre sobre lo mismo y de la misma manera? Si quieres hablar de la puntuación en diálogos o la creación de hojas de personajes, ¿realmente puedes aportar algo diferente, mejor, más completo e interesante sobre ese tema?
¿Y podemos dejar de imitar a otros? ¿Cuántos blogueros conocéis con un tono solo suyo, que reconozcáis de inmediato? La voz no se hace en un día y es cierto que aprendemos imitando lo que nos gusta y que somos un cúmulo de influencias, pero si algo sé de hablar con otros compañeros es que estamos bastante cansados de trabajar lo más grande para hacer alguna cosilla original o hablar sobre algo nuevo, para que unos días más tarde eso ya no sea original porque lo están haciendo ocho blogueros más. (Y mejor no empecemos con el copipega directo…). Coger una idea ajena y darle tu propia perspectiva no tiene nada de malo, pero ¿tanto te cuesta citar a la persona que la mencionó, para empezar?
Antes de publicar, pensemos:
- ¿Es este artículo necesario? ¿Aporta información nueva al lector?
- ¿Es este artículo mío? ¿O me he limitado a regurgitar información ajena tal cual, copiando el tono y el formato de otra persona?
- ¿Me sobran ideas? ¿Leo siempre sobre estos temas, me encanta escribir sobre ello o es una obligación para mí?
- ¿Realmente es este el mejor uso de mi tiempo?
Si para ti llevar un blog es una tarea odiosa, no lo lleves. O escribe sobre algo que sí te apasione. Conseguir que se te haga caso en un mundo saturado de información es muy difícil. Busca otra manera que te llame más. ¿Eres muy visual y te encanta la fotografía? Tira de Instagram, pero por favor no limites tus publicaciones a selfis con un libro. ¿Qué le pasa a #bookstagram con los selfis? ¿Pretendes que leamos de tus ojos, por muy bonicos que sean? ¿Y qué está pasando con las velas? Lo de las fotos de libros y velas me tiene intrigada.
Cada vez más personas recurren a esta peligrosísima costumbre. ¿Será una conspiración del temible lobby internacional de velas? ¡Que el papel arde fácil, gente!
Y es que todo se reduce a una sola cosa:
Las mejores zapatillas no te enseñarán a correr
Parto de la base de que tú escribes y quieres vender libros, ¿verdad? Un blog puede ayudarte con esto.
Ya sé que todo esto es mucho. Parece que no damos abasto con todo. Tengo un truco: elige solo tres cosas (por ejemplo, escribir a diario, publicar en tu blog una vez a la semana y estar en una red social; o escribir cada par de días, publicar en el blog cada semana y mandar un email mensual a tu lista de correo… cualquier combinación que te apetezca) y aprende a hacerlas muy bien antes de meterte en más follones.
Y piensa que el blog más bonito del mundo con la mejor plantilla, la mejor publicidad y las mejores keywords no sirve de nada si no estás escribiendo, si no estás trabajando tu arte. Si no estás practicando tu técnica, tu estructura y tu estilo, si no estás creando obras que tus lectores disfrutarán. Al fin y al cabo, el trabajo que tiene un blog merece algún tipo de remuneración, y el blog debe ser tu herramienta para poder vender esas obras, no un monstruo que se zampe todo tu tiempo para obtener un par de grillos como respuesta.
¿Sabes por qué es tan fascinante el blog de César Mallorquí, un blog en una plantilla vieja y una fuente un poco pequeña? Porque es un escritor excepcional. Porque por encima de todo está su trabajo como autor y su práctica.
El artículo de un blog no solo sirve para transmitir información. También sirve para experimentar, para lucirnos, para aprender a comunicar de manera eficiente como escritores. Y si no sabemos comunicar algo en un artículo de mil palabras, ¿qué vamos a comunicar en una novela de cien mil?
Si vamos a escribir sobre escribir, quiero que entre todos intentemos hacerlo mejor. Quiero grandes voces en la blogosfera literaria española. Soy así de insoportable: no me basta leer cosas que están bien, quiero grandeza. Quiero a gruñones que te enganchen, a personas que no tengan miedo de analizar cuestiones complejas, a autores que se atrevan con las cosas técnicas y complicadas para hacernos la vida más fácil a todos, a guerreros sin pelos en la lengua que además sean muy divertidos de leer. Y quiero poder escuchar a cada una de esas voces y decir: esto es de Fulana o de Mengana o de José Pipo Ramón de los Palotes Cuadraos. Quiero que esas voces sean claras, que sean fáciles de entender y persuasivas, que me hagan sentir algo.
Tal vez ahora te hayas enfadado porque creas que te estoy criticando a ti, con tu blog para escritores, y pensarás que quién soy yo para hacerlo.
Y tienes razón, qué sabré yo. A lo mejor tienes un blog que es la rehostia. Sí, sí: tienes toda la razón del mundo. ¿Quién soy yo para decir nada?
Así que propongo que tú y yo hagamos lo posible por mejorar. Por traer mejor entretenimiento, mejor información, y más originalidad y vanguardia a nuestros lectores. Para conseguir que piensen, que analicen, que aprendan con nosotros. Por hacer que sientan ese algo que acabo de mencionar. Porque de esa manera no solo tendremos un blog mejor, también seremos mejores escritores.
¿Qué me dices?
¿Tenemos un trato?
Por cierto, tengo una GRAN noticia que daros. Mi librito de corrección básica para escritores ya está disponible en papel. Si quieres tenerlo en tus manitas, para subrayarlo y guarrearlo como debe ser, tienes dos opciones:
a) Comprarlo directamente en Amazon aquí: http://mybook.to/70trucos o…
b) Escribir a gabriella@gabriellaliteraria.com con asunto «70 trucos» si quieres comprarlo dedicado y caligrafiado.
¡OS PROMETO QUE HA QUEDADO MONÍSIMO! Hasta tiene un unicornio en la contraportada, lo cual imagino que no os sorprenderá en absoluto:
Y si te ha gustado este artículo y disfrutas del blog, recuerda que puedes ser mi mecenas por un precio mínimo mínimo. ¿Quieres echarme una mano como ya hace gente maravillosa como Jorge del Oro, Carlos S. Baos, May Quilez, Eduardo Norte, Carla Campos, Adela Castañón, Anabel Rodríguez o Daniel Hernández Alcojor? Es fácil hacerlo con Patreon.
Créditos de imágenes:
- Imagen de un jersey, por SofiaV en Shutterstock.
- Imagen de reno desesperado por que le hagas caso, por Monika Surzin en Shutterstock.
- Imagen de Volodya, el célebre formalista tártaro, por lev radin en Shutterstock.
- Imagen del one-hit wonder que nunca existió, por Dmitry A en Shutterstock.
- Imagen de señor vestido raro que lee con velas, por AJR_photo en Shutterstock.
- Imagen de portada, de Dina Belenko en Shutterstock.
Ayssss, quién mover el tiempo hacia atrás y volver a la época dorada del blogging. La verdad es que este es un tema que llevo tiempo tratando con varios amigos escritores. Parece que escribir y tener un blog es un axioma del que nadie puede escapar. Ahora proliferan los blogs de escritores como las setas en otoño y muchos de ellos no se dan cuenta de que dicen lo mismo que otro blog con mucho más peso que ellos…
Es muy cierto que si te apasiona algo lo debes hacer contra viento y marea, pero solo si es verdadera pasión. Dices algo muy importante, y es que si no te apasiona tu blog… mejor que no lo tengas. Porque estas criaturas chupan tiempo y esfuerzo a más no poder.
Dentro de poco todos tendremos que reinventarnos otra vez para conseguir destacar un poco en la red de redes.
¡Besote!
David
Talmente de acuerdo y, además, como acabamos por relacionarnos todes entre nosotres (creo que hay cierta endogamia en la burbuja escritora) parece que -nosotres les aspirantes- tuviéramos que cumplir con la obligación de leer los artículos de todes les otres aspirantes a escritores y blogueres. La de trabajo que da, la de sufrimiento que genera y la de consejos que tenemos para crear personajes.
Luego nos vamos dando palmaditas en la espalda, porque, cómo no, queremos un buen comentario en nuestro propio blog. Y claro, así no se crece.
Si no se crea valor, no merece la pena. Y para crear valor hay que añadir algo nuevo.
Por eso mismo, he de admitir, Gabriella, que cierta envidia te tengo, porque todo el proceso de encontrar el hueco propio es súper frustrantre. La de veces que me habré preguntado ¿Y yo qué leches le puedo ofrecer a nadie? Y luego abandono la sala para que el silencio se responda a sí mismo.
Un placer leerte, Gabriella; como siempre.
PD: Tengo cierta envidia, pero es una envidia tonta porque invisibiliza todo el currazo que te has pegado para encontrar tu hueco. (Me acabo de dar cuenta yo mismo conmigo mismo).
Ains, tienes más razón que Aristóteles con los silogismos.
Ya sabes que llevo poco con el blog y lo más llamativo para mí no son los fondos negros con letras de colores encima, no. Lo preocupante es que está todo dicho y repetido hasta la saciedad. Cuando quise hablar sobre la puntuación de diálogos me pasé semanas leyendo blogs y páginas web: en todas salían los mismos casos. ¿Qué pasaba con el resto, los que de verdad dan problemas? Así que terminé con tres artículos entre mis manos.
Y ahí se acabó la originalidad.
Por más que intento redactar los temas desde mi punto de vista, darles un toque diferente, profundizar, darles una vuelta de tuerca… tengo la sensación de que me repito más que los personajes de Ken Follet.
Por suerte, aunque me gusta escribir, no vendo libros. Pero resulta que hemos salido correctores blogueros como champiñones en un día de lluvia. Queremos ponernos de moda. Sí, sí, todos aportamos mucho a los escritores, pero terminamos escribiendo lo mismo. Al fin y al cabo, la gramática y la ortografía dan para lo que dan.
Solo veo una solución: volver a los inicios del mundo bloguero y hablar de lo que nos dé la gana. No sé. Igual la semana que viene me arriesgo y os cuento la putada que es tener una idea genial para una novela en el paritorio y que nadie tenga con qué apuntarla…
Besos
Bien sabes que soy un lurker bajo tu ventana y leo sin decir ni pío antes de escabullirme otra vez en la noche.
Antes de nada, gracias por lo de gruñón.
Como casi siempre, este tema es una cuestión de muchos factores, entre ellos, haber puesto el carro delante del caballo y estar pensando en vender más que en escribir.
Y aquí entra el tema del marketing, que básicamente lo mancha todo, lo cambia de sitio todo con promesas que no se cumplen y, peor que eso, es una cuestión de ciegos guiando a ciegos, o de seguir a ciegos que creemos que ven.
Así que todo el mundo tiene un blog, porque en este contexto endogámico como una aldea de montaña, recurrimos a algo tan primate como imitar al mono de al lado cuando no sabemos qué hacer.
Al final, las cosas que no salen de la pasión y la dedicación al arte, de, parafraseando al viejo borracho de Bukowski, la necesidad de que salga dentro para que no te abrase, acaban siendo iguales que otras, malas imitaciones. Pasa con los libros o los blogs, pero aún así, se empiezan porque alguien te ha empezado a vender las palabras pseudomágicas de visibilidad, marketing de contenidos, etc, etc.
Que todo suena muy bien en teoría, pero el papel higiénico de la realidad es de doble capa de teoría.
Podría estarme toda la tarde con el tema y no terminaría, pero entonces sería tú y te haría el post en el comentario ;P.
El hecho también de que estemos pensando más en nuestro mercado y en los lectores que en el arte, aparte de hacer libros malos e iguales, hace blogs del mismo palo.
Intentando leer la mente de los lectores y lo que parece interesar, y sin filo por miedo a decir algo que ofenda, vamos puliendo las aristas propias de nuestra voz hasta que nos queda una bonita, insulsa y calcada entrada de blog que, intentando satisfacer a todos, no apasiona a nadie ni aporta nada nuevo.
Junto con el hecho de que nadie obtiene resultados a corto plazo (ni a largo en general), el panorama es el que es.
Pero no pasa nada, los blogs que desaparezcan serán sustituidos por otros indistinguibles. No debemos temer que falte suministro de las mismas cosas de siempre.
Y ya está, ya toca que el próximo post me lo hagas tú ;P.
Cuídate…
Lo que yo creo, desde mi punto de vista – que probablemente estará equivocado en muchas cosas – es que lo que ha despertado este fenómeno ha sido la repercusión de tu blog. Al menos en parte.
Los blogs han cambiado mucho desde que los descubrí allá por 2007, pero he notado dos constantes que se repiten siempre. Los blogs se dividen por burbujas temáticas y cada burbuja tiene una especie de «blog ancla». Cuando hablo de burbujas me refiero a que acabamos siempre leyendo los mismos blogs o blogs que hablan de los mismos temas, de algún modo se acaba creando una red donde termina por conocerse todo el mundo y siempre hay un blog central.
Recuerdo un caso en la blogosfera política, que sigo también mucho. Eran tres o cuatro blogs personales hasta que apareció el blog comunitario ‘Politikon’, donde un autor en particular alcanzó mucho seguimiento, y que se basaba en opinión política con datos (estadísticas, gráficas) y un humor muy particular con alusiones a los Monty Python, Calvin & Hobbes y cosas así. Tuvieron muchísimo éxito, los leía un montón de gente y empezaron a colaborar con la prensa y demás. ¿Qué pasó? Pues que un par de años después tenías cuarenta blogs políticos llenos de gráficos y escribiendo opinión con intentos de humor friki.
En este caso creo que ha sucedido algo similar. En efecto yo también he visto que los blogs sobre cómo escribir han proliferado un montón, y no digo que estén mal, de hecho los especializados en cómo escribir un género concreto me parecen geniales – he pillado un par de ciencia-ficción que son una pasada – pero muchos otros veo que han ido apareciendo según la «comunidad» de este blog, por así decirlo, crecía.
No digo que la gente lo haga a malas, ni mucho menos, los habrá que quieran aprovecharse del éxito de otro copiando su estilo descaradamente, y muchos otros que simplemente se inspiran. Es normal querer parecerse a lo que admiras en otros autores, escribas sobre literatura o cualquier otra cosa.
En realidad pasará que la mayoría de ellos desaparecerán. Sobre todo los que sean de gente que simplemente piensan que van a tener miles de lectores en cuatro días, porque se agotarán en cuanto vean que no vale con publicar tres entradas copiando el estilo de otro. Si sobrevive un grupo que haya conseguido crear su propio rollo, podrá decirse que se ha «creado escuela», en cierto modo.
En fin, no sé si he logrado expresar lo que opino, aunque veo que he escrito un tocho de proporciones ciclópeas. Mil disculpas.
¡Saludos!
Yo recién estoy comenzando en esto de volver a tener un blog y ya me estoy desencantando.
Me cuesta mucho sentarme a escribir un artículo, cuando se que tengo mi proyecto literario muy atrasado, pero también porque de igual manera siento que estoy escribiendo lo mismo que muchos otros y con este artículo creo que mi impresión no estaba errada.
Así que ahora es momento de darle una vuelta a lo que estoy escribiendo, espero encontrar una respuesta pronto
GRACIAS
Querida Gabriella,
Buffff, buffff, buffff a ver por dónde empiezo. Una pregunta ¿seguro que los escritores debemos tener blogs para escritores?, ¿seguro que otros escritores son nuestro público? ¿No estamos equivocados al hacerlo? (o al tratar de hacerlo todos).
Hace tiempo que pienso que hay cierto punto endogámico (y veo que no soy la única que lo cree) que no nos lleva a ningún lugar útil. Los blogs para escritores nos alejan de el público que ansiamos como escritores, al menos esa es mi percepción. Entramos (o no) en un grupo donde todo son amigos y se dedican a una promoción de sus propios intereses y su influencia no va más allá propio grupo, aunque lo positivo es que el grupo aumenta de tamaño. Alejarse del grupo es complejo y te deja solo ante la incertidumbre de qué hacer. Vamos que terminas como estabas antes, aunque sabiendo un poco más.
Busco blogs de escritores de esos que tienen editoriales detrás y todo (gente de bien) y no veo blogs. Veo que promocionan y venden sus productos y no necesariamente a través de este medio. A veces no se venden productos, sino que se promociona la marca en que se ha convertido el escritor. Facebook e instagram dan un buen margen a ese tipo de imagen. No sé si ese debe ser el camino, pero es el camino que algunos siguen.
Encontrar la originalidad plena es imposible, pero buscar y hallar una voz propia sí que es factible. La tuya lo es y eres consciente de ello.
¿Sabes? Creo que tus entradas son responsables de que los comentarios se alarguen tanto. Sígo dándole vueltas al asunto pero no me enrrollo más.
Un abrazo apretado.
Hola, seré corto.
Llevo años pensando lo mismo.
Como escritor, entro a blogs para escritores porque me interesa el tema teórico.
Pero como lector, no compro sus libros. Porque no están bien promocionados. No lo sé, no me seducen.
Un escritor -a mi modo de ver- debería promocionar sus libros de forma original. El marketing de contenidos no me cierra, no me convence. Los autores que están en las listas de los más vendidos, no hacen marketing de contenidos. solo tiene su web y su blog para hablar de sus creaciones.
¿Qué opinan?
Saludos.
Gracias por el artículo, Gabriella.
Gracias por acrecentar mis dudas acerca de si dedicarle varias horas a la semana a mantener (quiero creer) decentemente un blog merece la pena. Y encima robándoselas a la escritura de ficción, que es lo que más me gusta del mundo (incluida la tortilla de patata y los besos).
Gracias por hacerme reflexionar (otra vez) y estar un poquito más cerca de mandarlo todo a la mierda que de continuar alimentando a mi lista de correo, pero también a Webpublication, a Mailchimp, a Amazon…
Gracias por escribir artículos tan largos y robarme el tiempo de la comida (lo sé, este no es el más largo de todos).
Gracias por escribir ’70 trucos para sacarle brillo a tu novela’ (aquí sin ironía).
Ahora voy a seguir escribiendo mi artículo de la próxima semana. Y después el de la siguiente. Y así hasta que inunde la blogosfera de textos infumables que hablen fatal de mi faceta como escritor de relatos cortos.
Por cierto, tu artículo me ha inspirado otro: reflexiones de un escritor acerca del sentido de tener un blog. No pienso hacer comando ce más comando uve, dongüorri.
David, esto era precisamente lo que NO quería con el artículo y la razón por la que me daba un poco de miedo publicarlo. Mi intención era reflexionar sobre si realmente nos convienen en determinadas circunstancias los blogs sobre escritura y qué podemos hacer para dar lo mejor de cada uno. De hecho es un tema que en el grupo de Facebook hemos debatido bastante.
Lo último que pretendía era que alguien se diera por aludido de esa manera y creía que eso lo había dejado muy claro al final. La última de mis intenciones es desanimar a alguien y por eso te pido mis más sinceras disculpas.
No hacen falta las disculpas, Gabriella. Por lo que te conozco, sé que tu intención no era desanimar a nadie sino al contrario. Mi reflexión sobre blog sí o blog no se me plantea cuando el trabajo nutricional me agota y los platos del malabarismo se tambalean demasiado. Hoy leyéndote me has refrescado las dudas, pero suelen pasarse en cuanto me libero un poco, doy con el tema del artículo y encuentro los huecos para escribirlo.
No te preocupes que no pienso abandonar justo ahora que después de 9 meses de curro intenso el SEO ha empezado a funcionar y el blog ve la luz allá a lo lejos 🙂
Así me gusta 😉
Hacía tiempo que no te leía Gabriela, y tengo que decirte que me ha encantado este post, opinamos de manera similar. Es más, me has animado a compartir mi caso, jeje.
Yo tengo un blog de relatos y en mi favor he de añadir que desde el principio tenía claro que quería escribir ficción, y experimentar un poco. Pero siempre ha habido gente que me aconsejaba dejar los relatos para hablar de márqueting, cosas de escritores, etc. Eso es algo totalmente impensable para mí, no tiene sentido, sería como dejar de ser yo para ser otra cosa, una que no forma parte de mi naturaleza creativa. Para más inri, tal y como comentas, llevo mucho tiempo pensando que los blogs para escritores son el tipo «Blog seta» de nuestra época. Hay como un mensaje subliminal de que si quieres triunfar como escritor tienes que hablar de estas cosas, no sé, al menos hace tiempo llegué a sentir eso –ahora, con mucha menor intensidad.
Yo te sigo a ti porque me gusta mucho tu contenido, creo que tiene valor y sabes de lo que hablas. Con Ana me sucede lo mismo, por ejemplo.
Pero… Si yo sigo a gente experimentada que puede ayudarme ¿Tiene sentido intentar emular que soy una eminencia en estos temas? Ojo, este es mi caso, no me quiero meter en un berenjenal ni que nadie se sienta ofendido, ahora mismo hablo por mí y por nadie más. Pues no tiene sentido, jeje. Ahora solo tengo que dar con las teclas para que mi blog remonte. Sí, dejar de escribir durante unos meses –ejem, cagada mía– no es una buena idea, jeje. En fin, mejor lo dejo aquí. Muchas gracias por tus artículos! ; )
Extraño las épocas donde en el blog podía escribir lo que me diera en gana. Era divertido tener más de 200 visitas diarias, comentarios en los artículos y gente contactándome para decirme que les gustaba mi trabajo en el blog… luego caí en la cuenta de que al 98% de estos lectores les valía 30 kilos de reata que yo tuviera novelas publicadas (o directamente ni lo sabían pese a los banners en los artículos) y decidí enfocar el blog a captar lectores interesados en mis libros.
Me gusta este enfoque nuevo… el problema es que ahora estoy limitado en temas y aunque de momento esto reciclando artículos que vayan con este enfoque, me preocupa lo que haré cuando llegue el momento de hacer nuevo material.
Hola, Gabriella:
Un artículo la mar de interesante (como todos). Aunque es de hace unos días, todavía lo tenía sin leer porque… hay tantos blogs que no da la vida para leerlos a todos.
Yo creo que aquí se mezclan dos factores. Por un lado, las ganas de comunicar que tiene el escritor. Eso hace que sea lógico que se sirva de una herramienta como es un blog. Es el cajón donde podemos subirnos y gritar a los cuatro vientos nuestras opiniones y neuras.
Verdad que lleva tiempo y que, a veces, lo roba de los proyectos de escritura «verdaderos». Pero también es una fuente de satisfacción.
Pero luego entra en juego el marketing, y ese es el segundo factor.
Un blog puede ser una excelente herramienta de marketing. Y digo «puede ser» porque no siempre se usa con ese fin. Y muchas veces se usa con ese fin, pero mal.
¿No quieres hacer marketing? Entonces no hace falta que tengas un blog. O puedes tenerlo, pero sin fines de promoción y venta, solo para tu solaz.
¿Quieres hacer marketing? Puedes tener un blog, pero debes pensar si es la mejor herramienta/estrategia para ti. Dependerá también del tiempo, conocimientos, etc. que tengas. También puedes hacer marketing sin tener un blog. No es la única estrategia.
Ahora bien, un blog es una buena herramienta porque es relativamente barata de mantener (en dinero, que no en tiempo) y da muy buenos resultados.
Da muy buenos resultados, sí. Pero solo cuando se usa bien. Y fallar en el público al que te diriges es un error garrafal. Tú misma reconoces que quieres mejorar tu visibilidad como escritora de fantasía, que vendes mejor tu libro de no ficción que tus novelas. ¿Por qué? Porque estás bien posicionada ante un público formado por escritores, pero no tanto ante un público lector de novela de fantasía.
Hay muchos escritores (y profesionales de otros ramos, porque este no es un error que solo cometan los escritores) que no han sabido usar bien su blog. Por muchos motivos: porque no lo han sabido dirigir a quien debían, porque no han sabido vender, porque no tienen suficiente tráfico…
Esos escritores están desencantados (con razón) y se quejan de que el marketing no da resultados y de que tener un blog en realidad no sirve de nada. El problema es que no han sabido usar la herramienta.
Yo siempre pongo el mismo ejemplo: es como coger un cuchillo por la hoja e intentar pelar la fruta con el mango. ¿Es que el cuchillo no funciona? No, es que tú no lo estás usando bien.
Por tanto, antes de abrir un blog, conviene pensar qué pretendes hacer con él. ¿Pasar el rato y compartir tus textos y reflexiones? ¿O promocionar tus libros?
Un saludo.
Exacto. Y todo lo que mencionas son puntos en que insisto siempre en charlas y talleres donde hablo de marketing (y de blogs, claro). No obstante, todos sabemos que la teoría es fácil, aplicarlo en la práctica es mucho más difícil. Cada caso es único y depende de mil factores personales (y de público). Mi situación, por ejemplo, es pura y duramente de tiempo: quiero llevar dos posiciones y dos sectores (porque ambos me apasionan) y eso implica hacer muchos malabares, ya que no tienen un punto de conexión claro. Esto se puede hacer (Ana es el mejor ejemplo de ello), pero no es para mentes sensibles, jaja. Por fin tengo mi nuevo proyecto para ficción en fase de preparación y sé que saldrá adelante, pero costará mucho e implica muchos sacrificios (como todo, ay).
Para personas que no tienen este problema, pueden surgir muchos otros, pero lo curioso es que en papel es sencillo: busca tu público y crea contenidos atractivos para él. Cada uno de los puntos que apuntas son pasos cruciales en el camino hacia la promoción eficiente. Por desgracia, el trabajo bien hecho en este sentido exige una energía y entrega que hace que muchos se queden, precisamente, en el camino, o que opten por las salidas más prometedoras a corto plazo (que nunca son las buenas).
Muchas gracias por un comentario tan elaborado y meditado ^_^
Querida Gabriella, esta nota el breve: Yo te leo por tu personalidad. Me caes re bien y me parece que eres una mujer inteligente, tanto que tienes un sentido del humor único que me hace disfrutar de tus notas (por largas que sean). Creo que en gran parte tu éxito se debe a tu adorable personalidad, punto. Si otra persona hiciera lo mismo que tu como hoja calca, si compraran «la receta Campell’s para ser un escritor exitoso», apuesto lo que sea a que no tendría el éxito que tienes tú (si es que no te consideras exitosa, es tiempo de que te lo diga). En mi humilde opinión de comunicóloga, aquí lo relevante no es el medio, ni tampoco el mensaje, sino la persona detrás de éstos.
Me encantan tus notas. Escribe lo que quieras, pero por favor nunca dejes de hacerlo.
Te mando besos.
Muchísimas gracias, ay. Precisamente a mí me empezó a funcionar el blog cuando empecé a aplicar todo lo que leía sobre marketing, pero intentando mejorar mis habilidades comunicativas (dándole prioridad al lector). A esto uní un tono que era solo mío (incluidos mis chistes malos) porque no tenía nada que perder. Me sorprendió ver que eso funcionaba mejor que escribir textos neutros, algo que hacía para otras empresas.
Y es por esto por lo que no se puede «copiar» el tono de nadie, porque queda artificial, no funciona. Lo suyo es escribir y escribir hasta que poco a poco vas dejando salir tu propio estilo y personalidad. Si te atreves a ser tú mismo (pero siempre pensando, de nuevo, en el lector), creo que esa honestidad se agradece. Hay más peligro de que a mucha gente no le gustes, pero más posibilidades de que a quien le gustes le gustes de verdad.
De todos los consejos que me diste en su día en el curso presencial de escritores, ese mismo tema que comentas ahora en el blog- fue el que más me abrió los ojos. Y mira que por mi trabajo toco el marketing pero lo supiste explicar bien que no se me olvidó. ¿Cual es nuestra audiencia? y lo más importante, lo que dices ahora ¿soy escritor, no deberia estar escribiendo sobre lo que me gusta?, ¿porqué no llevar eso al blog?
Ya te avanzo, que cualquier curso que hagas, me tendrás ahí fijo. Por favor, saca alguno de corrección 😉
Muchas gracias por compartir tus conocimientos con nosotros, y encima hacer que sea un placer leerte.
No sé si soy un visionario, o un iluso, pero desde siempre pensé que, si tu idea con un blog era promocionar libros de ficción, este tenía que ir enfocado a lectores, no a escritores.
No sé si me ha funcionado muy bien o no, y la verdad es que ha sido un periplo complicado hasta aprender sobre qué temas escribir de cara a los lectores (de hecho no tengo muy claro todavía haberlo conseguido al 100%) aunque el crecimiento del blog parece ser un indicio de que estoy en el camino.
Lo que siempre tuve claro era que, para tener voz propia, nada como hablar de ligres 😉
Ahora me encuentro en la fase de que me gusta mucho escribir para el blog, pero como quiero hacer artículos que merezcan la pena, le tengo que dedicar mucho tiempo, y sudo tinta china para poder mantener el ritmo de una entrada semanal, y empieza a quitarme tiempo de escribir, pero no sé si me puedo permitir cambiar a una periodicidad quincenal sin que ello afecte al tráfico y, como bien sabrás, a veces es agotador.
En fin, Gabriella, que como siempre me ha gustado mucho el artículo y coincido en gran parte con lo que expones.
Un saludo.
«Ahora me encuentro en la fase de que me gusta mucho escribir para el blog, pero como quiero hacer artículos que merezcan la pena, le tengo que dedicar mucho tiempo, y sudo tinta china para poder mantener el ritmo de una entrada semanal, y empieza a quitarme tiempo de escribir, pero no sé si me puedo permitir cambiar a una periodicidad quincenal sin que ello afecte al tráfico y, como bien sabrás, a veces es agotador».
Es uno de los grandes problemas del crecimiento, sí. Si cambias a una periodicidad quincenal, no afectará a tu tráfico, en principio. Lo afectará en el sentido de que tendrás menos visitas diarias, pero al hacer esperar a tu público habitual, tendrás más visitas en los días de publicación, así que la media es la misma. Ten en cuenta que tu prioridad es escribir: si el blog te está quitando tiempo de escritura general, creo que estás en un momento en que puedes reducir la periodicidad; además, ya tienes un buen archivo de publicaciones, así que puedes potenciar visitas publicando enlaces a artículos viejos en tus redes sociales. No importa publicar menos si tu público de siempre se va a encontrar con textos trabajados. Asegúrate de potenciar también tu lista de correo para que la gente sepa que hay artículos nuevos cuando salgan, ya que al bajar la periodicidad la gente pierde el hábito de entrar a leerte por sí misma 😉
Gracias Gabriella, creo que son buenas pautas para cuando dé el salto a la periodicidad quincenal.
¡Saludos!
Lo de los blogs hechos por y para escritores es como los restaurantes: el cliente elige el que más le gusta. A mí no me molesta la sobre saturación de blogs mediocres o malos. Me quedo con los buenos, como el tuyo (no es peloteo), y listos.
Dicho esto, yo tengo blog como escritora, pero jamás se me ocurriría hablar sobre el arte de escribir; no tengo ni la formación ni los conocimientos para hacerlo. Lo que sí que publico son reflexiones (sin ninguna pretensión), historias personales, y también alguna cosas que creo que pueden interesar a los lectores de mi género; la cual cosa no es fácil. Eso sí, siempre le pongo humor a todo.
Gracias por iluminarnos el camino a los que empezamos en este mundillo (es muy oscuro y nos pegamos cada hostia…) 😀
Gracias a ti por leer y comentar, Olga. Sí que es complicado dar con contenidos que interesen a determinados lectores: ¡suerte!
Hola, Gabriella, me ha encantado el artículo. Me has resuelto varias inseguridades y también me has hecho que me plantee varias incógnitas.
Hasta hace muy poco tiempo ni siquiera me planteaba abrir un blog, no sentía que tuviera absolutamente que aportar y que me saldría muy mal. No fue hasta que entre en un curso de marketing, donde en la clase de desarrollo y marca personal pensé que igual era una buena idea hacerme un blog y podría ser algo que podría hacer. Sobretodo porque hablar, expresarme escribiendo no es algo que me cueste.
Así que abrí un blog en junio, pero la verdad es que he tenido varias dudas desde entonces; la primera de ellas es la longitud de los post. Tenía entendido que para un blog se debían hacer entradas cortas pero a mi realmente nunca me ha salido escribir poco. Solo una vez lo conseguí y porque no tenía tanto que decir. Desde entonces solo me salen post largos; en algunos casos empiezo hablando de un tema que necesito hablar y a veces se me termina partiendo en varios porque cuando me doy cuenta tengo mil palabras y solo la mitad de lo que quería decir. El caso más sangrante fue el Celsius que empecé por la emoción de haber estado y ya voy dos para tres. Me alegro leer que está bien que los temas no sean cortos.
Otra duda que me has resuelto es la de las entradas. Hasta ahora he escrito que me han nacido escribir y no sabía si hacía bien o debería centrarme en cosas de escritura como hablar de cosas técnicas. Hasta ahora trate de hablar de historias y de las cosas que podemos aprender de ellas. Pero realmente no sabía si era buen camino, solo que ahora estoy en una etapa de aprender, no me siento capacitado para enseñar realmente, no de la manera en que tan fabulosamente lo haces tú. Realmente se cosas pero no no me siento ningún experto y me siento incómodo hablando de cosas que no manejo completamente. Por eso también me alegro que igual también hay espacio para hacer algo diferente.
Aunque la incógnita que ahora tengo es, ¿Cómo saber que realmente tienes una voz diferente? Mi interés era distinguirme por mi forma de hablar, estilo o manera de expresarme pero realmente no tengo manera de saber si realmente tengo algo que destaque o si lo que pongo solo es la repetición de mil cosas que ya han sido dichas, que mi voz no es exactamente igual que la de muchas personas más.
Por eso, me gustaría saber ¿Tienes consejos para hacerlo? Me refiero a como podemos desarrollar una voz propia. Porque para empezar no me considero una persona especialmente divertida, ni tampoco alguien experto como para analizar cosas muy técnicas, ya que lo que aprendo se trata más bien de lo que veo y de las cosas que me gustan de una historia y las que no. También de leer a quién sabe o de resolver mis propias inquietudes. Pero definitivamente no sé tanto como para considerarme experto.
Por cierto, ¿Cuándo te refieres a cosas técnicas y complicadas a cuáles te refieres exáctamente? ¿Podrías darme algún ejemplo, para que me haga una idea?
Gracias por leerme y perdona la extensión del mensaje, pero la brevedad al escribir nunca ha sido mi fuerte, según me pongo a pensar escribo y se me va de madre el mensaje.
«Desde entonces solo me salen post largos; en algunos casos empiezo hablando de un tema que necesito hablar y a veces se me termina partiendo en varios porque cuando me doy cuenta tengo mil palabras y solo la mitad de lo que quería decir. El caso más sangrante fue el Celsius que empecé por la emoción de haber estado y ya voy dos para tres. Me alegro leer que está bien que los temas no sean cortos».
Cuidado, porque no es tanto la extensión del post sino cómo lo cuentas todo. Un post largo funciona siempre que esté bien estructurado y diseñado (que no haya repeticiones ni se pierda de vista el tema principal), si ves que eres de los que se van por las ramas igual te conviene hacer un esquema antes de redactar el artículo (y meter tijera al final).
Sobre la voz propia tienes un artículo aquí: https://www.gabriellaliteraria.com/buscar-tu-voz/
Con «cosas técnicas y complicadas» me refiero a todo aquello que sale de nuestro ámbito acostumbrado de escribir, como el SEO o el SMO (optimización de redes sociales), el copywriting o escritura persuasiva, las categorías de Amazon y otras pesadillas, cuestiones fiscales, etc.
Besos 🙂
Hola, Gaby, felices pascuas.
Interesante artículo que no había leído. ¿Por qué hay tantos blogs para escritores? En primer lugar, porque en la era digital el hombre se siente solo. No importa que tenga 5 mil amigos en facebooks, y con su móvil haga 110 llamadas al día. Sigue estando solo y con ansias de comunicarse. Es curioso como las máquinas nos deshumanizan y alejan de las relaciones verdaderas. En segundo lugar, queremos llamar la atención y ser apreciados, admirados: «¡Mírenme, por favor, aquí estoy!». . En tercer lugar, está el afán de trascendencia y de fama. Dejar una huella de nuestro paso por el mundo. Aquel escritor que diga que no quiere ser famoso está mintiendo. En cuarto lugar, hay desempleo a nivel mundial y profesional. Muchos han hecho de Internet su modus vivendi. Están en todo su derecho. Venden libros, cuadros, música, comida y hasta sexo. El problema surge cuando el autor no tiene el talento para escribir. No llegan lectores y su blog está más desolado que un camposanto. Viene la frustración, el desengaño. Abandona su blog y reniega de las letras. Se siente más solo y fracasado que nunca. «No sirvo para escribir», se repite. Si no tiene la fortaleza interna se refugia en el vino, las drogas, redes, negocios turbios, etc. Si tiene una gran fe recurre a la ayuda de Dios. Si es inteligente buscará otros talentos que no había desarrollado. Todos los tenemos por supuesto.
«La saturación de la esfera», en efecto, parece que hay más escritores que lectores. Ser originales y creativos es parte de nuestra esencia o no lo es. Necesitamos ser cultos, selectivos, versátiles. Hay personas que nacieron para enseñar y son maestros como destino. No todos deseamos leer lo mismo y nos interesan diferentes temas. Mientras a mi la metafísica, el cine, el yoga, y la astrología me chiflan. Otros hacen de la ciencia ficción y la novela policíaca su fuente creativa. Hay consenso, entre los conocedores, en que la calidad y extensión de un texto determina su éxito. Los lectores no son tontos y regresan a un portal que ofrece ilustración y recreo.
El mundo bloguero nos da sorpresas. Hace 3 años alguien abrió un blog a mi nombre en Facebook: «Guerrero Secuestrado por el Crimen Organizado. Por el título ya sabrán el riesgo que implica en un país convulsionado por la delincuencia. No podía creer que alguien me odiara o admirara tanto. Durante 2 años no escribí nada ahí. Un día decidí que podía servirme como escaparate de mis textos de «Letras, arte, y originalidad». Llegaron lectores de todas partes. En mi blog escribía de todo menos del hampa y mucho menos de política. Es un tema que odiaba. Creo que mi pluma y mi mente dan para más. Pero en México hay efervescencia política por el cambio de gobierno y decidí participar. He aquí los resultados:
https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=2010694559006999&id=509329412476862
Un fuerte abrazo navideño.
Aquí me planto con mi comentario del 2020… ¡Qué tarde te he leído Gabriella!
El confinamiento ha dado tanto de sí que he desempolvado todas mis libretas rescatando historias inacabadas con la idea de escribir más (mucho más) de lo que el día a día per-confinamiento nunca me permitió. Y te das cuenta que cada vez te da más pereza volver a ese día a día y que quizás, te quedas con estos días de #quédateencasa haciendo lo que siempre te gustó pero nunca te habías planteado hacer como forma quizás de ganarte la vida en un mundo tan inestable y tan digital como nunca.
Me veo abrumada por el trabajo que veo que una tiene que hacer para ganar visibilidad… Que si hazte un blog, publica en redes, crea tu marca personal… Mi cabeza va a explotar de tanta información y este estrés hasta me bloquea a la hora de sentarme a escribir. Porque ya no pienso en escribir para mí (como antes, que todo fluía), pienso en si va a gustar, en si escribo lo suficientemente bien, en si todo este TIEMPO dedicado va a servir de algo, en buscar maneras de ser más productiva…
De todo el post, me quedo con algo que, aunque pueda parecer lógico, se te olvida rápido cuando te inunda el agobio: «Céntrate en 3 cosas».
Gracias por tus artículos en estos días de confinamiento.
Un saludo Gabriella!